En la presente campaña algodonera, un 80% de la superficie sembrada se dio a través de siembras tardías (diciembre y enero), debido a la falta de humedad adecuada en los meses tempranos (septiembre, octubre), que es el periodo usual y recomendado para las labores de labranzas.
Ante esto es que desde la cartera de Producción y Ambiente se advirtió que las condiciones de floración, pimpollado y fructificación del cultivo se están dando en otoño (marzo, abril y mayo), coincidente con períodos de temporales de mal tiempo, lluvias y lloviznas, que se advierte dificultarán los momentos de aplicación y control del picudo".
Por ello es que se exhorto a "considerar que la importancia de realizar un plan fitosanitario con insecticidas y específicamente en mantener la población de picudo a niveles donde no cause daños económicos".
Fue señalado en esta sentido que "las pulverizaciones con productos agroquímicos son realizadas por los pequeños y medianos productores con pulverizadoras de arrastres, tipo motomochilas o turbo-soplantes a través de los municipios y bajo las recomendaciones derivadas a través de un protocolo realizado por el Programa Agrícola Provincial en acuerdo con el SENASA y aprobado por la Comisión Provincial de Sanidad Vegetal (COPROSAVE)".
Asimismo se recomendó "preverse el uso de motomochilas para el estrato de pequeños productores como imprescindible por su practicidad para realizar tratamientos en pequeñas superficies y en condiciones donde no existan pisos, de esta forma se fortalecería la aplicación en condiciones climáticas adversas a fin de no perder el calendario de pulverizaciones previamente fijado y así evitar que las poblaciones de picudo no logren incrementarse".
También fue significado acerca de la necesidad de "la aplicación de un plan fitosanitario y el monitoreo de los lotes para determinar la presencia de la plaga y sus daños permiten planificar el momento apropiado del control químico. Esta tarea es desarrollada por los productores con el acompañamiento permanente de los técnicos y paratécnicos del Programa Agrícola provincial, del IPAIPPA y del SENASA".
Destrucción completa
Se insistió acerca de que "la destrucción completa de los rastrojos del cultivo, una vez finalizada la cosecha y siembra de segundos cultivos, como uno de los aspectos esenciales del manejo del cultivo de algodón, es una tarea cultural fundamental e imprescindible que contribuye a minimizar los efectos perjudiciales del picudo del algodonero. La realización de esta práctica en tiempo y forma ayuda a la reducción de la población que iniciaría las infestaciones en la próxima campaña y esto resultaría en una reducción del número de tratamientos químicos al inicio del nuevo ciclo del cultivo en la próxima campaña".
"Una vez cosechado el algodón, se debe destruir los rastrojos con desmalezadora sin filo que corten y "desflequen" al cultivo, seguido de una aplicación inmediata de desecante e insecticida", fue expuesto.
En este marco fue clarificado que en nuestra provincia "el trabajo lo realizan los pequeños productores a través de maquinarias que poseen los municipios coordinados con los técnicos del ministerio de la Producción y Ambiente. La disponibilidad en tiempo de esta herramienta es sumamente importante para el logro de los objetivos pues esta tarea coincide con las épocas lluviosas y por ello es importante no prolongar su realización".
Sobre el final se subrayo que "el Programa Agrícola Provincial del ministerio de la Producción y Ambiente promueve la siembra directa, el cultivo de algodón en surco estrecho y segundos cultivos de maíces; estas modalidades de implantación permiten un mayor rendimiento y diversificación. Una menor permanencia del cultivo en la chacra lo que resulta altamente beneficioso para un buen control de la plaga picudo del algodonero".
Se concluyo subrayando que "esta plaga (picudo), considerada como la responsable de los mayores daños al cultivo, actualmente es posible su manejo gracias a la implementación de nuevas tecnologías y el apoyo de las autoridades del sector y de los técnicos".
Por ello es que se exhorto a "considerar que la importancia de realizar un plan fitosanitario con insecticidas y específicamente en mantener la población de picudo a niveles donde no cause daños económicos".
Fue señalado en esta sentido que "las pulverizaciones con productos agroquímicos son realizadas por los pequeños y medianos productores con pulverizadoras de arrastres, tipo motomochilas o turbo-soplantes a través de los municipios y bajo las recomendaciones derivadas a través de un protocolo realizado por el Programa Agrícola Provincial en acuerdo con el SENASA y aprobado por la Comisión Provincial de Sanidad Vegetal (COPROSAVE)".
Asimismo se recomendó "preverse el uso de motomochilas para el estrato de pequeños productores como imprescindible por su practicidad para realizar tratamientos en pequeñas superficies y en condiciones donde no existan pisos, de esta forma se fortalecería la aplicación en condiciones climáticas adversas a fin de no perder el calendario de pulverizaciones previamente fijado y así evitar que las poblaciones de picudo no logren incrementarse".
También fue significado acerca de la necesidad de "la aplicación de un plan fitosanitario y el monitoreo de los lotes para determinar la presencia de la plaga y sus daños permiten planificar el momento apropiado del control químico. Esta tarea es desarrollada por los productores con el acompañamiento permanente de los técnicos y paratécnicos del Programa Agrícola provincial, del IPAIPPA y del SENASA".
Destrucción completa
Se insistió acerca de que "la destrucción completa de los rastrojos del cultivo, una vez finalizada la cosecha y siembra de segundos cultivos, como uno de los aspectos esenciales del manejo del cultivo de algodón, es una tarea cultural fundamental e imprescindible que contribuye a minimizar los efectos perjudiciales del picudo del algodonero. La realización de esta práctica en tiempo y forma ayuda a la reducción de la población que iniciaría las infestaciones en la próxima campaña y esto resultaría en una reducción del número de tratamientos químicos al inicio del nuevo ciclo del cultivo en la próxima campaña".
"Una vez cosechado el algodón, se debe destruir los rastrojos con desmalezadora sin filo que corten y "desflequen" al cultivo, seguido de una aplicación inmediata de desecante e insecticida", fue expuesto.
En este marco fue clarificado que en nuestra provincia "el trabajo lo realizan los pequeños productores a través de maquinarias que poseen los municipios coordinados con los técnicos del ministerio de la Producción y Ambiente. La disponibilidad en tiempo de esta herramienta es sumamente importante para el logro de los objetivos pues esta tarea coincide con las épocas lluviosas y por ello es importante no prolongar su realización".
Sobre el final se subrayo que "el Programa Agrícola Provincial del ministerio de la Producción y Ambiente promueve la siembra directa, el cultivo de algodón en surco estrecho y segundos cultivos de maíces; estas modalidades de implantación permiten un mayor rendimiento y diversificación. Una menor permanencia del cultivo en la chacra lo que resulta altamente beneficioso para un buen control de la plaga picudo del algodonero".
Se concluyo subrayando que "esta plaga (picudo), considerada como la responsable de los mayores daños al cultivo, actualmente es posible su manejo gracias a la implementación de nuevas tecnologías y el apoyo de las autoridades del sector y de los técnicos".