Resaltan la búsqueda de caprinos de calidad para productores del oeste.

La búsqueda de caprinos de calidad para beneficiar a los productores del centro oeste y oeste del territorio es resaltada por el diario La Nación en el suplemento Campo de este sábado ...

La búsqueda de caprinos de calidad para beneficiar a los productores del centro oeste y oeste del territorio es resaltada por el diario La Nación en el suplemento Campo de este sábado, indicando que el Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias trabaja para mejorar la genética y la productividad de estos animales, en cooperación con los productores.
Señala el centenario diario metropolitano que adaptándose a la idiosincrasia de las familias criollas y aborígenes de la provincia, donde se concentra el 80 % del stock caprino, técnicos de diferentes organismos oficiales e instituciones académicas están promoviendo la mejora en el manejo de los rodeos, la sanidad e incorporación de genética.
Según el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Agroalimentaria (Senasa) y el Ministerio de Producción y Ambiente de Formosa se calcula que hay entre 200.000 y 250.000 cabezas en 1800 familias criadoras.
Por una cuestión tradicional, la comercialización no estaba en la mira de los productores, ya que los caprinos los destinaban al autoconsumo, exclusivamente.
Sin embargo, los productores empezaron a tomar conciencia de las ventajas de colocar los animales en el mercado y de ir logrando una mayor calidad y terneza en las carnes. El cabrito formoseño era, hasta no hace muchos años, solamente digerible y apreciado cuando no superaba los siete kilogramos en pie.
En este contexto se lanzó el subprograma Caprino del Plan Ganadero del Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias-Cedeva, que ha concientizado a los productores respecto del futuro de la población caprina y de las ventajas que derivan de un mejor manejo.
El responsable del plan Caprino del Cedeva de Laguna Yema, a 400 kilómetros de esta ciudad, Sebastián de la Rosa, explicó que la labor de extensión demandó tiempo hasta que los pobladores confiaron en los técnicos a partir de los resultados y les abrieron las puertas.
Esta tarea paciente -que incluyó la publicación de cartillas y manuales con gráficos elaborados en castellano y la lengua wichi- ya arroja los primeros resultados. "Sin duda que el rédito mayor tiene que ver con la sanidad, ya que logramos bajar la tasa de prevalencia de la brucelosis del 20 % a menos del 1 %", informó De la Rosa.
Otra de las ventajas de la existencia de la Cabaña Provincial Caprina tiene que ver con llevar a campo toda la validación referida a sistemas de alimentación y a mejora genética. "Los propios productores han advertido el cambio que se logra con una buena alimentación y la incorporación de animales de la raza Boer, con un mayor potencial genético para la producción de carnes", consignó.
De la Rosa puso el acento en la cuestión alimentaria. Por un lado, porque junto con María Victoria López y María Antonia Revidatti, docentes de la Universidad Nacional del Nordeste, y la ingeniera María Elena Castelán del Cedeva, de Las Lomitas, han completado un software de formulación de raciones para ganado caprino destinado a los técnicos, de modo tal que tengan la posibilidad de formular correctamente raciones para cubrir las demandas nutricionales de los rodeos, incluyéndose un listado completo de la oferta alimentaria disponible en la región -como chaucha de algarrobo- con sus análisis clínicos y su composición.
Y por el otro, porque se aprecia el sabor distintivo del cabrito formoseño alimentado naturalmente y en montes nativos, aunque se ha optado por el agregado de alimentación más artificial, lo cual con el agregado de genética "permite lograr un producto que es único y que tiene muy buen mercado".
Según el técnico, ya hay cabritos de entre 12 y 15 kilogramos entre los 60 y 90 días, cuando con anterioridad les demandaba entre tres y cuatro meses más, encaminándose ahora hacia el objetivo de lograr animales aptos para el consumo de entre 30 y 40 kilogramos.
Ahora se está incentivando para que se faenen animales de la misma edad, pero de mayor tamaño ya que al tener una más rápida ganancia en peso se consigue a los 180 días un animal de por lo menos 30 kilos. "Falta todavía bastante por andar. Pero ése fue el objetivo cuando se pensó en introducir la raza Boer, que se despega del resto en cuanto a ganancia de peso a partir de los 30 o 90 días, que es cuando muestra su potencial en cuanto a la producción de carne", manifestó De la Rosa.
Al consultársele sobre cuánto falta para que los rodeos con los que se trabaja tengan alumbramientos múltiples, como sucede en los de las cabañas privadas lugareñas, el técnico admite que la cabra criolla es un animal prolífico. "El problema que se presentaba en los nacimientos era la existencia de ejemplares de bajo peso, que normalmente morían antes de alcanzar la edad para faena. Por eso tratamos de mejorar ese índice desde que nace hasta que lleguen el destete y la faena, ya que nosotros queremos la estadística que nos muestre que cada cabra produzca 1,8 cabritos desde el parto hasta el destete", explicó. De la Rosa agregó que la característica del caprino formoseño es que es absolutamente natural, criado por mano de obra familiar, "lo que lo torna artesanal y de muy buena calidad".
19-07-2009 | Cargada en Fsa. en Marcha - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social