La biofábrica está preparada a pleno para ser puesta al servicio de la producción.

Culmina hoy la visita del máster Juan Luis Ortíz Vargas, enviado por la ONU.

La biofábrica montada en el CEDEVA de Misión Tacaaglé prácticamente ya está preparada como para comenzar a funcionar a pleno y ser puesta al servicio de la producción formoseña , sobre todo la frutícola tropical y exótica, ya que en la fecha completa su tarea de ajuste final el ingeniero agrónomo Juan Luis Ortíz Vargas , un master internacional procedente de Costa Rica de veinte años en experiencia, brindado por la Organización de las Naciones Unidas para que intervenga directamente en los detalles finales del funcionamiento armónico del laboratorio.
La presencia de Ortíz Vargas- quien durante varios días dedicó asesoramiento y capacitación en micropropagación de plántulas de banana- fue posible por el aporte de ACORBAT, sigla correspondiente a la Asociación para la Cooperación en Investigaciones de Bananos en el Caribe y América Tropical, un escenario para los investigadores, productores, empresarios y técnicos de todo el mundo, que tiene como fin recomendar o colaborar en estudios, investigaciones o experimentos que pretendan mejorar los cultivos de banano y plátano, su manejo y procesamiento.
Como se sabe, el ingeniero Gerardo Tenaglia, es director por la Argentina ante dicho organismo que ha permitido establecer relaciones con Bioversity Internacional que antes se conocía con el nombre de INIBAP en todo el mundo bananero, entidad dedicada a la investigación del desarrollo del plátano y el banano y que está ligada a la Organización de las Naciones Unidas.
Se dedica a estimular la producción en los países para promover en consumo, consignando que con el aporte de estos organismos se ha conseguido que venga un especialista, con maestría hecha en laboratorio de tecnología, para que se encargue de los ajustes finales de la biofábrica de cultivo in vitro que está en Tacaaglé, previamente a su inauguración oficial por parte del gobernador Gildo Insfrán quien intervino en la idea y concepción del proyecto que tiene que ver con las metas y objetivos del plan estratégico Formosa 2015.
Juan Luis Ortíz Vargas colaboró en estos días para armonizar el funcionamiento de todos los componentes del laboratorio así como de "pulir" todos los detalles que si bien es cierto los técnicos locales de tener que haberlo hecho ellos, según los confiesan, les hubiese demandado años implementarlos, porque este experto que llegó desde Costa Rica tiene amplia experiencia en cultivo de tejidos y su capacidad es tal que ordena en pocos días detalles que probablemente llevaría al plantel del CEDEVA entre tres y cuatro años completarlos.
Se informó que tanto ACORBAT como Bioversity Internacional quieren incorporar a Formosa en la red de investigación que manejan, de modo tal que la biofábrica se ponga a trabajar en proyectos de investigación conjuntos.
Tenaglia comentó que esta presencia de científicos internacionales además de colaborar en la terminación del laboratorio ha servido también para que se haga una evaluación del nivel tecnológico real que ofrece el CEDEVA.
También se ha opinado acerca de la calidad de los recursos humanos que allí se están formando, diez de los cuales proceden de las escuelas agrotécnicas de la jurisdicción y que trabajarán directamente con los productores bananeros para la realización de los ensayos y experiencias de las metas y objetivos que propone el plan estratégico Formosa 2015.

El funcionamiento

El director del CEDEVA Tacaaglé -quien recibió la visita del coordinador ejecutivo del PRODECO Jorge Balonga- explicó sobre el modo como funciona la biofábrica cuya responsabilidad queda ahora en manos de la bióloga Florencia Mozcatelo.
"La idea es tomar un brote de banana. Previo a esto, hace tres años que realizamos ensayos en campos de productores y vamos siguiéndolas a las plantas: les conocemos el rendimiento, que tipo de enfermedades tienen, como responden si llueve o no. Vamos a seleccionar las mejores plantas y de ellas se llevan los brotes al laboratorio. En un principio teníamos identificados 30 productores. De esos quedaron 5 a quienes les hicimos el seguimiento", describe.
Explicó que sus lotes de producción han mostrado estabilidad y rendimiento en estos tres años en materia de sanidad, rendimiento y que se han seguido todas las características tecnológicas y biotípicas que se necesitan para la bananas porque a partir de allí comienza la tarea de multiplicación.
"Con uno de esos brotes queremos obtener 1.000 plantas. Esas 1.000 plantas al pasar por el laboratorio salen libres de enfermedades, no llevan hongos, se limpia casi el 90 % de los virus, no llevan hemátodes. Vamos a entregarle al productor una planta que por sí sola por el solo hecho de pasar por el laboratorio y "barrerle" todas las enfermedades va a rendir al menos un 20 % más. La bibliografía dice entre un 20 y un 40 % más de rendimiento. Entonces, le vamos a entregar al productor su propia planta mejorada al menos en un 20 %", detalla.
Acota Tenaglia que "una vez que ingresen en el laboratorio se desinfecta, se llega hasta una zona de la planta que se llama meristema que es el lugar donde se generan nuevas hojas, los brotes se van generando en el meristema, se corta, queda la banana reducida a una expresión de medio centímetro por medio centímetro que va a un medio de cultivo para estimular la aparición de brotes iniciándose la réplica hasta la quinta de ellas en que ya se dispone de entre 800 y 1.200 plantas de cada una con la que se arrancó, tras lo cual se estimula la aparición de raíces y la formación de hojas verdaderas en la planta.

Un paso difícil

Cuenta que la pequeña planta pasa después al invernáculo, un paso reconocido como muy difícil porque salen de un laboratorio con temperatura, humedad y horas de luz controladas.
"El invernáculo es de extraordinaria capacidad y de alta tecnología pero igual el shock de la planta es muy grande para que comience a desarrollar la planta allí en el termino de cuatro a seis semanas y luego otro lapso igual para que tome tamaño, se rustique dos semanas y vaya al campo", apunta el director del CEDEVA Tacaaglé.
Revela que, en total, este proceso lleva entre ocho y nueves meses entre que se elige el brote, entre en el laboratorio hasta que sale la planta para ser entregada al productor.
"Nuestro objetivo es entregar las plantas en septiembre" hay que arrancar en diciembre. En septiembre de 2009 pretendemos comenzar con entre 80.000 y 120.000 plantas", precisa para insistir en que con este procedimiento el rendimiento mejora, al menos, un 20 % .
En la actualidad el rendimiento fluctúa entre 800 y 1.000 cajas, unas 20 toneladas por hectárea y los técnicos aspiran llegar a las 40 toneladas.
"No solamente les vamos a entregar el plantín a los productores porque la biofábrica es una de las siete herramientas esenciales para este proyecto. Si con el plantín no se les suman las otras seis para que trabajen todas juntas, de nada sirve la biofábrica", advierte.
01-04-2009 | Cargada en Fsa. en Marcha - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social