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Guiso de charque, risoto de pollo, compuestos de verduras, un bocadito de tomate al orégano con queso, entre otras exquisiteces, son algunas de las comidas artesanales y deshidratadas que viene produciendo un emprendimiento de tipo familiar que tiene a un joven matrimonio formoseño como sus impulsores.
Fue justamente en la reciente muestra “Sabores y productos de nuestra Formosa”, en el stand del PAIPPA donde el emprendimiento mostró sus elaboraciones, ya que justamente se nutre de las ferias francas para elaborar sus comidas.
Allí estaba Antonio Tomás Bangertes, joven de 29 años que junto a su esposa llevan adelante este emprendimiento –“El Norte”- de tipo familiar que progresivamente se va afianzando en el medio, quién explicó que se inició en el rubro “con secado de aromáticas, pero luego fuimos viendo que existían otros productos, y llegamos a cinco variedades de deshidratados, que admito para muchos resulta algo desconocido, aunque también hay un importante número de gente que los consume”.
“Este emprendimiento de hortalizas deshidratadas, surgió con la idea de buscar alimentos novedosos, útiles y nutritivos, para lo cual se optó por sabores de recetas tradicionales. Es más, se pensó por una parte en personas con un ritmo de vida dinámico que requieran de comidas de preparación rápida, sencilla y natural, dado que las mismas no poseen aditivos ni conservantes. También resulta sumamente práctica para los comedores y en situaciones de emergencia donde por ejemplo se deba alimentar a muchas personas que se encuentran concentradas en un albergue o algo similar”, señaló.
Entre las variedades de comidas mencionó el guiso de charque, guiso de pollo, risotos de pollo y también de charque, los cuales vienen en un envase para cuatro porciones, y que por ejemplo con un hervor de quince minutos están listos para servirse. El costo, que señaló lo mantienen desde hace dos años, es de cinco pesos la bolsita que alcanza para estas cuatro raciones.
También ofrecen tomates con orégano y queso, una suerte de snack, que pueden ser utilizada para copetín o utilizarla también en las pizzas, pastas y otros platos, además de compuestos para sopas y salsas, que son seis tipos diferentes de verduras deshidratadas.
“Justamente porque no trabajamos ni con aditivos ni conservantes, tampoco colorantes, nuestros productos son ciento por ciento naturales”, insistió, añadiendo que “deshidratamos con una estufa graduada, teniendo como resultado comidas livianas y con un sabor natural. Aclaró que no se tratan de alimentos dietéticos”, abundó Bagertes.
Refirió a que “las pruebas que tuvimos, como en comedores comunitarios dieron muy buenos resultados, inclusive con buena aceptación estamos vendiendo en cinco diferentes comercios del medio, entre otros clientes particulares”.
Finalmente dijo que es optimista, no sólo por la aceptación de sus elaboraciones, sino porque fue aprobado un proyecto –con el apoyo del gobierno provincial- que presentaron y a través del cual se les financiará la ampliación de su producción, con lo cual avizoró podrán expandirse no sólo localmente sino hacia otras provincias inclusive.