El responsable del programa de prevención y erradicación del picudo algodonero, Ladislao Cano, si bien se mostró optimista al no haberse registrado este mes la captura de esta plaga en los departamentos Pilagá y Pilcomayo...
El responsable del programa de prevención y erradicación del picudo algodonero, Ladislao Cano, si bien se mostró optimista al no haberse registrado este mes la captura de esta plaga en los departamentos Pilagá y Pilcomayo, refirió a que “eso de ninguna manera implica que el insecto no esté, y mucho menos que decaigamos en las acciones de erradicación”.
Indicó que “somos optimistas en cuanto a los trabajos que se vinieron haciendo dentro del programa nacional de prevención y erradicación del picudo del algodonero. Esto porque no hubieron capturas de insectos en los departamentos Pilcomayo y Pilagá en el presente mes”, añadiendo que “esto no quiere decir que no estén, por eso continuamos haciendo el monitoreo en trampas, para que en caso de detectarse la plaga, hacer el abordaje para alcanzar el gran desafío que nos propusimos en Formosa en cuanto a la erradicación”.
“Nuestro objetivo de mínima es lograr que el picudo no anide y se multiplique en los departamentos Pilagá y Pilcomayo”, afirmó.
Destacó que “hay un importante acompañamiento de las comisiones zonales de lucha, quienes hacen un importante aporte a los productores, ya sean los pequeños, medianos y grandes. Existe una fuerte tarea de concientización en hacer ver sobre los graves daños que implicaría que el picudo se instale en la chacra”.
Refirió Cano que “en épocas pasadas discutíamos con los productores, quienes al no tener el insecto en la chacra descreían de nuestras recomendaciones y acciones de prevención. Pero eso se revirtió y ahora en la mesa de análisis de las comisiones zonales de lucha, han hecho suya la responsabilidad de trasmitir el mensaje a los productores, y estamos teniendo una cooperación altamente positiva”.
Subrayó que “este alto grado de compromiso hizo por ejemplo que desde el SENASA se aportara una interesante cantidad de moto-mochilas para ser entregada a estas comisiones zonales, y en coordinación con los productores iniciar un proceso de desinfectación. Esto implica en principio el control de la plaga haciendo aplicaciones en bordes de las chacras y, finalmente en los lugares donde hubiera capturas iniciar el proceso de pulverización que haga posible el control y que la plaga no produzca daños. Por supuesto, la instancia siguiente sería la erradicación”.
Comentó que estas moto-mochilas fueron entregadas en zonas de Villafañe, El Colorado, Villa Dos Trece y Pirané, y la tarea de combatir abarca a todas las plagas del algodón, aunque se pone especial énfasis en el picudo.
Manejo integrado
Explicó Cano que “cuando hablamos de manejo integrado de los cultivos, es hablar también del manejo integrado de las plagas, lo que significa tener en cuenta los insectos benéficos que trabajan en cooperación con el productor y aquellos que denominamos plagas”.
“Esto de manejo integrado de plagas –continuó- apunta a las labores que debe realizar el productor para evitar la contaminación ambiental. O sea la menor posibilidad de utilizar productos químicos que pueda alterar el equilibrio biológico, y con esto las prácticas culturales como la siembra concentrada, la no aplicación de químicos fuera de época, hace que los insectos benéficos sigan cooperando con el productor”.
Finalmente y en referencia a la oruga de las hojas, sostuvo que “sabemos que hubo chacras que hicieron la tarea de prevención donde los resultados han sido altamente positivos, y no tienen en sus cultivos a esta plaga y si existen los hay en ínfima cantidad. Claro que en el caso de los que hicieron aplicaciones fuera de época incidió a que la plaga se manifieste con mayor intensidad, así también la capullera, y en estos casos se está trabajando con el productor a fin de recomendarles cual es el mejor producto a aplicar, la manera y época propicia para hacerlo”.