La producción de miel de monte encarado por naturales wichí de Formosa es ponderado por un prestigioso diario de circulación. En una nota intitulada “Una luna de miel en el monte”, de la periodista Liliana Cobelo, publicado por el diario Clarín...
La producción de miel de monte encarado por naturales wichí de Formosa es ponderado por un prestigioso diario de circulación.
En una nota intitulada “Una luna de miel en el monte”, de la periodista Liliana Cobelo, publicado por el diario Clarín se alude a las características del mencionado emprendimiento, cuyos resultados adquieren proyección internacional, al punto tal que la producción ya llegó a importantes mercados europeos, como ser Alemania y España.
La nota
Textualmente, el artículo periodístico en cuestión señala:
“El negocio de la miel se está poniendo dulce en Formosa. El despegue de la actividad en la región tiene a la comunidad aborigen wichi como uno de los principales protagonistas. El emprendimiento, que nació en el 93, suma en la actualidad a más de 100 apicultores —reunidos en la cooperativa de El Potrillo—, que desde hace un par de años empezaron a apuntar a la mejora de la calidad para lanzarse a los mercados externos.
En 2003, unos 40 productores, en su mayoría del departamento formoseño Ramón Lista (a 600 kilómetros al oeste de la ciudad capital), decidieron aunar esfuerzos, replantear sus actividades comunes, e implementar Buenas Prácticas Apícolas y de Manufactura (BPM) en el manejo integral de apiarios.
Todo se hizo en el marco de un proyecto piloto del Programa de Calidad de los Alimentos de la Secretaría de Agricultura (SAGPyA). La coordinación de las tareas fue asignada por la SAGPyA a dos implementadores: Julio Coronel y Ricardo Martínez.
En su gran mayoría, los productores wichi que están llevando adelante esta actividad son egresados del Centro Educativo Nº 2 de la localidad de El Potrillo, entidad que es la gran impulsora del desarrollo apícola en la zona", comentó a Clarín Rural el Prof. Julio Coronel, docente del Centro y también uno de los implementadores de las BPM en este grupo.
"Nuestro objetivo para este año era llegar a una producción total de 100.000 kilos, pero dado que tuvimos problemas climáticos, desde sequía hasta inundaciones, todo indica que vamos a estar rondando los 80.000 kilos, con una calidad homogénea", afirmó.
Los más de 100 apicultores wichi suman 3.000 colmenas en producción y llegarán a 4.000 en la próxima temporada. Su producto se comercializa en la provincia de Formosa —es comprado en casi su totalidad por la empresa Proveeduría Integral— y reciben 3 pesos por kilo de miel a granel y alrededor de 7 pesos por la fraccionada.
El gran logro de la cooperativa es haber podido ampliar la sala de extracción, ubicada en El Potrillo, e incorporar nuevo equipamiento: una separadora de miel, un extractor de 80 cuadros, y una desoperculadora automática (para poder retirar el opérculo, una capita de miel con que las abejas sellan los panales una vez terminada su labor) que tiene una capacidad de trabajo de 1.000 cuadros por hora. Todo de acero inoxidable.
"Se logró con dinero del Prodernea, entidad que aprobó el proyecto tras su presentación, en el marco del Fondo de Asistencia de Comunidades Aborígenes. Es un fondo rotativo de 142.000 pesos que fue utilizado para esta inversión y que los productores deberán devolver en núcleos. Cada uno deberá reintegrarlo con el 20% de sus colmenas", explicó Coronel.
"A partir de esta situación, hoy se cuenta con una sala de extracción con una zona sucia y otra limpia separadas, zonas para selección y envasado, dos laboratorios, depósito y oficinas, entre otras mejoras. También logramos mejorar el equipamiento de nuestra sala móvil de extracción de miel, una herramienta muy importante para nosotros que permite el traslado a diversas zonas de producción y agiliza mucho el trabajo. Además de la producción, la extracción y la selección, todo este equipamiento es manejado por los wichi, algo que se logró mediante la capacitación permanente de la gente y la implementación del programa de BPM", contó.
El producto que obtienen es denominado miel de monte. Dado que es natural y no utilizan ningún tipo de agroquímicos, están apuntando a certificarlo como orgánico y ya están en tratativas con el Ministerio de la Producción de Formosa para agilizar el trámite.
El año pasado, exportaron 170 tambores —a través de le empresa santafesina Promiel— y recibieron un precio promedio cercano a los 5 pesos por kilo. La miel de los wichi se vendió con mucho éxito en Alemania y España. A futuro, la idea es exportar, en forma directa, miel fraccionada y con valor agregado.
"Nuestro objetivo es avanzar sobre la base del resultado concreto y no apresurarnos, por eso el emprendimiento va bien...", concluyó Coronel.
En el área del Programa de Calidad de los Alimentos de la Secretaría de Agricultura (SAGPyA), comentaron a Clarín Rural que en el marco del proyecto, el trabajo compartido entre el sector público y los beneficiarios permitió que se concretaran numerosas y fructíferas acciones. Por ejemplo, luego de las primeras capacitaciones encaradas, el grupo original de beneficiarios (todos egresados del Centro Educativo Nº 2) se vio reforzado por numerosos productores deseosos de incorporar conocimientos para poder elevar su performance competitiva.
Un ejemplo de esto es que la incorporación de mano de obra a la actividad en las zonas de influencia del proyecto apícola llegó a incrementarse en más de un 50%.
Los temas desarrollados por los capacitadores abarcaron, además de la implementación de BPM, gestión en la empresa apícola y costos de producción, manejo del apiario y sanidad apícola, calidad de los productos de la colmena, diversas normativas, exigencias de los mercados internacionales, manejo integrado del colmenar y sanidad apícola.
A partir de la capacitación y la incorporación de nueva tecnología, la cooperativa de El Potrillo casi duplicó la cantidad de miel que procesa en su sala de extracción”.
En una nota intitulada “Una luna de miel en el monte”, de la periodista Liliana Cobelo, publicado por el diario Clarín se alude a las características del mencionado emprendimiento, cuyos resultados adquieren proyección internacional, al punto tal que la producción ya llegó a importantes mercados europeos, como ser Alemania y España.
La nota
Textualmente, el artículo periodístico en cuestión señala:
“El negocio de la miel se está poniendo dulce en Formosa. El despegue de la actividad en la región tiene a la comunidad aborigen wichi como uno de los principales protagonistas. El emprendimiento, que nació en el 93, suma en la actualidad a más de 100 apicultores —reunidos en la cooperativa de El Potrillo—, que desde hace un par de años empezaron a apuntar a la mejora de la calidad para lanzarse a los mercados externos.
En 2003, unos 40 productores, en su mayoría del departamento formoseño Ramón Lista (a 600 kilómetros al oeste de la ciudad capital), decidieron aunar esfuerzos, replantear sus actividades comunes, e implementar Buenas Prácticas Apícolas y de Manufactura (BPM) en el manejo integral de apiarios.
Todo se hizo en el marco de un proyecto piloto del Programa de Calidad de los Alimentos de la Secretaría de Agricultura (SAGPyA). La coordinación de las tareas fue asignada por la SAGPyA a dos implementadores: Julio Coronel y Ricardo Martínez.
En su gran mayoría, los productores wichi que están llevando adelante esta actividad son egresados del Centro Educativo Nº 2 de la localidad de El Potrillo, entidad que es la gran impulsora del desarrollo apícola en la zona", comentó a Clarín Rural el Prof. Julio Coronel, docente del Centro y también uno de los implementadores de las BPM en este grupo.
"Nuestro objetivo para este año era llegar a una producción total de 100.000 kilos, pero dado que tuvimos problemas climáticos, desde sequía hasta inundaciones, todo indica que vamos a estar rondando los 80.000 kilos, con una calidad homogénea", afirmó.
Los más de 100 apicultores wichi suman 3.000 colmenas en producción y llegarán a 4.000 en la próxima temporada. Su producto se comercializa en la provincia de Formosa —es comprado en casi su totalidad por la empresa Proveeduría Integral— y reciben 3 pesos por kilo de miel a granel y alrededor de 7 pesos por la fraccionada.
El gran logro de la cooperativa es haber podido ampliar la sala de extracción, ubicada en El Potrillo, e incorporar nuevo equipamiento: una separadora de miel, un extractor de 80 cuadros, y una desoperculadora automática (para poder retirar el opérculo, una capita de miel con que las abejas sellan los panales una vez terminada su labor) que tiene una capacidad de trabajo de 1.000 cuadros por hora. Todo de acero inoxidable.
"Se logró con dinero del Prodernea, entidad que aprobó el proyecto tras su presentación, en el marco del Fondo de Asistencia de Comunidades Aborígenes. Es un fondo rotativo de 142.000 pesos que fue utilizado para esta inversión y que los productores deberán devolver en núcleos. Cada uno deberá reintegrarlo con el 20% de sus colmenas", explicó Coronel.
"A partir de esta situación, hoy se cuenta con una sala de extracción con una zona sucia y otra limpia separadas, zonas para selección y envasado, dos laboratorios, depósito y oficinas, entre otras mejoras. También logramos mejorar el equipamiento de nuestra sala móvil de extracción de miel, una herramienta muy importante para nosotros que permite el traslado a diversas zonas de producción y agiliza mucho el trabajo. Además de la producción, la extracción y la selección, todo este equipamiento es manejado por los wichi, algo que se logró mediante la capacitación permanente de la gente y la implementación del programa de BPM", contó.
El producto que obtienen es denominado miel de monte. Dado que es natural y no utilizan ningún tipo de agroquímicos, están apuntando a certificarlo como orgánico y ya están en tratativas con el Ministerio de la Producción de Formosa para agilizar el trámite.
El año pasado, exportaron 170 tambores —a través de le empresa santafesina Promiel— y recibieron un precio promedio cercano a los 5 pesos por kilo. La miel de los wichi se vendió con mucho éxito en Alemania y España. A futuro, la idea es exportar, en forma directa, miel fraccionada y con valor agregado.
"Nuestro objetivo es avanzar sobre la base del resultado concreto y no apresurarnos, por eso el emprendimiento va bien...", concluyó Coronel.
En el área del Programa de Calidad de los Alimentos de la Secretaría de Agricultura (SAGPyA), comentaron a Clarín Rural que en el marco del proyecto, el trabajo compartido entre el sector público y los beneficiarios permitió que se concretaran numerosas y fructíferas acciones. Por ejemplo, luego de las primeras capacitaciones encaradas, el grupo original de beneficiarios (todos egresados del Centro Educativo Nº 2) se vio reforzado por numerosos productores deseosos de incorporar conocimientos para poder elevar su performance competitiva.
Un ejemplo de esto es que la incorporación de mano de obra a la actividad en las zonas de influencia del proyecto apícola llegó a incrementarse en más de un 50%.
Los temas desarrollados por los capacitadores abarcaron, además de la implementación de BPM, gestión en la empresa apícola y costos de producción, manejo del apiario y sanidad apícola, calidad de los productos de la colmena, diversas normativas, exigencias de los mercados internacionales, manejo integrado del colmenar y sanidad apícola.
A partir de la capacitación y la incorporación de nueva tecnología, la cooperativa de El Potrillo casi duplicó la cantidad de miel que procesa en su sala de extracción”.