“Producto del cambio de política implementado a nivel nacional y que tiene plena coincidencia con los postulados en materia productiva que impulsa el gobierno provincial, la apicultura formoseña ha experimentado ...
“Producto del cambio de política implementado a nivel nacional y que tiene plena coincidencia con los postulados en materia productiva que impulsa el gobierno provincial, la apicultura formoseña ha experimentado un crecimiento explosivo en los últimos cuatro años”, sostuvo el docente Ricardo Martínez, quién con epicentro de tareas en Palo Santo viene desarrollando una activa tarea con los paipperos de la zona. Para abonar lo antes dicho, sostuvo que “la expansión de la apicultura es tal que a la fecha se ha llegado a más de 17.000 colmenas en producción en toda la provincia, es decir el número de cajones o unidades con su colmena”, refiriendo a que datos oficiales hablan de unas 435 toneladas de miel cosechadas el año pasado, y se estima incrementar significativamente la cifra en esta campaña. Refirió también que “existen diferentes polos productivos en materia apícola, uno muy interesante localizado en el extremo oeste y donde se trabaja fundamentalmente con las comunidades aborígenes”, aludiendo que “otro se halla sentado en el centro provincial, puntualmente en las zonas de Ibarreta y Palo Santo; y también el que se encuentra radicado en el sur provincial, caso El Colorado, Villa Dos Trece y Villafañe”. Aludió que “también se comenzó un importante trabajo con experiencia muy interesantes en San Martín Dos, algo similar está sucediendo en Laguna Blanca, El Espinillo, Tacaaglé”. Destacó que “en este crecimiento ha sido también muy importante el hecho de que se ha sumado la aplicación de programas nacionales y provinciales en cuanto a desarrollo social y humano se refiere”, señalando que “en todo este proceso el aspecto educativo es importante, y este desafío inclusive lo encaramos al incorporar en nuestra tarea con escolares las abejas que no pican, que es otra diversificación de la faceta apícola”. Sobre el particular abundó revelando que “la diversidad biológica de nuestros montes nos permite trabajar con este tipo de abejas, las cuales producen miel, polen y cepróleo que es una mezcla de cera con propóleo”. Martínez cuantificó en más de medio millar los apicultores en la provincia, quienes aludió “están recibiendo una importante apoyatura de programas como el PAIPPA, PRODERNEA y otros que el gobierno tiene vigente”, ponderando en este sentido que “la articulación de iniciativas oficiales a favor del sector hace que se esté dando estos importantes resultados”. “Made in Formosa” También Martínez comentó el escenario favorable para la miel, dado los mejores precios que tornan más rentable la actividad, muy diferente a tiempo atrás donde recordó “hemos tenido problemas climáticos y también tres años de precios bajos, los cuales se manejan a nivel internacional, y esto porque el 90% de la miel argentina se exporta”. Aquí destacó que “hoy en países europeos, inclusive en algunos que pocos pudieran pensar como Ucrania por ejemplo, se consume la miel formoseña”. “Se ha logrado que en los mercados internacionales se acepte la miel que proviene de los montes. Antes la única aceptada era la miel de pradera, la de colores claros. Se creía que la miel del monte no podía producirse en volumen y que la misma carecía de bondades alimenticias”, advirtió, escenario que se logró revertir. Abundó finalmente subrayando que “nclusive existen determinados mercados que solamente quieren este tipo de miel que producimos en la provincia, de ahí que se esté trabajando en procesos de certificación de producción orgánica y que ya han sido aprobados por organismos internacionales”.