Noticias

Las bondades que ofrece el Bañado La Estrella ya comenzaron  a derramarse para aliviar las penurias de los pobladores de Pozo del Tigre  que durante años sufrieron la falta de agua. La mano del hombre estrechada a la naturaleza para su manejo, permitió que el agua llegue hasta el riacho El Salado que posibilitará abastecer todo el año a la planta potabilizadora, desde donde  se distribuirá  luego al pueblo.
Lo que hasta no hace mucho parecía un sueño, es hoy una realidad para alegría de los más de 9 mil pobladores y de aquellos que desarrollan sus actividades productivas a orillas del canal que reactivó el Gobierno Provincial.
Para entender la trascendencia de esta nueva posibilidad que se les ofrece a los pozotigrense, vale indicar que el riacho El Salado está ubicado a unos 5 kilómetros del pueblo. La disponibilidad de agua dependía de las lluvias, por lo que en tiempo de sequías el vital líquido se agotaba. Ese problema quedó ahora atrás, ya que ese espejo de agua será abastecido permanentemente por el bañado a través del canal, inaugurado recientemente por el gobernador Gildo Insfrán.
Ile Mansilla, Adriana Gómez, Paúl de los Santos Cejas  y Ramón Bastanini son pobladores que, al igual que el resto de los habitantes de Pozo del Tigre, saben lo que significa la carencia de agua.
“Cuando llovía no había problemas, el tema era cuando desaparecían las precipitaciones y venía la seca. El Salado se secaba y había que ir a buscar agua a represas de la zona, hasta que éstas terminaban agotándose. Es decir que siempre tuvimos problemas con el agua. Antes teníamos aljibes que también se agotaban por la falta de lluvias. Más de una vez se tuvo que traer agua en camiones desde Las Lomitas”, comentaron las mujeres.
Bastanini está afincado en el lugar hace 43 años. El también relató su historia.
“Esta es la represa donde tomamos agua. Todos los años ésta se agota porque solo se llena con  agua de lluvia. Este es el grave problema que tiene Pozo del Tigre. Once largos meses  sufrimos los efectos de ésta última sequía. Se agotaron prácticamente todos los espejos de agua de la zona, como El Salado y  la represa denominada Estancia Vieja por lo que tuvimos que ir a Las Lomitas a traer el agua en camiones”.
Recordó que en otros tiempos, cuando funcionaba el ferrocarril el agua era traída en el tren. “Llegaban aquí 25 tambores y nos repartíamos entre nosotros y la municipalidad, que a su vez se encargaba de repartirla a los demás pobladores. La gente misma iba y abría las canillas, era una locura”, dijo Bastanini
Paúl de los Santos Cejas también recordó las penurias de los pozotigrenses en tiempo de sequía. “Ahora con estas obras vamos a solucionar el grave problema que teníamos, ya que a tráves de ellas tenemos garantizada la disponibilidad del agua todo el año. Las sequías dejarán de ser una pesadilla”, enfatizó.