Como un atractivo corolario de la delegación de formoseños con una activa presencia en los actos centrales por el Bicentenario, la diseñadora formoseña Julieta Mansilla presentó una decena de modelos de su creación que reflejan de la mejor manera a la provincia a traves de sus atractivos.
En el marco de la presencia formoseña en la muestra federal por el Bicentenario en Buenos Aires, la diseñadora formoseña Julieta Mansilla presentó una decena de modelos de su creación.
Fueron creaciones que reflejan de la mejor manera a la provincia. Estuvo presente el algodón, el imperio del verde, la fiesta del pomelo, la fiesta de la corvina, mitos y leyendas.
Los diseños fueron de Julieta Mansilla, la acompañaron igual número de bellas modelos también formoseñas y el maquillaje y peinados estuvo a cargo de Guillermo Fridman.
La presentación se hizo en el mismo stand y fue aplaudido por la multitud que se encontraba en el interior y en la puerta ya que las chicas desfilaron también afuera.
Sin dudas se trató de un atractivo corolario de la delegación de formoseños de una activa presencia en los actos centrales por el Bicentenario.
Ya en la víspera los doscientos formoseños que desfilaron pusieron en evidencia una pulcritud con la que fue ideada y recreada la obra ya que en realidad el conjunto que se movilizó ante las autoridades nacionales y las decenas de miles de personas que se dieron cita en el desfile respondió a una funcionalidad dinámica y a una belleza estética que mereció las más altas ponderaciones.
El trasfondo del cuadro tuvo netas connotaciones culturales ya que resalta los perfiles de un modelo provincial que reconoce su identidad cultural, muestra sus ricas potencialidades naturales y afirma sus ansias de integración regional, una apuesta que quedó en evidencia con el enarbolamiento de las banderas del MERCOSUR junto con las de la provincial.
Esa exuberancia de su naturaleza fue mostrada desde uno de los aspectos que constituyen el logo del Bicentenario para Formosa tal cual lo ha decidido el gobernador Gildo Insfrán: el agua.
Es que el motivo surgió de la idea fuerza del mandatario formoseño acerca de la necesidad de crear conciencia sobre el valor del agua dulce a punto tal que el desafío es evitar que, progresivamente, una sola gota de ella termine en el mar.
Este mensaje- junto con una brillante puesta de jóvenes y adolescentes sobre los recursos hídricos disponibles, sobre el crisol de razas y la vigencia de un espíritu continentalista- se tradujo en expresiones artísticas, culturales, científicas y realizaciones concretas mostraron ese apego por la protección de los distintos ecosistemas teniendo en cuenta la interrelación de los recursos hídricos con los otros componentes del ambiente y la necesidad del equilibrio entre el desarrollo y la protección ambiental trabajándolo, sobre todo, desde el sistema educativo.
Además, se ha expuesto que Formosa tiene lo que el mundo demanda: agua y alimentos.
Otro de los motivos tuvo que ver con los distintos agrupamientos de seguridad y militares que fueron poblando la frontera, incluyendo a la Guardia Nacional cuyos integrantes llegaron con el fundador Luis Jorge Fontana en 1879.
Fueron creaciones que reflejan de la mejor manera a la provincia. Estuvo presente el algodón, el imperio del verde, la fiesta del pomelo, la fiesta de la corvina, mitos y leyendas.
Los diseños fueron de Julieta Mansilla, la acompañaron igual número de bellas modelos también formoseñas y el maquillaje y peinados estuvo a cargo de Guillermo Fridman.
La presentación se hizo en el mismo stand y fue aplaudido por la multitud que se encontraba en el interior y en la puerta ya que las chicas desfilaron también afuera.
Sin dudas se trató de un atractivo corolario de la delegación de formoseños de una activa presencia en los actos centrales por el Bicentenario.
Ya en la víspera los doscientos formoseños que desfilaron pusieron en evidencia una pulcritud con la que fue ideada y recreada la obra ya que en realidad el conjunto que se movilizó ante las autoridades nacionales y las decenas de miles de personas que se dieron cita en el desfile respondió a una funcionalidad dinámica y a una belleza estética que mereció las más altas ponderaciones.
El trasfondo del cuadro tuvo netas connotaciones culturales ya que resalta los perfiles de un modelo provincial que reconoce su identidad cultural, muestra sus ricas potencialidades naturales y afirma sus ansias de integración regional, una apuesta que quedó en evidencia con el enarbolamiento de las banderas del MERCOSUR junto con las de la provincial.
Esa exuberancia de su naturaleza fue mostrada desde uno de los aspectos que constituyen el logo del Bicentenario para Formosa tal cual lo ha decidido el gobernador Gildo Insfrán: el agua.
Es que el motivo surgió de la idea fuerza del mandatario formoseño acerca de la necesidad de crear conciencia sobre el valor del agua dulce a punto tal que el desafío es evitar que, progresivamente, una sola gota de ella termine en el mar.
Este mensaje- junto con una brillante puesta de jóvenes y adolescentes sobre los recursos hídricos disponibles, sobre el crisol de razas y la vigencia de un espíritu continentalista- se tradujo en expresiones artísticas, culturales, científicas y realizaciones concretas mostraron ese apego por la protección de los distintos ecosistemas teniendo en cuenta la interrelación de los recursos hídricos con los otros componentes del ambiente y la necesidad del equilibrio entre el desarrollo y la protección ambiental trabajándolo, sobre todo, desde el sistema educativo.
Además, se ha expuesto que Formosa tiene lo que el mundo demanda: agua y alimentos.
Otro de los motivos tuvo que ver con los distintos agrupamientos de seguridad y militares que fueron poblando la frontera, incluyendo a la Guardia Nacional cuyos integrantes llegaron con el fundador Luis Jorge Fontana en 1879.