El gobernador formoseño Gildo Insfrán acompañó a la presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, en el acto público realizado frente a la basílica de Nuestra Señora de Itatí, en Corrientes.
La presidenta de la Nación, llegó para dejar una bandera argentina que flameara durante el Operativo Cóndor realizado en Malvinas en 1966 por jóvenes que proclamaron al mundo la soberanía argentina sobre las islas.
Durante el acto, se evocó a los jóvenes del Regimiento 12 de Mercedes que integraron la primera línea de fuego en los cruentos combates librados contra los ingleses en 1982 y al mismo tiempo se resaltó la realidad de la juventud argentina de hoy que tiene la posibilidad de agitar la enseña nacional en un clima de democracia plena.
Tanto la Presidenta cuanto los gobernadores presentes -entre ellos el formoseño- comentaron la devoción de Evita por la virgen de Itatí así como también que la llamada "abanderada de los humildes" tuvo ocasión de visitar la basílica en compañía de su esposo, el entonces presidente Juan Domingo Perón.
Hubo una rogativa colectiva a la virgen para que ilumine y proteja a todo el pueblo argentino y bendiga a los más humildes, sobre todo a aquellos a los que les falta trabajo, viviendas o educación así como también para que desde el estado incluir definitivamente a todos los argentinos.
El pedido a la Virgen de Itatí se extendió hacia los millones de compatriotas que hoy tienen trabajo y educación para sus hijos para que los siga ayudando y, sobre todo, para que ablande el corazón y rece por quienes todavía no entienden que es necesario colaborar con solidaridad, con unidad y con organización para que la Argentina pueda cobijar a los 40 millones de sus habitantes.
Sobre todo hubo una referencia para quienes tienen en abundancia y a los que la vida les ha deparado un buen destino, abogando para que comprendan la necesidad de seguir trabajando para que también la vida sea generosa con quienes todavía no han tenido su misma suerte en materia de bienestar.
El pedido a la virgen fue para que ilumine a todos ellos para que comprendan la necesidad de más amor y no de odio ya que el odio no conduce a ninguna parte.
También para que derrame amor y bendiciones sobre los 40 millones de argentinos, que proteja y guarde a los que hace 46 años fueron a Malvinas y a los que allí descansan eternamente y que proteja para siempre a la patria para que flameen sus banderas, su juventud y para que el pueblo sea feliz y la patria grande.
Durante el acto, se evocó a los jóvenes del Regimiento 12 de Mercedes que integraron la primera línea de fuego en los cruentos combates librados contra los ingleses en 1982 y al mismo tiempo se resaltó la realidad de la juventud argentina de hoy que tiene la posibilidad de agitar la enseña nacional en un clima de democracia plena.
Tanto la Presidenta cuanto los gobernadores presentes -entre ellos el formoseño- comentaron la devoción de Evita por la virgen de Itatí así como también que la llamada "abanderada de los humildes" tuvo ocasión de visitar la basílica en compañía de su esposo, el entonces presidente Juan Domingo Perón.
Hubo una rogativa colectiva a la virgen para que ilumine y proteja a todo el pueblo argentino y bendiga a los más humildes, sobre todo a aquellos a los que les falta trabajo, viviendas o educación así como también para que desde el estado incluir definitivamente a todos los argentinos.
El pedido a la Virgen de Itatí se extendió hacia los millones de compatriotas que hoy tienen trabajo y educación para sus hijos para que los siga ayudando y, sobre todo, para que ablande el corazón y rece por quienes todavía no entienden que es necesario colaborar con solidaridad, con unidad y con organización para que la Argentina pueda cobijar a los 40 millones de sus habitantes.
Sobre todo hubo una referencia para quienes tienen en abundancia y a los que la vida les ha deparado un buen destino, abogando para que comprendan la necesidad de seguir trabajando para que también la vida sea generosa con quienes todavía no han tenido su misma suerte en materia de bienestar.
El pedido a la virgen fue para que ilumine a todos ellos para que comprendan la necesidad de más amor y no de odio ya que el odio no conduce a ninguna parte.
También para que derrame amor y bendiciones sobre los 40 millones de argentinos, que proteja y guarde a los que hace 46 años fueron a Malvinas y a los que allí descansan eternamente y que proteja para siempre a la patria para que flameen sus banderas, su juventud y para que el pueblo sea feliz y la patria grande.