Aquella frase que dice..." Y la vida debe continuar"..., vuelve a la memoria cada vez que sucede algo que por su gravedad afecta ó conmociona a nuestras habituales costumbres de vivir.- En la localidad de Pozo del Tigre "La vida continua" pero, con algo distinto, con un paisaje lugareño diferente.
...como desconfiando del cielo cada vez que aparecen nubes ó hay un poco de viento.-
..."A partir de ahora, nada será igual. Después de lo que nos pasó, es muy difícil volver a comenzar"... Son palabras de Silvia, docente y madre, que no dudó en acudir a ayudar a sus con poblanos, pasado el tornado y después de comprobar que su casa y su Jardín de Infantes no habían sufrido daños.-
..."Fueron muchas horas ó días, no me acuerdo, dice Silvia, de andar por las casas ayudando a acomodar cosas, conteniendo a los chicos, preguntando por todos, además de ocuparnos de nuestras familias, hasta que vimos llegar gente que nos animaban y que comenzaron a darnos la otra ayuda que necesitábamos..., los víveres, venían a hablarnos, a darnos el apoyo psicológico...Eran muchos. Después me entero que dependían del Ministerio de la Comunidad y, realmente, contribuyeron enormemente a que comenzáramos a despertar de la pesadilla que habíamos vivido"...-
Hoy Silvia se multiplica en su tarea de docente, preocupada por la fluctuante inasistencia de los infantes a las aulas que, en algunos casos es total, como consecuencia de la grave situación que atravesaron. Ella, junto a otras colegas, recorre las casas de los educandos, como una forma de transmitir tranquilidad, brindar afecto y seguridad a los más chiquitos, ya que cuando asisten a las clases, todavía lo hacen temerosos de que algo pase. Hasta en sus conversaciones de niños grafican que cuando hay algo mal es porque..."La tormenta y el viento lo hicieron"...-
Esta persona, docente por excelencia, reflexiona que..."Deberíamos juntarnos todos para humanizar nuestro trabajo. Esta desgracia produjo un quiebre en la conducta de nuestra gente, por lo que, como docentes, ahora debemos atender más el aspecto familiar y hacer un seguimiento de los alumnos, especialmente de los más chiquitos, que son los que están sufriendo en mayor medida las consecuencias del tornado. Que tristeza me da recordar que hacía unos pocos días, habíamos festejado el aniversario de nuestro pueblo y, al pasarnos esto, pienso que, 105 años de historia fueron destruidos en 10 minutos pero, los Pozotigrenses, con la ayuda de nuestra Presidenta y del Gobernador, vamos a reconstruir nuestro pueblo"....-
..."A partir de ahora, nada será igual. Después de lo que nos pasó, es muy difícil volver a comenzar"... Son palabras de Silvia, docente y madre, que no dudó en acudir a ayudar a sus con poblanos, pasado el tornado y después de comprobar que su casa y su Jardín de Infantes no habían sufrido daños.-
..."Fueron muchas horas ó días, no me acuerdo, dice Silvia, de andar por las casas ayudando a acomodar cosas, conteniendo a los chicos, preguntando por todos, además de ocuparnos de nuestras familias, hasta que vimos llegar gente que nos animaban y que comenzaron a darnos la otra ayuda que necesitábamos..., los víveres, venían a hablarnos, a darnos el apoyo psicológico...Eran muchos. Después me entero que dependían del Ministerio de la Comunidad y, realmente, contribuyeron enormemente a que comenzáramos a despertar de la pesadilla que habíamos vivido"...-
Hoy Silvia se multiplica en su tarea de docente, preocupada por la fluctuante inasistencia de los infantes a las aulas que, en algunos casos es total, como consecuencia de la grave situación que atravesaron. Ella, junto a otras colegas, recorre las casas de los educandos, como una forma de transmitir tranquilidad, brindar afecto y seguridad a los más chiquitos, ya que cuando asisten a las clases, todavía lo hacen temerosos de que algo pase. Hasta en sus conversaciones de niños grafican que cuando hay algo mal es porque..."La tormenta y el viento lo hicieron"...-
Esta persona, docente por excelencia, reflexiona que..."Deberíamos juntarnos todos para humanizar nuestro trabajo. Esta desgracia produjo un quiebre en la conducta de nuestra gente, por lo que, como docentes, ahora debemos atender más el aspecto familiar y hacer un seguimiento de los alumnos, especialmente de los más chiquitos, que son los que están sufriendo en mayor medida las consecuencias del tornado. Que tristeza me da recordar que hacía unos pocos días, habíamos festejado el aniversario de nuestro pueblo y, al pasarnos esto, pienso que, 105 años de historia fueron destruidos en 10 minutos pero, los Pozotigrenses, con la ayuda de nuestra Presidenta y del Gobernador, vamos a reconstruir nuestro pueblo"....-