Tras sobrevuelo e informe al gobernador, se activaron obras para asegurar el ingreso de las aguas del río Pilcomayo.

Tras una reunión de trabajo con el gobernador Insfrán, los técnicos definieron las acciones a ejecutarse a fin de evitar inconvenientes con las crecidas del Pilcomayo y se activó el plan de acción de acuerdo a lo dispuesto por el primer mandatario.

Se encuentra en marcha el ambicioso plan de trabajos que el gobierno ha diseñado a través de la Dirección Provincial de Vialidad consistentes en correderas fluviales y otras obras hidráulicas, para mantener el ingreso de las aguas del río Pilcomayo en territorio formoseño.
Así lo confirmó el propio administrador general de la DPV, Jorge Jofré, señalando que las primeras tareas ejecutadas en estos días corresponden a la limpieza de las correderas en la zona de El Potrillo, aunque de manera progresiva el frente de labor se irá ampliando a otros trabajos proyectados, entre ellos el de las defensas de más de 40 kilómetros de extensión.
Puntualizó que "tras mantener una reunión de trabajo con el gobernador (Gildo) Insfrán, donde junto a los técnicos se definieron todos las acciones a ejecutarse a fin de evitar inconvenientes cuando se produzcan las crecidas del Pilcomayo, es que se activó el plan de acción de acuerdo a lo dispuesto por el primer mandatario". Incluso señaló que hubo de antemano un sobrevuelo por toda la región que abarcarán las obras de los técnicos locales (DPV y la UPCA) junto a otros provenientes de la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, ya que desde el aire se tuvo una visión más precisa respecto donde y de qué manera acometer las tareas.
Anticipó que los primeros trabajos en las correderas son de diferentes características, dado que las mismas ya ejecutadas presentan diferentes escenarios, y donde se acentuarán las labores serán en los sectores colmatados y fragmentados, de tal manera de posibilitar el normal ingreso de los grandes volúmenes de agua. Por supuesto se abarca a zonas que han quedado sobre-elevadas por el depósito de sedimentos y árboles que las corrientes arrastran cada año.

Lo proyectado

Recursos estimados en más de 25 millones de pesos son los que se estarán desembolsando para costear todo lo proyectado, que implica un despliegue de máquinas y recursos humanos de magnitud durante varios meses.
Respecto al proyecto de correderas fluviales, el mismo se plantea para la zona de divagación y taponamiento del río Pilcomayo en su ingreso a la provincia, concretamente en el sector situado aguas debajo de la localidad de El Potrillo, en el departamento Ramón Lista.
Se advierte que el desborde del río se da debido a que la sección de su cauce es incapaz de conducir en algunos sectores caudales superiores a los 300 metros cúbicos por segundo, y que el agua transporta una carga de sedimentos estimada en 90 millones de toneladas anuales en promedio, que se depositan en su cauce y en ambas márgenes.
Todo esto hace que exista una permanente sobreelevación del lecho del río y de sus márgenes, causando desbordes y una divagación del cauce, además de destrucción de taludes, incluso se advierte que numerosos bañados, esteros y lagunas, así como cauces que existieron en una época, han desaparecido como consecuencia de la renovación y acumulación de sedimentos.
En la actualidad el río ingresa a través del canal Farías a nuestro territorio, siguiendo por el sistema Cañada del Hacha, para luego continuar por el canal Nuevo Tucumancito ejecutado en el 2005. A partir de allí el agua escurre por un sistema de correderas principales ejecutado y reacondicionado entre los años 2005 al 2008, algunas de las cuales necesitan ampliar su capacidad de conducción y otras que sufrieron el proceso de sedimentación, con lo cual se requiere ensancharlas y generar nuevas líneas de escurrimiento aprovechando la pendiente natural del terreno.
Justamente las obras previstas tienen el propósito de mejorar la capacidad de conducción del sistema de correderas fluviales en la zona donde mayor sedimentación se ha producido en el anterior periodo de crecida, para lo cual se plantea trabajar con las obras hidráulicas necesarias, incluso para que permitan atemperar desbordes hacia localidades vecinas.
Entre las características salientes de las obras de limpieza y excavación de canales a ser realizadas en lo que hace a las correderas, las mismas abarcarán zonas como la Cañada Pérez, Tres Pases, Lecherón, Lomada, El Reventado-El Silencio, además de ensanchar el subtramo ejecutado el año pasado y los cierres de los cauces transversales secos actualmente en Cañada de El Surubí.
También comprenden trabajos específicos en varios sub-tramos donde el año pasado se ejecutaron tareas de emergencia, con el objetivo final de disponer de una línea de escurrimiento principal entre la corredera existente denominada El Reventado hasta la altura del Puerto Moreno, con lo cual se tendría consolidado un sistema de más de 32 kilómetros de longitud total.
Un dato no menor es que se incluye la conservación con la utilización de máquinas especificas como son las anfiexcavadoras.

Defensas

Por otra parte, también se plantean defensas contra inundaciones en las franjas que van desde El Silencio-La Brea y El Quebracho-Pescado Negro, consistente en un terraplén de contención de los desbordes provenientes del sistema de correderas en la zona de divagación, aguas debajo de la localidad de El Potrillo.
Además de evitar el ingreso de las aguas a zonas pobladas, esta barrera será utilizada al mismo tiempo como camino de vinculación de las comunidades defendidas con otras trazas de la red vial terciaria.
Las comunidades a proteger son además de las antes cuatro señaladas, otras como Vaca Perdida y La Rinconada, además de la red de caminos vecinales de la zona, la cual se encuentra en la región de riesgo de inundarse.
Este anillo a ejecutarse constituirá la continuidad hacia el sur de la defensa de El Potrillo-Palmar Largo ejecutada en el 2005, comprendiendo casi 15 kilómetros. Tendrá un ancho de coronamiento de seis metros, taludes de 1:3 y una altura que en sectores alcanzaría casi los tres metros, tendiéndose una revancha de casi 1.2 a 1.4 metros en los sectores más críticos, tomando las máximas crecidas que se han dado hasta ahora.
Los trabajos incluyen recrecimiento de defensas como la de El Potrillo-Palmar Largo en los sectores más críticos.
18-10-2009 | Cargada en Obras - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social