Charlas en escuelas por falsas informaciones con niños y padres.

Desde el Gobierno se dispuso trasmitir tranquilidad a la comunidad ante falsas informaciones de supuestas desapariciones de personas y tráfico de órganos.

Tras ratificarse la condición de "cadenas de mentiras" a la serie de sueltos de tono alarmistas que se propalan vía mensajes de textos sobre supuestas desapariciones y tráfico de órganos, desde el gobierno se dispuso trasmitir esto y así llevar tranquilidad a toda la ciudadanía a través de charlas en las escuelas y en otros ámbitos que los mismos vecinos lo propongan.
Si bien en los últimos días se fue explícito a través de los diferentes medios de comunicación sobre estas afirmaciones engañosas con las cuales pretender sembrar preocupación en las familias, se entiende que para algunos el contacto directo pudiera llevar mayor serenidad. De ahí justamente que se han sucedido los encuentros con los vecinos, a quienes se dejó clara y categóricamente que no existen los supuestos secuestros de personas para la ablación de sus órganos, algo que es totalmente falso y con lo cual se pretende generar una suerte de inquietud social, por lo cual no deben prestarse al juego de quienes con vaya a saber que intereses, lanzan este tipo de mensajes.
Se tratan de mensajes de texto que se distribuyen en cadena, los cuales rayan con lo "descabellado". Desde la esfera oficial se fue enfático al afirmar que "como alguien puede imaginar que se pueda ocultar el secuestro de una persona y la extracción de órganos", para aludir "donde se encuentran los familiares de las supuestas víctimas, porque aquí nadie presentó denuncia alguna, ni siquiera tenemos un reporte mínimamente serio en este sentido, sólo estos mensajes de texto y rumores, a los cuales insisto, no hay que prestarles atención, y ante cualquier duda o inquietud recurrir a la policía más cercana a su domicilio".

La complejidad de un trasplante

A propósito de los mensajes de textos que circulan en la provincia y el carácter "mentiroso" y "extremadamente maliciosos" en torno a supuestas extracciones de órganos en forma clandestina, es importante que el común de la gente sepa lo complejo de este tipo de procedimientos.
Por un lado hay que señalar que el tráfico de órganos es un delito penado por la ley. Quien lo realice se transforma en un delincuente, y la ley es muy severa en las penalidades sobre este tema.
Por otra parte, suponer que se puede secuestrar y quitarle los órganos a una persona y luego usarlos para un trasplante, demuestra un gran desconocimiento sobre la problemática clínica y técnica que implica una intervención quirúrgica.
Un operativo de procuración y trasplante requiere una infraestructura de complejidad tal y convoca a tantos profesionales que su realización clandestina es, en la práctica, imposible. Se requiere de una organización compuesta por cientos de profesionales (médicos y técnicos con altísimo nivel de especialización y equipos de apoyo), además de la infraestructura que sólo puede brindar un gran hospital o sanatorio, es decir inversiones multimillonarias en profesionales y equipos.
Para tener idea sobre la magnitud de esas operaciones, debemos tener en cuenta que un trasplante de hígado requiere un promedio de 12 horas de cirugía. Se trata de técnicas quirúrgicas de muy alta especialización, y por lo tanto aplicadas por un pequeño número de especialistas muy conocidos, lo que vuelve muy riesgosa y hasta ridícula su práctica ilegal.
La realización de una ablación y posterior trasplante de órganos requiere poner en funcionamiento normalmente los siguientes equipos técnicos: el equipo del organismo de procuración, el equipo de terapia intensiva que comunica la existencia de un potencial donante, el laboratorio que realiza los estudios serológicos, el que realiza los estudios de histocompatibilidad, el servicio de radiología que hace los estudios pertinentes, más los equipos de trasplante de cada uno de los órganos(de corazón. de pulmón, de riñón, etc.) para los que se practica ablación.
Ningún donante puede esperar retribuciones económicas por la donación de órganos. Donar es dar vida y es aberrante cualquier expectativa de extraer beneficio personal o especular con elementos económicos, situación que por otra parte, está severamente penada por la ley. Tampoco la familia del donante debe abonar ningún gasto asociado a la donación de órganos de su ser querido. Todos los gastos relacionados con el trasplante (el trabajo personal médico y auxiliar, los materiales descartables, etc.) son cubiertos por la obra social o cobertura médica del receptor.
03-04-2009 | Cargada en Novedades - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social