El algodón dinamiza a todo el interior

El algodón, alguna vez un monocultivo en Formosa, a pesar de diversos factores en contra, en especial los precios internacionales con caídas bruscas que hizo entrar en escena al gobierno de la provincia...

El algodón, alguna vez un monocultivo en Formosa, a pesar de diversos factores en contra, en especial los precios internacionales con caídas bruscas que hizo entrar en escena al gobierno de la provincia con una más que importante asistencia, la actitud especulativa de acopiadores y del clima, sigue siendo rentable para los pequeños y medianos productores.
En las zonas de la geografía provincial donde el cultivo del textil tiene un hectareaje importante y por ende allí se han instalado las planchadas provinciales, el movimiento diario ha generado una dinámica muy importante, trayendo un alto impacto laboral, además de la que produce en ámbitos como el comercial y de servicios.
Resulta una imagen habitual la llegada incesante de vehículos hasta las planchadas y aguardan descargar su producción, alrededor de lo cual se genera todo un movimiento, y a partir de allí se extiende a la misma localidad y toda la jurisdicción donde existen una serie de colonias.
De hecho, la campaña algodonera, como hace mucho tiempo no se registraba, está dinamizando vastos sectores del interior provincial, tanto en zonas rurales como en poblados y colonias donde existen plantaciones del textil.
Es que el rol del Estado provincial resultó de suma trascendencia. La buena perspectiva ya asomó inmediatamente después de los importantes anuncios del gobernador Gildo Insfrán, en Mayor Edmundo Villafañe, en septiembre del año pasado, cuando puso en marcha la asistencia al sector agrícola. Confiados en ese auxilio agrícola, los productores agregaron más áreas sembradas a sus algodonales y antes del tiempo de cosecha, recibieron semillas, agroquímicos, aparatos para el rastreo satelital y pronóstico meteorológico (denominados GPS) y asesoramiento y visita permanente de los funcionarios y técnicos del Ministerio de la Producción y el INTA. Varios viajes al interior, en contacto con los productores, realizaron el ministro Luis Basterra, el coordinador ejecutivo del Instituto PAIPPA, Alberto Zorrilla y técnicos de ambas áreas y de otros organismos.
Así, llegó el tiempo de cosecha, y la incertidumbre embargaba al productor. Los precios internacionales por el piso, el afán sin claudicar de los acopiadores por alcanzar mayores ganancias que el mismo trabajador, y la falta de lluvia en algunos sectores y el exceso en otros, puso en peligro el tiempo de la zafra, peligrando la subsistencia del pequeño productor y de los braceros.
Pero aquí intervino el Estado provincial. Se puso en marcha el sistema conocido como planchadas de acopio algodonero, en forma progresiva en casi una docena de localidades dedicada a ese cultivo. Los resultados están siendo excelentes, en un trabajo que conlleva mucha responsabilidad, ya que al margen de la organización de las planchadas de acopio, fijó un precio base y se puso a acopiar el textil, con un balance realmente alentador, con cantidades que superan las siete mil toneladas acopiadas, además de disponerse habilitar desmotadoras, una en la provincia y otras en la vecina Chaco.
De este modo, con reglas claras, asistencia a los reales protagonistas del sector, establecimiento de un precio sostén y un panorama desalentador para los especuladores, llegó este momento que vuelve a esperanzar a los algodoneros.
Desde el Gobierno de la Provincia, con especial celo, se pusieron en marcha mecanismos de capacitación a algodoneros, para la erradicación de las plagas que afectan sus sembradíos para lograr así saltos cualitativos y cuantitativos.
Se enviaron delegaciones de especialistas en plagas (Ministerio de la Producción, INTA, Instituto PAIPPA) a los algodonales y se los especializó en la lucha contra las plagas como el picudo algodonero y la oruga de la hoja, capacitándolos mediante el conocimiento de métodos, trampas, quema de rastrojos y un plan en común para arrancar con los trabajos de labranza.
Hasta el Paraguay viajó una delegación para mostrar en el mismo terreno, como un aluvión de picudos arruinaron todo el esfuerzo de unos pequeños productores del departamento de Neembucú, al sur del territorio paraguayo.
Para que el sector cuente  con mas elementos a favor, el gobernador Insfrán también logró poner en funcionamiento la desmotadora algodonera de la localidad de General Belgrano, mientras reitera que se viene el tiempo de la agroindustria, asegurando que en breve se crearían hilanderías para convertir en hilo el textil formoseño.
El algodón y todas sus actividades en su entorno, logró que este año el panorama sea diferente para bien. Las localidades donde se cosecha el textil están en su mejor momento, con hileras de vehículos esperando su turno para el acopio de su carga y los beneficios colaterales como la reactivación comercial. El renovado espíritu del trabajador del sector, que nunca se resigna, reflejado en estos días en las chacras, en las planchadas y en las desmotadoras, y en los lugares de reunión o cita tras los trabajos, obliga a pensar que el algodón, a pesar de las adversidades, volverá a cobrar protagonismo, pero ahora ya no como monocultivo, sino como uno más dentro de la diversidad productiva que pregona el gobierno, pero en el marco de una inmejorable condición.
18-04-2005 | Cargada en Obras - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social