Formosa es parte activa de la comunidad de practicantes de diálogo democrático.

El programa de Naciones Unidas se ocupa en consolidar una comunidad de practicantes locales que trabaje en el abordaje constructivo de conflictos públicos.

La provincia de Formosa a través de su esfera de Mediación, vienen teniendo una activa labor en un interesante como innovador proyecto que propicia consolidar una comunidad de practicantes locales en Argentina que trabaje en el abordaje constructivo de conflictos públicos.
Justamente, la Directora de Mediación de la Provincia, mediadora Beatriz Mukdsi, acaba de ser propuesta -para formar parte de la Comunidad de Practicantes de Diálogo Democrático en Argentina- en el marco del Proyecto Regional de Diálogo Democrático del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, desde la Dirección para América Latina y el Caribe. Y el hecho no es menor, dado que se cuenten en una veintena de personas de todo el país con esta oferta para ser parte de una iniciativa que va ganando espacios internacionalmente.
Explicó justamente la mediadora que "el diálogo es un ejercicio humano por excelencia, muy sensible a las necesidades y prioridades definidas por las realidades locales, a las sutilezas del lenguaje y a lo intrincado de la memoria colectiva. Siempre se refiere a las necesidades y prioridades de personas reales en situaciones reales", puntualizando que "el diálogo debe ajustarse a cada contexto nacional y cultural específico".
Entiende Mukdsi que "el diálogo es un proceso eminentemente político: por un lado, se ajusta a hechos ineludibles y tiene el objetivo de dar respuestas a quejas, reivindicaciones y agravios políticos y sociales muy concretos, por otro lado, está influenciado por lo más delicado y esquivo de la química de las relaciones humanas".
Por ello justamente considera que "comprender los temas políticos subyacentes (reclamos profundamente arraigados) y las relaciones humanas que a menudo desdibujan y distorsionan la perspectiva (pero que cuando se les permite emerger, pueden aportar energías positivas impensadas) es crucial para crear la situación dialógica que favorezca la evolución y permita paliar las diferencias".
Lo marcó como una herramienta "incluyente, pues personas de diversos sectores, género, clases sociales, partidos políticos, jerarquías, religiones, generaciones y cultura, quienes normalmente trabajan separadas o en oposición, dialogan en un proceso común", y subrayó que "el diálogo cuando se utiliza en el contexto justo y con los métodos adecuados, permite desarrollar soluciones innovadoras y nuevas realidades. Es que no es simplemente una herramienta para alcanzar nuestros objetivos, sino que está en el corazón de los valores que sostienen nuestro trabajo, como el respeto por los derechos humanos, la igualdad, la diversidad y la resolución pacífica de conflictos", concluyendo en marcar que "puede marcar una diferencia en la búsqueda de la Paz, el desarrollo y la gobernabilidad democrática".
Subrayó finalmente que "en todo el mundo el diálogo se considera la herramienta por excelencia para abordar y, en lo posible, resolver las diferencias.-objetivas o subjetivas- que generaron el conflicto inicialmente", concluyendo en afirmar que "el diálogo democrático es un proceso interinstitucional organizado para abordar problemas o desafíos complejos que no pueden ser tratados exitosos, sostenibles, legítima y pacíficamente, por una sola institución".
06-03-2009 | Cargada en Cultura - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social