La celebración por la Concepción de María será este lunes en el Anfiteatro.

Con una ceremonia central en el Anfiteatro de la Juventud, la Iglesia y feligresía católica celebrará este lunes 8 de diciembre la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

La Iglesia Católica celebrará el este lunes 8 de diciembre la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, y como es una tradición cada año, la ceremonia central se llevará a cabo a partir de las 19 horas en el Anfiteatro de la Juventud.
Como ocurre anualmente, cientos de fieles formoseños acudirán al llamado de la Madre María, para participar activamente en la celebración que será encabezada por el Obispo, José Vicente Conejero.
Esta es una fecha muy querida y tradicional para los católicos, especialmente para los formoseños que están tan ligados a la misma. Tal es así que los más entrados en años recuerdan que era, por excelencia, el día de las primeras comuniones de numerosos niños, a lo largo de muchas generaciones.
Sin embargo es preciso saber que la fiesta de la Inmaculada Concepción se celebra desde el siglo VIII, pero fue el 8 de diciembre de 1854 cuando el Papa Pío IX declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción de María. En este se declaraba que la Virgen María -desde el primer instante de su concepción- fue preservada del pecado "por una singular gracia y privilegio de la Omnipotencia Divina y en atención a los méritos del Redentor del género humano, Jesucristo".
"Cuando hablamos de concepción, lo hacemos sobre el instante mismo en que comienza la vida humana, el preciso momento en que empieza a existir una persona en el seno materno. A partir de esta primera definición seguramente muchos pensarán que la celebración de la Inmaculada Concepción se refiere al instante en que comenzó la vida de Jesús. Pero no es así, cuando hablamos de la Inmaculada Concepción nos referimos al instante en el que María comenzó a existir en el vientre de su madre Santa Ana", se clarificó.
Asimismo, se alude a que de acuerdo a la doctrina de la Iglesia Católica, Santa María quedó preservada de toda culpa, pues desde el primer instante en que fue constituida como persona, lo fue inmune de toda mancha de pecado, al igual que luego su hijo Jesús.
"Esto implica la ausencia total de pecado por siempre en su alma y su plenitud de santidad por estar llena de gracia. Por ello es que oramos: 'Dios te salve María, llena eres de gracia', y en el mismo sentido se refieren los cánticos a Jesús que dicen: 'Nació en un portal, de la Virgen concebida sin pecado original'. La Purísima Concepción es un altísimo privilegio, un don concedido sólo a la Virgen, quien había sido predestinada para ser la Madre de Dios", se señala.
Sobre este aspecto también la Iglesia alude a que "es dogma de fe que el pecado original se transmite a todos los hombres por generación natural, de tal modo que todos son concebidos en pecado. Pero María fue el primer ser humano desde Adán y Eva que nació sin esta mancha".
"En consecuencia, había en Ella ausencia total de inclinación al mal, y por ende hay que negar en María aún la menor imperfección moral: siempre tuvo la perfecta subordinación a Dios, sus juicios fueron siempre rectos y su voluntad estuvo siempre orientada al bien verdadero, ya que tenía un altísimo grado de gracia y de caridad, que inclina con tanta fuerza el alma hacia el amor de Dios, que la aparta del pecado", se indicó.
"Una vez más, encontramos en un aspecto de la vida y naturaleza de la Virgen María, un ejemplo al que tomar de modelo a imitar en nuestra propia vida", se significó finalmente.
06-12-2008 | Cargada en Cultura - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social