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Ante  la necesidad de los pequeños productores de tener buenos plantines de diferentes especies, como la banana por ejemplo, es que en el moderno invernadero del CEDEVA de Misión Tacaaglé, se esta avanzando en lo que será el proceso de clonación y así obtener plantas libres de enfermedades.
Este desarrollo se producirá en el más nuevo de los tres centros de validación de tecnología agropecuaria creados en puntos estratégicos para afirmar el proceso de transformación y diversificación productiva, donde fue montado el moderno invernadero, único en su tipo en el país, donde se desarrolla el proceso de clonación de diferentes especies vegetales.
"Una de las formas de hacerlo, la más eficiente, es clonarlas. Para ello se toma una planta, se la muele, se sacan  células y se regenera una planta nueva. En todo ese proceso, que tiene una velocidad muy grande, se eliminan todos los patógenos que ya trae la planta madre. Por lo tanto genéticamente es la misma planta aunque limpia de enfermedades", explican los técnicos.
Esta infraestructura dispone de la tecnología más moderna, con la cual y a través de trabajos en genética de diferentes especies, se procura acelerar el desarrollo frutihortícola regional.
Como en esa zona predomina la banana, ya que hay una 4.500 hectáreas en producción, se ha puesto la mirada en dicha fruta para acrecentar los rendimientos y afirmar su calidad de modo tal de recuperar la posición que Formosa tuvo hace algunos años en el país en espacios ganados por Ecuador y Brasil.
Sin dudas que es toda una novedad el montaje de este moderno invernadero de origen francés, el único en su tipo en el país por sus características.
Desde el Programa de Desarrollo del Centro Oeste que administra los CEDEVA-los otros dos se ubican en Laguna Yema y en Las Lomitas- Jorge Balonga,  se señalo que esta estructura con moderno equipamiento forma parte de la segunda etapa del proceso de clonación de plantas de la biofábrica que se encuentra en Misión Tacaaglé.
La primera consistió en la construcción de los laboratorios para la clonación de plantas de bananas y de otros frutales. Luego la etapa de la recría que  se realizará en el invernadero automático, para dar paso, finalmente, a la  preparación y rustificación en un bráculo contiguo como paso previo a la  implantación en el campo experimental, de los 10.000 meristemas importados de Israel.
El invernadero fue construido por la  firma francesa Richelle, la más importante del mundo en construcción de invernaderos de alta tecnología y el modelo que llegó a Formosa es el único del país en su tipo para cumplir las funciones que necesita la provincia para la clonación de plantas. Tiene 20 por 50 metros y  cuenta  con mallas térmicas y las posibilidades de movimiento automático en cierre y apertura así como para la regulación de la intensidad de la luz.
Su costo, está en el orden de los 80 dólares por metro cuadrado, solamente el esqueleto, el plástico y las mallas, sin la automatización.
Lleva un cerebro electrónico y que en base a los datos provistos por una estación meteorológica autónoma propia y de acuerdo con los parámetros que se le fijan en materia de humedad y temperatura, el invernadero realiza su procedimiento de manera automática."Riega solo también,  según los parámetros que se programen en su computadora", se consigno.
 "Ni en el NEA hay un invernadero de este tipo", aseguran los técnicos y citan el hecho de que el INTA Yuto está viendo este modelo para incorporarlo en Jujuy en 2008.

"Biofábrica"

Otro  motivo es la multiplicación de plantas frutales  muy difícil de hacerla por otros medios y sobre todo tener gran cantidad de ellas rápidamente.
El laboratorio  permite, definida una planta que se adaptó a la zona, multiplicarla en gran cantidad y muy rápido.
Es si una fábrica y por eso los técnicos coinciden en denominarla "biofábrica"
Esta metodología es la que permitirá contar con la cantidad necesaria para responder a las demandas que promuevan el desarrollo de la  zona.
En un par de semanas los plantines de banana que han completado su ciclo de cuarentena en un vivero y serán  trasvasados a macetas en Tacaaglé.
En los primeros días de octubre, si mejora la temperatura, ya que el frío condiciona su evolución, serán enviados  a campo
De las  cuatro variedades existentes importa sobre todo la Williams por estar muy emparentada genotípicamente a los materiales de banana que existen en la zona.
No solamente se va a trabajar en la validación del material genético, sino también en la densidad de plantas por hectárea y el sistema de riego a utilizar que será o por goteo o por aspersión.
El objetivo final es llegar a producir entre 50 y 60 toneladas por hectárea, triplicando los rendimientos el promedio que actualmente tiene la zona.
Se apelará al fertirriego gracias a la reactivación y el mantenimiento del nivel de agua del riacho El Porteño que después de varias décadas ha vuelto a contar con las garantías de un nivel óptimo de agua durante todo el año.