Pilcomayo: Sostenido avance en trabajos de defensas y correderas.

En una amplia franja del departamento Ramón Lista, con varios frentes de trabajo que avanzan a ritmo sostenido, están construyendo las defensas protectoras que cíclicamente soportan los embates de las aguas del río Pilcomayo.

En una amplia franja del departamento Ramón Lista, con varios frentes de trabajo que avanzan a ritmo sostenido, están construyendo las defensas protectoras que cíclicamente soportan los embates de las aguas del río Pilcomayo. Lo mismo ocurre con la limpieza y conservación de las correderas fluviales que permite que las aguas desbordadas del curso escurran sin alteraciones hacia el bañado La Estrella. De acuerdo a los informes provenientes de la región donde están afectadas maquinas especiales y obreros, antes de fin de año los trabajos estarán terminados, es decir previo al ciclo anual de crecidas que experimenta el Pilcomayo. Se recordó en principio desde la Unidad Provincial Coordinadora de Agua (UPCA) que el año pasado ya se concluyo el anillo de defensas de unos 17 kilómetros que protegió a El Potrillo y su periferia, inclusive y cuando se produjo una crecida extraordinaria con volúmenes importantes, se recrecieron y consolidaron en sector críticos. Ahora también se acciona en las defensas para proteger parajes como San Martin y varias comunidades cercanas, anillo que se extiende en una franja de unos 15 kilómetros y que esta ejecutado en un 85 %, mientras que en otra franja que va en sectores como Palmar Largo y numerosas comunidades aledañas el anillo abarca una protección de unos 13 kilómetros que se encuentra en un estado de avance del 90 %. Es decir que en total, estas defensas se prolongaran a lo largo de unos 40 kilómetros, brindando protección a más una veintena de comunidades donde residen alrededor de seis mil personas del departamento Ramón Lista. Estos trabajos de las defensas tienen asimismo otro impacto colateral no menor, que va mas allá de proteger a los lugareños, y que tiene que ver con el hecho de mejorar las condiciones de escurrimiento de las aguas, ya que de alguna manera terminan definiendo la dirección cambiante de las aguas desbordadas en su avance hacia el bañado. Hay que señalar además que en otras dos comunidades del oeste también se trabajará en consolidar las defensas que las protegen en poco tiempo más. En María Cristina por ejemplo el anillo anualmente es fundamental para el reaseguro de sus pobladores ante los embates de cada año del río Pilcomayo. Mientras que en el caso de La Rinconada, ya se anuncio el inicio de los trabajos de consolidación y recrecimiento de la misma a lo largo de unos cuatro kilómetros, inclusive de dotarla de una compuerta e instalar una bomba de desagote para cuando haya necesidad de evacuar el agua de lluvia. Con esto, se protege a los lugareños de potenciales anegamientos producto de los desbordes anuales del bañado La Estrella. Correderas Otra tarea importante tiene que ver con la limpieza y conservación de las correderas fluviales que permite que las aguas desbordadas del río Pilcomayo escurran sin alteraciones hacia el bañado La Estrella para aportar, a través de los riachos del norte y el sur, su valioso caudal para la productividad y el consumo humano. Se trabajo en un principio en la boca misma que tiene una extensión de cien metros y por donde ingresa el agua del río hacia territorio formoseño, avanzándose luego en las correderas mismas, trabajos que presentan un estado de concreción cercano al 40 %. En este caso, el propósito es despejar de las toneladas de sedimentos y grandes troncos que la crecida anterior acumulo en una amplia franja por donde escurre el curso que termina volcando sus aguas en el bañado La Estrella. Esta tarea plantea no pocos desafíos ante las particularidades del suelo del oeste, por lo que al aporte de los técnicos y profesionales, también se requiere de los consejos y experiencias de los lugareños, aborígenes y criollos. Y los trabajos son indispensables después de cada creciente, es que la cantidad de arena, alisos y sauces que transporta el río en su escurrimiento y posterior desborde, hace que el cauce quede colmatado con niveles sedimentarios que llegan hasta los cinco metros de altura en algunos sectores. Existe una franja de unos 60 kilómetros donde se pone el acento en la actividad de las anfiexcavadoras, para cuya optima movilidad es necesario siempre que se realicen correcciones en el trazado de las correderas a partir del reconocimiento de que su sinuosidad es causante de obstrucciones constantes y de que la opción por la línea recta es la ideal ya que permite que la velocidad de escurrimiento sea mayor y mucho menor la cantidad de sedimento que decanta.
25-10-2007 | Cargada en Obras - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social