La estrategia del gobierno de organizar a pequeñas carpinterías de la provincia, agrupadas en la modalidad de consorcios de cooperación para que puedan producir el stock suficiente de mobiliario escolar, asegurándoles la compra ...
La estrategia del gobierno de organizar a pequeñas carpinterías de la provincia, agrupadas en la modalidad de consorcios de cooperación para que puedan producir el stock suficiente de mobiliario escolar, asegurándoles la compra, sin dudas resultó todo un éxito y marca la consolidación del trabajo asociativo, en este caso del rubro carpintería.
Fue el Ministerio de Economía Hacienda y Finanzas quién a través de la dirección de Asociativismo y Economía Social impulsó la iniciativa, en el marco de la estrategia gubernamental de apuntalar al sector de los pequeños productores, generando mano de obra a través de la agregación de valor de la materia prima en el lugar donde se vive y en igualdad de condiciones para todos.
Es así que se organizaron una decena de consorcios conformados por más de un centenar de productores madereros que trabajan en pequeños talleres o carpinterías de capital e interior provincial, quienes de manera individual les hubiera resultado muy difícil cumplir con la meta de proveer el mobiliario escolar para el ciclo lectivo 2007. Este número de consorcios disponen de 430 empleados, que si se toma como parámetro la familia tipo de cuatro miembros, se llega a las 2500 personas favorecidas.
Lo producido
El total de carpinterías y talleres involucrados fue de 74, situados en esta ciudad, Pirané, Palo Santo, Laguna Blanca, El Espinillo, Misión Taacaglé, y Comandante Fontana.
Estos produjeron unos 15 mil conjuntos escolares (mesas y sillas) para los distintos niveles educativos, además de armarios, mesas de PC, pizarrones y mobiliario para los comedores. Todo lo producido fue adquirido por el gobierno, quién volcó recursos de $ 3.307.660 a efecto de abonar bajo la modalidad contra-entrega a los consorcios.
Todo este mobiliario sirvió para el equipamiento de las escuelas construidas, refaccionadas o ampliadas a través del Ministerio de Planificación Obras y Servicios Públicos y de acuerdo a los requerimientos solicitados por el Ministerio de Cultura y Educación.
Un dato no menor residió en que los consorcios fueron conformados con apoyo legal, contable e impositivo de los técnicos de la Dirección de Asociativismo y Economía Social, dependencia en donde se los inscribieron y fiscalizaron.
Asimismo, la rentabilidad alcanzada permitió que los talleres y carpinterías pudieran fabricar no solamente para cumplir con la entrega pactada en una primer fase, sino que además de producir a una escala que les posibilitó disponer de un interesante stock de sillas, mesas, bancos, escritorios, armarios y pizarrones de alta calidad y de diferentes tamaños.