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Desde el Ministerio de la Producción se continúa trabajando intensamente con las comisiones zonales de sanidad vegetal, y justamente ayer se constituyó una nueva en Laguna Blanca, y se hará lo propio en El Espinillo y Tacaaglé, en todo lo vinculado a la destrucción de los rastrojos y con ello fortalecer la lucha contra el picudo del algodón.
El subsecretario de la Producción, Enrique Saita indicó que a la gente del interior, además de las charlas brindadas en este tema, ahora se les provee materiales de apoyo, en este caso para generar conciencia (pasacalles, carteles, afiches) en los productores sobre la importancia de destruir los rastrojos a tiempo con lo cual se evita darle un resguardo a las plagas.
"El picudo es una de las plagas más importantes, aunque no la única, es por ello que la estrategia del gobierno es darle un abordaje integral en cuanto a todo su manejo, desde la preparación del suelo, la elección de las semillas, la época de siembra, entre otras facetas. Todo esto es fundamental en la lucha contra esta y otras plagas como la oruga de la hoja y la lagarta rosada", abundó.
Explicó que "en todo este contexto la destrucción de los rastrojos tiene mucha incidencia, es por ello que se viene trabajando fuertemente en insistir que el productor tiene estos últimos quince días para esta tarea, puntualmente antes del 31 de mayo, donde vence el periodo ya establecido. A partir de esta fecha el productor que no cumpla con esto podrá ser sancionado, algo que no queremos llegar por eso insistimos con que se  efectúe la tarea".
Vale recordar que más de una docena de comisiones zonales intersectoriales distribuidas estratégicamente en las regiones algodoneras de la provincia, se encuentran trabajando de manera activa en la lucha contra el picudo.
Estos órganos están conformadas por autoridades del municipio de la localidad correspondiente de la jurisdicción, los mismos productores, el Instituto PAIPPA, el INTA, organizaciones agrarias como DEPROA, Federación Agraria Argentina, el Movimiento Agrario Formoseño y técnicos de la cartera de Producción, en una clara estrategia de generar conciencia en los hombres de campo de la necesidad de destruir los rastrojos una vez levantados los últimos capullos", recordando que la fecha límite para hacerlo es el 31 de mayo venidero, de acuerdo a la resolución del SENASA, y quién no lo haga en esa fecha, tras ser intimado, podría ser pausible a sanciones ya previstas.
Se advirtió que "el cultivo del algodón no culmina al fin de la cosecha, sin que llega a su término con la destrucción total de los rastrojos mediante las técnicas en vigencia".
Existe confianza en torno a que si se cumplen con estas actividades regidas desde organismos específicos apenas culmina la recolección, se evitará la propagación del picudo, una plaga que está causando profunda inquietud en la región algodonera sudamericana por sus ataques voraces.
En esta estrategia ya se viene brindando charlas a los productores acerca de las labores de preparación y control de plagas que deben desarrollar para lograrse buenos resultados en sus cosechas. Esto, sobre todo teniéndose en cuenta que el picudo puede permanecer hasta 120 días sin comer, con lo cual resulta fundamental eliminar toda fuente de alimento por lo menos cuatro meses, con lo cual se estará previniendo de su presencia en la próxima campaña algodonera.