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En el marco de la atención primaria de salud el Ministerio de Desarrollo Humano viene desarrollando un programa de actividades relacionadas a la capacitación en prevención y tratamiento de la diarrea infantil en diferentes centros de salud de esta ciudad, así como en el Hospital de la Madre y el Niño.
Justamente, la especial atención a esta patología guarda relación con el hecho de que en ésta es la época del año se verifica la mayor ocurrencia de casos.
En esta primera etapa la capacitación abarcó centros situados en barrios como el Namqom, San Francisco y República Argentina, con la asistencia de personal sanitario de de todos los sectores próximos a estos centros.
El síndrome diarreico es una situación patológica que afecta en especial al niño menor de un año, y en particular menor de seis meses.
Cuando los niños son alimentados exclusivamente con leche materna, las deposiciones blandas se producen con mayor continuidad, y a menudo no se lo considera diarrea. Esta situación puede agravar su salud, ya que la pérdida de agua ocasiona una deshidratación y hasta la muerte.
Uno de los síntomas más frecuentes es la presencia de sangre en las heces. También puede producirse que los ojos de los pequeños se muestren como hundidos, este signo significa deshidratación. Y si la diarrea continúa más de 14 días, se trata de un cuadro grave.
Generalmente, el niño que tiene diarrea suele perder el apetito y al principio resulta difícil que coma. Sin embargo, es aconsejable ofrecerle pequeñas cantidades de alimentos para inducirlo a comer. Dar de comer al niño favorece la finalización de la diarrea y su recuperación. Si se reduce o se elimina las comidas del niño durante la enfermedad; la falta de alimentación lo puede llevar a una desnutrición grave. Un niño que ha tenido diarrea necesita tomar durante su recuperación una comida adicional diaria, al menos durante dos semanas.
Respecto a qué tipo de alimentación debe brindársele a los niños con diarrea; para los que son alimentados a pecho, se considera innecesaria su suspensión transitoria. De hecho, se estima que la leche materna cumple satisfactoriamente las funciones de nutrir y mantener la hidratación. Para evitar que el niño se deshidrate cuando tiene diarrea, se recomienda darle de beber: leche materna, papillas, sopas, agua de arroz y agua limpia. El agua siempre hiérvala, déjela enfriar y luego sírvala.
En el caso de los niños mayores que reciben alimentación no láctea, se les suministrará alimentos semisólidos en forma fraccionada. Mientras persistan las deposiciones líquidas, es conveniente ofrecer en todos los casos, SRO fraccionada, durante todo un día.
En estos casos, los especialistas aconsejan que se les suministre una cantidad adicional de líquidos, apenas se produce la diarrea, y no suspender la lactancia materna, a fin de reemplazar las pérdidas.