Noticias

Una ceremonia de egresados con ribetes altamente emotivos se vivió en la tarde-noche del viernes en la Escuela Nº 19 “Dr. Benjamín Zorrilla” del barrio La Paz, ya que entre los graduados se contaban 26 chicos (entre ellos nueve con capacidades especiales) del sexto año de la EGB II que junto a la docente María Lucrecia Davini, recibieron medallas de distinción que fueron enviadas por Presidencia de la Nación.
Lo particular de este grupo es que el mismo fue protagonista del exitoso proyecto de inclusión de alumnos con capacidades diferentes al aula gestado por la señalada docente. Es que estos chicos, ahora flamantes egresados eran calificados como no aptos para el aprendizaje y en muchos casos habían sido repitentes por no encontrar a una persona que se dedicara a ellos, y les planteara una educación distinta.
El proyecto comenzó en 1993 cuando en la Escuela Nº19, Davini recibió a dos niños con capacidades diferentes, hipoacúsicos, llamados Fernando y Ciro. Fueron aceptados por sus compañeros y con la ayuda específica de la docente en colaboración con sus compañeros los dos niños pudieron terminar sus estudios.
En el año 2001 comenzó otro grupo formado por 26 alumnos, 9 contaban con capacidades diferentes. Aparentemente no existía un problema físico, pero con el correr del tiempo la docente se dio cuenta que los niños no asimilaban los contenidos.
Así fue que Nicolás con 9 años ya había sido cambiado de tres escuelas pero nadie había descubierto el tumor cerebral y la epilepsia que sufría, Fernando con graves problemas de aprendizaje y la hipoacusia no lo ayudaba, pero con los audífonos que consiguieron, su rendimiento mejoró notablemente.
Marcelo y Miguel, también repitentes, cuentan con una lesión cerebral y  por lo tanto un retraso madurativo muy importante. Ayelén, epiléptica, con más de ocho operaciones de intestino, hasta tercer año utilizaba pañales.
Ramón, con retraso madurativo y con antecedentes familiares de retraso mental severo, mientras que Alejandro con problema de conductas muy graves, motivo por el cual ya lo habían cambiado de escuela, de turno y estaba a punto de ser expulsado.
Lilian, repitente con diagnóstico de muda, tímida y retraída, Lucas con problemas de retraso mental e inmadurez, María Teresa quien no podía escribir ni leer.
“Ante este panorama tenía dos opciones: abandonarlos y que sigan siendo repitentes, o preocuparme, investigar y aprender para sacarlos adelante” contó la docente Davini.
“La tarea no era fácil, primero hablar con cada uno de los padres, luego con el resto del grupo para evitar burlas y conseguir la aceptación de todos y cada uno de ellos sin importar lo que podían hacer, sino respetarlas como seres humanos ya que todos tienen sentimientos” destacó.
Afirmó la maestra que todo el grupo aceptó la propuesta, los padres también, luego las autoridades, desde la directora y también los supervisores y autoridades de la cartera Educativa.
“La propuesta fue trabajar en forma individual con cada uno, haciendo distintas planificaciones y adaptaciones de contenidos, para marcar y remarcar lo positivo de cada uno y lo negativo. Había antes que nada, brindarles la confianza que cada uno necesitaba para poder construir un nuevo aprendizaje. Eran niños que tenían marcado solo el no, y el mal en sus actividades cotidianas. Costó mucho revertir esto” reconoció la docente.
Recordó que “este proyecto que nos llevó seis años y que aún no considero terminado fue llevado a las autoridades nacionales quienes me otorgan el premio a la maestra Ilustre en el 2004” y en reconocimiento de esto el presidente de la Nación envió una medalla acuñada por la presidencia.
Como conclusión, la docente consideró que el proyecto debe continuar, brindando a cada uno un espacio y el tiempo necesario para construir sus aprendizajes. El proyecto no contó con docentes integradores, solo la docente del grado y los mismos compañeros orientados por ella.