El matadero municipal que el gobierno provincial está construyendo en Las Lomitas, entre varias otras poblaciones del interior, será no solamente un nuevo y moderno edificio funcional, con todas las comodidades.
El matadero municipal que el gobierno provincial está construyendo en Las Lomitas, entre varias otras poblaciones del interior, será no solamente un nuevo y moderno edificio funcional, con todas las comodidades. Propiciará al mismo tiempo la salubridad total de la población en cuanto a carne de diferentes ganados que se faenarán allí, por las exigencias de los organismos de salud y por las mejoras con que cuenta.
El nuevo matadero está emplazado junto a la vieja edificación, que es un monumento a la precariedad y la inseguridad en materia de salud, no porque las autoridades y responsables lomitenses así lo quieran, sino porque es lo único que la posibilidad económica permite dentro de una actividad pecuaria de subsistencia.
Ahora, con la construcción del nuevo edificio, quedarán atrás largos años de incertidumbre en cuanto a la calidad sanitaria de los productos cárnicos que se realizan allí en un marco de carencia de las elementales reglas de sanidad, para gozar ahora de la garantía que brindará el acometimiento impulsado por el gobierno provincial. El principal celo de los responsables es lo que tiene relación con la salud, por lo que abunda apuntar que todo partió desde esta inquietud para la edificación.
Este tema como las mejoras que permitirán funcionalidad en los trabajos de faena caracterizan a estas 17 edificaciones que se construyen en localidades del interior, para estructurar la actividad, beneficiar a los pequeños productores ganaderos que colocarán allí sus reses y para brindar absoluta garantía de salubridad a la población consumidora.
Ratificando ese celo, días atrás las autoridades de la Dirección de Bromatología de la provincia, encabezada por su titular, la ingeniera Cristina Monti, junto a técnicos especializados en la habilitación de mataderos, estuvieron en Las Lomitas, ante varios intendentes con estas edificaciones en sus localidades, haciendo saber las correcciones que se deben introducir en los inmuebles, partiendo desde el delicado tema de la salud.
La iniciativa oficial es doblemente plausible, porque por un lado se estructurará una actividad con ocupación para lugareños y se otorgará salida comercial a los pequeños productores de ganado mayor y menor (se faenarán desde vacunos, hasta caprinos y porcinos) y por el otro, se despejará por completo el grave cuadro que significa la insalubridad desde todo punto de vista de los productos cárnicos, un problema que se cierne donde existen los mataderos precarios, con colgaderos y faenamientos clandestinos.