Prevención en casos de cáncer de cuello uterino.

La acción preventiva es considerada fundamental para luchar contra el flagelo de cáncer de cuello uterino, motivo por el cual se propende de que las mujeres tomen conciencia de realizarse periódicamente ...

La acción preventiva es considerada fundamental para luchar contra el flagelo de cáncer de cuello uterino, motivo por el cual se propende de que las mujeres tomen conciencia de realizarse periódicamente el papanicolau (PAP), por lo menos una vez al año, lo que posibilitará disminuir los casos de cáncer de cuello uterino.
Así lo indicó la doctora Susana Slamic (foto), jefa del programa de cáncer de cuello de útero y mamas del ministerio de Desarrollo Humano, quien señaló que “hay distintos programas con las comunidades originarias, en las zonas rurales y también en el departamento Ramón Lista donde se llevan a cabo acciones educando e informando a las mujeres y lentamente se va tomando conciencia y se hacen, por ejemplo en la zona de Las Lomitas, el Distrito 1 de Ramón Lista. Por supuesto que las comunidades aborígenes que son urbanas, como la del Lote 68 o en Clorinda, en el centro de salud que las atienden ya toman conciencia y se le hace el papanicolau a las embarazadas y a las no embarazadas”.
Asimismo, señaló que “además hay otros programas que confluimos con el mismo tema, por ejemplo el de planificación y salud reproductiva también se encargan de tomarles un PAP antes de indicarles un método preventivo. El programa Nacer, que toma a la embarazada antes del puerperio por lo tanto le va a tomar un papanicolau antes del embarazo”.
“En todos los programas de salud pública prácticamente nos conjugamos en los mismos temas, sobre todo en la salud de la mujer”, puntualizó.


Perder el miedo


Seguidamente, Slamic se interrogó: “¿Por qué un PAP por año? porque en caso de cuello uterino, y digo de esa manera para que las mujeres le empiecen a perder el miedo, el cáncer es una enfermedad como cualquier otra, entonces una vez por año hasta cierta edad porque la enfermedad tiene una evolución prolongada de ocho a diez años”.
“Quiere decir que esa mujer, si vamos haciendo PAP cada año o cada diez años, cualquier lesión mínima que sea pre-cancerosa, pre-invasora, la podemos detectar y curar, sin necesidad de llegar a los tratamientos quimioterápicos, radioterápicos, etc”, precisó.
Más adelante, hizo notar: “Como dijo el doctor Gildo Insfrán en su discurso, si empezamos a hacer esto en todas las mujeres, al cabo de cuatro o cinco años toda las mujeres van a tener un PAP, es decir que vamos a poder encontrar cuáles pueden ser las pacientes que pudieran desarrollar la enfermedad, entonces tratarla, y si cumplimos todo eso, que por lo menos en cuatro años todas las mujeres de Formosa, entre 25 y 59 años tengan un PAP por lo menos, vamos a disminuir la mortalidad por cáncer de cuello uterino, porque lamentablemente la tenemos porque el paciente llega tarde a la consulta”.
Recordó luego que “el examen es gratuito a nivel del sistema de salud, es decir en los centros de salud y en el hospital de la Madre y el Niño o en los hospitales distritales, pero además la empleada pública tiene la posibilidad, desde mayo del año pasado, de tener su chequera oncológica, es decir que se puede hacer el PAP y la consulta ginecológica en forma gratuita porque ya no se cobra más plus, pero no obstante eso nuestras empleadas públicas, docentes, administrativas y aún las empleadas del sistema de salud no toman conciencia de la importancia de hacerse un papanicolau”.
“Los que no tienen acceso a una obra social lo pueden hacer a nivel estatal; los que tienen la obra social provincial tienen la chequera gratuita y todas las otras obras sociales cubren la prevención en forma gratuita, es decir que pueden hacerse su papanicolau”, comentó.
Finalmente, la jefa del programa de cáncer de cuello uterino y mamas del ministerio de Desarrollo Humano hizo hincapié en que “Hay que perder el miedo, perder la vergüenza entonces si vamos a poder vencer esta enfermedad porque no es una utopía lo que nosotros decimos, porque los países que han tomado y han hecho estos programas evidentemente bajaron sus tasas de mortalidad, es decir que esta receta ya está probada en el mundo es cuestión de que nos pongamos a hacerlo, sobre todo las mujeres”.
“Por supuesto que tenemos que adaptar ciertas cosas y tener en cuenta las características culturales de las mujeres, pero tenemos que hacerlo”, concluyó.

07-08-2006 | Cargada en Salud - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social