Cuarenta y dos alumnos recibieron sus correspondientes certificados que lo acredita como “cuidadores domiciliarios”, cuyo curso de formación se dictó durante cuatro meses –con un total de 150 horas ...
Cuarenta y dos alumnos recibieron sus correspondientes certificados que lo acredita como “cuidadores domiciliarios”, cuyo curso de formación se dictó durante cuatro meses –con un total de 150 horas-; bajo la organización de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Social de nuestra provincia y con la coordinación del Programa “Tercera Edad”.
El local de ATSA, fue el lugar que albergó a los aspirantes quienes recibieron el perfeccionamiento necesario; dictado por profesionales en la materia, que durante las 150 horas que duró el curso, los instruyeron para la atención de ancianos, discapacitados y enfermos terminales.
Telésforo “Chiquito” Villalba, subsecretario de Desarrollo Social de la provincia, estuvo presente en el acto de finalización –se desarrollo en el local de ATSA-, oportunidad que aprovechó para resaltar “el esfuerzo puesto de manifiesto por cada uno, para fortalecer y enriquecer sus conocimientos, en el cuidado de nuestros adultos mayores, o bien de aquellas personas que necesitan de una atención especial por sufrir algún tipo de dolencias”.
“Entiendo –continuó diciendo-, que sabrán aprovechar los conocimientos adquiridos, poniéndolo inmediatamente en práctica. Esta tarea algunos lo harán por el amor a sus semejantes y en otros casos, también como una buena alternativa laboral, ya que no hay que olvidar que el curso cuenta con aprobación del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el título puede servir en cualquier lugar del país”.
“En definitiva –aseveró-, felicitó a cada uno de ustedes, porque hoy pueden exhibir orgullosos su diploma nacional de “Cuidadores Domiciliarios”.
Vale resaltar que la atención domiciliaria se define como el conjunto de servicios de apoyo sanitarios y sociales prestados a las personas en sus hogares; manteniéndolos en sus casas el mayor tiempo posible y convenientemente insertos en su comunidad y conservando los roles familiares y sociales, con el fin de mejorar su calidad de vida.
También intenta evitar internaciones innecesarias, generando habilidades y promoviendo nuevas redes solidarias de contención.