Se llevó a cabo el acto central por el 9 de julio.

El ministro de Planificación, Inversión, Obras y Servicios Públicos, Jorge Ibáñez, tras trazar un parangón entre la declaración de la independencia de 1816 con la libertad económica que tiene como uno de sus ejes ...

El ministro de Planificación, Inversión, Obras y Servicios Públicos, Jorge Ibáñez, tras trazar un parangón entre la declaración de la independencia de 1816 con la libertad económica que tiene como uno de sus ejes la actual política nacional, entendió que el país comienza a recuperar el rumbo perdido y que “seamos un poco más libres”.
Las expresiones fueron hechas durante el mensaje pronunciado en el acto central conmemorativo al 190 aniversario de la independencia argentina realizado ayer en el barrio Simón Bolivar, el cual fue presidido por el gobernador Gildo Insfrán, junto al vicegobernador Floro Bogado y el presidente subrogante del STJ, Ariel Gustavo Coll y el intendente Fernando de Vido. Allí, ante las autoridades de los demás poderes, ministros, legisladores, invitados especiales, docentes, alumnos y una multitud que se congregó en inmediaciones del palco montado en la avenida Soldado Formoseño en Malvinas y la calle Armando De Vita y Lacerra, se desarrolló un colorido como atractivo desfile cívico militar, además de una invocación religiosa alusiva a la fecha.
Todo esto, además de los bailes y muestras de afecto permanente al primer mandatario, se llevó a cabo a media mañana, luego que en horas tempranas las autoridades procedieran al tradicional izamiento de los pabellones nacional y provincial en el Mástil Municipal.


Las improntas de
la independencia


En principio, el ministro Ibáñez, historió que “el congreso de Tucumán fue convocado cuando en Europa se promovía la restauración monárquica y se combatía los movimientos democráticos de una América Latina que luchaba por su liberación”, al tiempo que señaló que los temas a tratar por los 29 congresales reunidos eran “complejos y delicados: La declaración de la independencia, la discusión por la forma de gobierno más conveniente para las provincias unidas, la elaboración de proyecto de constitución y preparar un plan para sostener la guerra en defensa propia”.
Subrayó el “unánime y decidido voto por la independencia soberana del país, sin discusión alguna, ya que todos estuvieron de acuerdo”, agregando que de esta manera se comenzó a transitar el camino como nación”.


Tras ello, refirió, aunque sobre una historia más reciente, que “en julio del año 1947 el presidente Juan Domingo Perón marcaba la impronta a seguir cuando presentaba el acta de declaración de la independencia económica en la ciudad de Tucumán. En ese momento, la nación y las provincias refirmaron la voluntad de ser económicamente libre como en 1816 nuestros representantes proclamaron ser políticamente soberanos”.
Sostuvo Ibáñez que “en este modelo de país, los argentinos encontramos la fuerza aglutinante que nos dio la posibilidad de ser grandes y de grabar a fuego en el imaginario colectivo, la necesidad de luchar siempre por las banderas de la soberanía política, la independencia económica y la justicia social”.
“A lo largo de nuestra historia –prosiguió-, desde mayo de 1810 en adelante, muchos argentinos y argentinas han puesto su vida en juego en pos de un proyecto nacional, porque han creído en el llamado interior y colectivo de buscar la independencia como modo de reafirmación de la propia identidad”. En ese sentido, dijo que “nuestra historia presenta hitos memorables”, advirtiendo que “cuando olvidamos el rumbo hemos sufrido como nación”, marco en el cual señaló los sufrimientos padecido cuando los conductores del país no tuvieron un proyecto nacional”.


Reconquistando
lo que se perdió


Entendió que por todo lo antes descripto, en este presente, “la renegociación de la deuda externa, logrando la más importante quita de la historia y el pago total de lo que se debía al Fondo Monetario Internacional, marca un hito histórico en el camino de la independencia nacional”.
Consideró que “es trascendental la decisión política de romper con el máximo organismo financiero internacional, que impuso por mucho tiempo a nuestro país, sus recetas económicas”, recordando la “exigencia a los pueblos latinoamericanos políticas que dejaran en libertad total el libre juego de la oferta y la demanda, eliminando así toda protección de la industria nacional y de las economías regionales en particular; y se debía también reducir el gasto público, liquidando las empresas estatales, dejando así un estado pequeño y ausente de toda significación en la vida económica de los pueblos”.
Lamentó las “tristes consecuencias sociales dejaron estas recetas neoliberales en más de una década de aplicación”, aunque optimista indicó que “nuestra nación comienza a recuperar el rumbo perdido. Es posible ahora avizorar un tiempo nuevo en el cual podamos llevar a cabo todo lo que seamos capaces de realizar”, agregando que “la independencia económica tiene una etapa inicial, que es la reconquista de lo que hemos perdido”.
Instó a que “miremos con memoria lo que hemos conseguido los argentinos en estos últimos años, cuando de verdad pensamos primero en el país”, como también apreció que “hoy vemos políticas públicas, que al generar una gran inversión en obras de infraestructura, logran también descender sensiblemente los índices de desocupación, principalmente en Formosa donde tenemos la tasa más baja de la región”.
“Hoy vemos políticas activas que apoyan las economías regionales, en particular la producción del campo, que lo constituyen en el motor de la economía”, abundó, subrayando que “todo esto va marcando la construcción de un camino de desarrollo económico con inclusión social”.
También el ministro Ibáñez dijo que “otra circunstancia alentadora es el proceso de integración latinoamericana que estamos viviendo, que claramente es un indicador de independencia. Cuando los pueblos se unen se fortalecen las principales riquezas que tenemos”.
Enfatizó que “estas son algunas particularidades que nos permiten afirmar que somos un poco más libres”, al tiempo que propuso que “no nos dejemos llevar por los condicionamientos indignantes que impone este modelo excluyente y dominante vigente en muchas regiones del mundo, viciado de inmoralidad por tener como fin último, el lucro y no al hombre como centro y razón de todo ser y hacer de una nación”.
Para el ministro de Planificación por el camino político actual “estamos recuperando poco a poco el destino de grandeza al cual aspiramos todos los argentinos. Destino que supimos construir y que tiene que ser el horizonte que nos guíe en este nuevo momento de la historia argentina, en el cual nos reconocemos hijos de un mismo pasado, hermanos de un mismo presente y padres de un futuro común”
Concluyó subrayando que “este reconocimiento es necesario para seguir construyendo la nación políticamente soberana, socialmente justa y económicamente independiente”.

10-07-2006 | Cargada en Noticias - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social