Explican tarea de rehabilitación de la drogodependencia.

El Jefe del Programa “Jóvenes Saludables” dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano, Marcelo Kremis, explicó en detalle los aspectos y desafíos en el marco de la “compleja” tarea de rehabilitación ...

El Jefe del Programa “Jóvenes Saludables” dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano, Marcelo Kremis, explicó en detalle los aspectos y desafíos en el marco de la “compleja” tarea de rehabilitación a personas –especialmente jóvenes- drogodependientes.
Tras indicar en principios que el referido programa cumple tres años de labor ininterrumpida en la acción preventiva y asistencial en el campo de la drogodependencia, señaló que “desde entonces se viene propiciando, capacitando y supervisando la creación de centros preventivos escolares y comunitarios en toda la provincia, planteándose como objetivo principal el fortalecimiento de lazos familiares y sociales para la conformación de una verdadera red de contención para los niños y adolescentes”.
Explicó en este sentido que “es justamente el estrato juvenil la población de riesgo para el desarrollo de conductas adictivas, relacionadas tanto con drogas lícitas como el alcohol, el tabaco, como con drogas ilegales”, subrayando que “es por ello que se viene promoviendo un estilo de vida más saludable, informando sobre las nocivas consecuencias del abuso de las drogas y detectando precozmente a quienes ya han iniciado su consumo”.


Los tratamientos


Advirtió Kremis que en el área asistencial se ha desarrollado un programa integral para dar respuesta a la lamentablemente creciente demanda de la población para la rehabilitación de jóvenes que, cada vez más precozmente, sufren la terrible adicción a las drogas”.
Señaló que a estos se los ofrece un equipo multidisciplinario altamente capacitado, teniendo como puerta de entrada a esta red el Centro Preventivo Asistencial “La Casita” que funciona en la calle Mitre 1214 de esta ciudad. “Allí se brinda orientación y contención a los familiares que, sumergidos en la angustia e impotencia por “no saber que más hacer”, acuden en busca de ayuda profesional. Decenas de consultas mensuales son atendidas por el equipo técnico que inmediatamente inicia una exhaustiva evaluación del paciente, tanto médica, como psicológica y social, para luego concluir en la modalidad terapéutica más adecuada para cada paciente, brindándose en ese mismo centro las modalidades ambulatorias de tratamiento si las condiciones familiares del paciente así lo permiten”, explicó.
Abundó señalando que “cuando esto no resulta posible se determina su derivación a la Comunidad Terapéutica “Dr. Eduardo Macedo” de la localidad de Tatané, también perteneciente a la red de salud pública provincial, brindándose un tratamiento bajo la modalidad “residencial”, ya que los pacientes deben alojarse en esta institución durante el tiempo que demande su tratamiento, el cual en esta fase tiene una duración no menor de 24 meses dependiendo de la evolución de cada paciente”.
El licenciado Kremis puntualizó que “en caso que el paciente presente asociadas a su problemática adictiva otras patologías psiquiátricas más severas que requieran su asistencia especializada en instituciones de “puertas cerradas”, este es derivado a centros extra provinciales adecuados para estas graves enfermedades”.


Recaída latente


Dejó en claro el profesional que “en todos los casos, el egreso de cualquiera de estas modalidades terapéuticas nunca significa la “curación definitiva”, sino el progreso en el paso de rehabilitación hacia fases de menor complejidad, pero siempre con una atenta y continua supervisión de la evolución de cada paciente, ya que la amenaza de una posible “recaída” permanece siempre latente”.
“Es por ello –continuó diciendo- que un paciente drogadependiente nunca es considerado de alta en un proceso de rehabilitación tan complejo y esforzado, valorándose incluso algunas deserciones al tratamiento como “altas mejoradas” o “impases”, ya que muchas veces, tras el trabajo con la familia y otras instituciones (escuela, justicia, fuerzas de seguridad, etc.) se logra tiempo después que estos pacientes retomen el tratamiento, o amortiguarse el daño durante estas recaídas”.
De todos modos destacó que “son muchos los jóvenes que, no sin altibajos y varios recontratos en su tratamiento, que han logrado sostener varios años de abstinencia en el consumo, avanzando decididamente hacia la superación de las causas individuales, familiares y sociales que convergieron en la adquisición de estos trastornos adictivos, como así también progresando en la elaboración y concreción de proyectos de vida más adaptados y saludables a través de la reinserción familiar, escolar y/o laboral”.
Dijo que “actualmente doce pacientes se encuentran en esta fase avanzada de tratamiento en nuestra provincia, en tanto que muchos otros más todavía se esfuerzan por alcanzar esta meta”.
Significó que “la lucha por la superación de la drogadependencia se da en un día a día, que se refleja en el lema de todo tratamiento de estas características: “solo por hoy”, comprendiendo que, más allá de los logros obtenidos, el infierno de las drogas es una amenaza permanente”.
Finalizó afirmando Kremis que “ante esta realidad acuciante cobra más que nunca relevancia la expresión “mejor prevenir que curar”, comprometiéndonos a cada uno de nosotros en el urgente desafío de mantener a nuestros niños y jóvenes alejados del contacto con las drogas, ya que la incesante oferta mediática y la curiosidad propia de su edad atentan dramáticamente su salud y sus vidas”.


El testimonio de Andrés


Andrés, es uno de los jóvenes atendidos en la Comunidad Terapeútica  “Dr. Eduardo Macedo”, de la localidad de Tatané, donde recibe tratamiento médico, psicológico y social por su adicción a las drogas.
Destaca en su testimonio que en el lugar ha estrecha fuertes vínculos con otros como él, compartiendo su experiencia, fortaleza y esperanza con el fin de hallar solución a los problemas que tienen en común, comprendiendose y estimulándose a que se encuentre una recuperación.
Andrés, un muchacho de 19 años de la ciudad de Clorinda contó que ingresó a la institución hace un año y tres meses, señalando en ese sentido que a raíz de la droga “andaba perdido en la calle y estaba viviendo solo y comencé a perder muchas cosas en la familia”.
Dijo que “yo vivía mal y no me cuidaba y, un día desperté y comencé a llorar  con bronca de lo mal que me veía” y comentó que desde ese momento “me fui al hospital de Clorinda y le pedía a una psicopedagoga para que me tratara y con unos contactos me trajeron a esta Comunidad Terapéutica”, aludió
Comentó que me “fue difícil los primeros meses, a lo que se sumaba los problemas familiares que tenía no podía solucionar y eso me costaba mucho”, comentó y aludió a que el “acompañamiento de la gente de aquí me está ayudando muchísimo”.
Mencionó que “ahora estoy en el colegio y estoy estudiando informática y sueño con más cosas, porque tengo ganas de cambiar”, enfatizó
Al hablar como pudo entrar en la droga dijo que “uno por curiosidad y otro para tapar un problema como para mentirme a mi mismo de las cosas y encerrarme en muchas cosas mías y hoy en día me arrepiento de muchas cosas por el tiempo que yo perdí porque tengo 19 años y podía estar estudiando algo, y lo que quiero es terminar el secundario”.
“Uno siempre tiene que agarrase de la gente honesta y de la gente que los quiere ayudar. Y uno tiene que darse a conocer y compartir sus problemas” dijo Andres.
En la parte final aludió que “la calle esta fea, existe mucha violencia”  y confió que “no hay que meterse con la droga, porque no solamente está reservada en las clases más marginales, sino también en la clase media y alta, que buscan la forma de paliar la sensación de consumirla”
A modo de ejemplo dijo: “todos te dicen entra dale, que todo es lindo pero es muy difícil de salir, aunque yo estoy dispuesto a cambiar y acá hay gente muy buena y profesional que nos ayuda”.

27-05-2006 | Cargada en Sociales - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social