Emotivo homenaje a docente al cumplir “Bodas de Oro” en su labor.

“Salve, noble maestra, ubérrima madre de generaciones en el puro crisol de tus grandezas se funden sin cesar los corazones” rezaba la frase sobre el gran cortinado que adornaba el escenario de la Escuela N° 124 ...

“Salve, noble maestra, ubérrima madre de generaciones en el puro crisol de tus grandezas se funden sin cesar los corazones” rezaba la frase sobre el gran cortinado que adornaba el escenario de la Escuela N° 124 “Luis Jorge Fontana, epicentro del emotivo y justo homenaje tributado a doña Ana Cáceres de Flumian, quién cumplió sus “Bodas de Oro” como docente.
En efecto -1956-2006-, medio siglo como maestra, y sin ganas de jubilarse y con el mismo espíritu de esa infatigable vocación de brindar amor a los chicos.
Fue la tarde del sábado último en el referido establecimiento, donde ya lleva 45 años enseñando, el sitio para el homenaje, el cual fue encabezado por la ministro de Cultura y Educación, Olga Comello de Cabrera junto al subsecretario de esa cartera, Pedro Acosta Ramón, entre otras autoridades, además de sus familiares y por supuesto un sinnumero de amigos y amigas.
Recordó la docente, nacida en Palo Santo y egresada del colegio Santa Isabel, sus cinco primeros años trabajando en la comunidad de Presidente Irigoyen en doble turno y los restantes 45 hasta la fecha en la Escuela 124 “Luis Jorge Fontana”.
Justamente, rememoró anécdotas de sus inicios como maestra, cuando se trasladaba en jardinera a trabajar, en otras a “dedo” y cuando llovía tenían que caminar casi diez horas, hasta aludió a una ocasión en que debió subirse al acoplado de un camión que trasportaba vino y cerveza. Todo para llegar a la escuela y enseñar.
Luego y al contraer matrimonio se vino a nuestra ciudad iniciando su labor en la Escuela 124, y comenzando a desarrollar una infatigable vocación docente,  “siendo –comenta- vaya a saber cuantas las generaciones que pasaron frente a mi,” inclusive aludió a que en esta fecha tan especial recibió llamados de ex alumnos radicados en diferentes puntos del país y de la misma España.
Dijo estar invadida por la emoción, afirmando que “siempre digo que soy una bendecida de Dios por trabajar en lo que me gusta”, al tiempo que insistía en que no estaba, al menos por ahora, en su ánimo, acogerse a los beneficios de la jubilación, pese a tener la edad suficiente para ello. “Cuando un chico ya no me acepte, entonces subiré a un remis y me iré a casa”, afirmó.

15-05-2006 | Cargada en Cultura - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social