Desde el ministerio de Desarrollo Humano indicaron que adoptar hábitos saludables y controlar los factores de riesgos como la hipertensión arterial, son medidas fundamentales para prevenir un ataque cerebro vascular (ACV).
Esta afección provoca alrededor de 15 mil muertes por año y según las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, es la primera causa de discapacidad permanente en adultos, en la Argentina.
Estudios calificados arrojan como resultado que 8 de cada 10 personas que sufren un ACV son hipertensos; esto hace que este factor se convierta en el primordial responsable. Hay también, otros componentes que influyen de forma intensa, como el sobrepeso y la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco. Debe considerarse que los fumadores multiplican cuatro veces el riesgo de padecer un ACV.
La cartera sanitaria local, a través de los distintos programas que tienen a cargo la prevención y difusión de hábitos saludables y del control de factores de riesgos, pone en práctica diversas acciones para concientizar a la población acerca de las causales más habituales de un ACV y de las graves consecuencias que acarrea.
Una de las medidas importantes de prevención es mantenerse informado. En este sentido, es necesario saber cuáles son los síntomas que indican un ataque cerebro vascular, entre los cuales se destacan: el adormecimiento o parálisis en alguna de las extremidades, dificultad en el habla, problemas en la visión y dolor de cabeza intenso y repentino. Frente a algunas de estas señales se debe estar atento, ya que pueden estar señalando un inminente ACV, que si es tratado de manera oportuna, puede disminuir notoriamente sus probables secuelas.
¿Cómo se presenta el ataque cerebro vascular?
Es una afección causada por la pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza. El primer tipo de ataque cerebral es el más frecuente y ocurre en el 80 % de los casos.
Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas dejan de funcionar.
Los efectos de un ataque cerebral suelen ser permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar. Sin embargo el reconocimiento anticipado de los signos de un ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica, se pueden reducir tanto las posibilidades de muerte, como de discapacidad.
Estudios calificados arrojan como resultado que 8 de cada 10 personas que sufren un ACV son hipertensos; esto hace que este factor se convierta en el primordial responsable. Hay también, otros componentes que influyen de forma intensa, como el sobrepeso y la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco. Debe considerarse que los fumadores multiplican cuatro veces el riesgo de padecer un ACV.
La cartera sanitaria local, a través de los distintos programas que tienen a cargo la prevención y difusión de hábitos saludables y del control de factores de riesgos, pone en práctica diversas acciones para concientizar a la población acerca de las causales más habituales de un ACV y de las graves consecuencias que acarrea.
Una de las medidas importantes de prevención es mantenerse informado. En este sentido, es necesario saber cuáles son los síntomas que indican un ataque cerebro vascular, entre los cuales se destacan: el adormecimiento o parálisis en alguna de las extremidades, dificultad en el habla, problemas en la visión y dolor de cabeza intenso y repentino. Frente a algunas de estas señales se debe estar atento, ya que pueden estar señalando un inminente ACV, que si es tratado de manera oportuna, puede disminuir notoriamente sus probables secuelas.
¿Cómo se presenta el ataque cerebro vascular?
Es una afección causada por la pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza. El primer tipo de ataque cerebral es el más frecuente y ocurre en el 80 % de los casos.
Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas dejan de funcionar.
Los efectos de un ataque cerebral suelen ser permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar. Sin embargo el reconocimiento anticipado de los signos de un ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica, se pueden reducir tanto las posibilidades de muerte, como de discapacidad.