En la estructura hecha con ramas de árboles y arbustos de la región se observan las figuras evocativas de la sagrada familia y todos los componentes de esta evocación del nacimiento de Jesucristo en Belén.
Con dos pesebres, uno de ellos armado en el hall de entrada y el otro en el acceso por la calle José María Uriburu , se recrea una vez más el clima navideño en Casa de Gobierno sumándose de este modo al que ya se palpita en distintos lugares de la ciudad con todas las manifestaciones tradicionales a las que han adherido los vecinos con dedicación.
La tarea estuvo a cargo de agentes públicos pertenecientes a la estructura de la intendencia de la sede del Poder Ejecutivo quienes utilizaron ramas típicas de árboles y arbustos de la región.
Esta réplica del pesebre de Oriente incluye como figura central la cuna que ocupará desde la medianoche del 24 el Niño Jesús y a su alrededor a la Virgen María, a San José, a los tres Reyes Magos así como también a los animales que se presume dieron calor al hogar del recién nacido en Belén.
El intendente de Casa de Gobierno, ingeniero Humberto Capello, supervisó la terminación de los trabajos y destacó la dedicación puesta por los trabajadores que se encargaron de esta labor que se reitera todos los años desde el 8 de diciembre y que se prolonga hasta el 6 de enero.
Se utilizaron elementos típicos de la región guaranítica -que se repiten en los hogares formoseños y en otras recreaciones públicas- ya que se ha apelado a la visión del establo sencillo y humilde donde se produjo el nacimiento de Cristo en Belén, destacándose que esta ponderación de la Nochebuena y de la Navidad tiene que ver con la necesidad de realzar el significado fraterno, solidario y humanístico que tienen estas celebraciones para el reencuentro y el accionar común en la conformación de una sociedad cálida y unida.
Esta reafirmación de los hechos del pasado religioso, al que el pueblo formoseño está íntimamente ligado, no solamente tiene significación para fortalecer el enriquecimiento espiritual comunitario de modo tal que se embarque en la empresa del bien común sirviendo, sobre todo, a los anhelos de solidaridad que surgen de las distintas franjas sociales y al mismo tiempo a los que necesitan de gestos y acompañamientos altruistas para que abracen la justicia social.
La exaltación del nacimiento de Jesús, como prenda de unidad de los formoseños, tiene su correlato con otras presentaciones, como las de la Cruz del Norte y en la zona portuaria, así como en los propios hogares de miles de familias formoseñas.
La tarea estuvo a cargo de agentes públicos pertenecientes a la estructura de la intendencia de la sede del Poder Ejecutivo quienes utilizaron ramas típicas de árboles y arbustos de la región.
Esta réplica del pesebre de Oriente incluye como figura central la cuna que ocupará desde la medianoche del 24 el Niño Jesús y a su alrededor a la Virgen María, a San José, a los tres Reyes Magos así como también a los animales que se presume dieron calor al hogar del recién nacido en Belén.
El intendente de Casa de Gobierno, ingeniero Humberto Capello, supervisó la terminación de los trabajos y destacó la dedicación puesta por los trabajadores que se encargaron de esta labor que se reitera todos los años desde el 8 de diciembre y que se prolonga hasta el 6 de enero.
Se utilizaron elementos típicos de la región guaranítica -que se repiten en los hogares formoseños y en otras recreaciones públicas- ya que se ha apelado a la visión del establo sencillo y humilde donde se produjo el nacimiento de Cristo en Belén, destacándose que esta ponderación de la Nochebuena y de la Navidad tiene que ver con la necesidad de realzar el significado fraterno, solidario y humanístico que tienen estas celebraciones para el reencuentro y el accionar común en la conformación de una sociedad cálida y unida.
Esta reafirmación de los hechos del pasado religioso, al que el pueblo formoseño está íntimamente ligado, no solamente tiene significación para fortalecer el enriquecimiento espiritual comunitario de modo tal que se embarque en la empresa del bien común sirviendo, sobre todo, a los anhelos de solidaridad que surgen de las distintas franjas sociales y al mismo tiempo a los que necesitan de gestos y acompañamientos altruistas para que abracen la justicia social.
La exaltación del nacimiento de Jesús, como prenda de unidad de los formoseños, tiene su correlato con otras presentaciones, como las de la Cruz del Norte y en la zona portuaria, así como en los propios hogares de miles de familias formoseñas.