Acuerdo paraguayo por fortalecer acciones conjuntas por Pilcomayo.

Tras el encuentro que mantuvieron en esta ciudad los integrantes de la comisión Tripartita del Río Pilcomayo, el representante del Paraguay...

Tras el encuentro que mantuvieron en esta ciudad los integrantes de la comisión Tripartita del Río Pilcomayo, el representante del Paraguay, ingeniero Joaquín Collantes , manifestó el interés de su país por volver a abordar las cuestiones que tienen que ver con la distribución igualitaria de los caudales, un aspecto que durante largos años generó conflictos bilaterales y la consecuente retracción del cauce.
Se trata de un tema que mereció especial consideración por parte del doctor Gildo Insfrán ya que se encargó personalmente, ya en sus épocas de vicegobernador, de hacer notar la necesidad de abordar la problemática desde el punto de vista técnico ya que la fuga del río internacional podría generar un verdadero desastre ecológico en la región.
Esa preocupación lo llevó al seno de la reunión de Cancilleres de la Cuenca del Plata en 1991 logrando que en octubre de ese año Di Tella y Frutos Vaesquen suscribiesen un acuerdo para la ejecución de obras experimentales a fin de contener el raudo retroceso del cauce.
Un mes después ya estaban en marcha en ambas obras de toma realizadas a partir del proyecto Pantalón sugerido por especialistas de la Unión Europea pero lamentablemente el vecino país llevó a cabo un trazado inadecuado a punto tal que los mayores caudales derivaron hacia territorio formoseño, una situación que un año después motivo el reclamo de las autoridades guaraníes porque el 80 por ciento de los caudales derivaba hacia Formosa y solamente el 20 por ciento ingresaba al Chaco paraguayo.
Esa realidad se mantuvo y se agravó hacia fines de 1993, razón por la cual se apeló a la asistencia técnica rusa y europea que culminó con la firma de otro convenio que permitía a los vecinos acometer una nueva toma y a nuestro país a encarar obras de regulación de manera tal de disminuir el ingreso de los desbordes en el canal formoseño.
Pese a la reacción en contrario de los técnicos de la provincia, las obras se hicieron y se llegó a 1995 en que prácticamente no ingresaba una sola gota de agua en Formosa ya que el ciento por ciento de los caudales iba para Paraguay.
Durante un año y medio se soportaron los efectos de esa situación precaria que llegó a secar totalmente el bañado La estrella, provocó la mortandad cuantiosa de animales y obligó a organizar operativos de transporte de agua hacia los municipios y comunidades aborígenes de una amplia franja ubicada al norte de la ruta 81 aunque los mayores rigores se sintieron en el extremo oeste donde hubo una airada reacción de los criollos y wichí del lugar. Emilio Quispe, por ejemplo, se quejaba porque al no ingresar las aguas no podían recoger los frutos silvestres y los peces que son los alimentos naturales de los nativos de esa zona. También el docente Paulino Cóceres-quien murió tras sufrir una insolación mientras ayudaba a excavar el Canal Farías-quien le recordó a las autoridades nacionales sus desgracias comunitarias y el hecho de que el Pilcomayo es la vida para esos habitantes sobre cuyo destino parecía ignorar el gobierno nacional desde la Chancillería.
Esa movilización también fue respaldada por el doctor Insfrán quien asumió el poder Ejecutivo a mediados de diciembre de 1995 y a comienzo de 1996 llamó a los distintos sectores comunitarios a unirse en la lucha para evitar la fuga del río y la desertificación de media provincia.
Los reclamos dieron resultado y en junio de 1996 el entonces presidente Carlos Menem dispuso el dragado y mantenimiento de los canales argentinos de modo tal que se genere un equilibrio en el ingreso de los caudales del Pilcomayo y tras las crecientes de fines de ese año las aguas volvieron a ingresar por el Canal Farías, reactivándose el bañado y recuperándose el recurso en una amplísima zona a punto tal que en marzo de 1997 superaron el terraplén de la ruta 28.
Desde entonces, Insfrán luchó porque esta situación planteada en la baja cuenca tuviese una solución definitiva con obras de corrección en las nacientes del Pilcomayo para lo cual gestionó la ayuda de la Unión Europea para definir los trabajos que hacen falta para frenar el arrastre de sedimentos, asegurar la afectación de nuevas áreas para la producción en las provincias condóminas y el propio Chaco paraguayo, evitar la contaminación ambiental y garantizar el reparto igualitario de las aguas.
Catorce años después de haber encarado una diligencia que frenó el retroceso del río-que solamente está presente en 33 kilómetros de territorio formoseño-las novedades transmitidas en el seno de la Comisión Tripartita que deliberó en Formosa y el anuncio paraguayo de reactivar la Binacional, comienzan a concretarse los objetivos y propuestas del actual mandatario formoseño respecto del Pilcomayo.
05-05-2005 | Cargada en Noticias - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social