Se cuentan en más de medio millar las viviendas entregadas en unas 25 comunidades aborígenes.

Un total de 530 viviendas construidas en unas 25 comunidades aborígenes de diferentes puntos de la provincia fueron las entregadas el año pasado, mientras otro número importante se encuentra en ejecución.

Se recordó que también otros paquetes de obras están próximos a iniciarse, con lo cual se mantiene la política habitacional para este segmento social.
Fue destacado que "estas entregas se realizaron con absoluta responsabilidad, pretendiendo que cada familia no ingrese a un simple techo, sino que disponga de todos los servicios indispensables para su completo y normal desarrollo, incluso con su correspondiente título de propiedad".
De allí que las autoridades provinciales insistan en el "carácter humanista de las políticas de vivienda y lo que implica en el plano social y económico entregar en propiedad la casa propia a tantas miles de familias,
Sobre todo se hace hincapié el propósito central y excluyente de esta gestión provincia cual es la de crear las condiciones para garantizar una mayor calidad de vida al hombre de carne y hueso, para que se fortalezca la unidad familiar y se afirme la recreación del hogar como su principal esencia.
Comunidades como Qompi, Laka Wichi (zona de Pozo del Tigre), La Pantalla, Alto La Bomba, Lote 21 y Muñiz (Las Lomitas), Namqom (Formosa), Pozo Maza, Vaca Perdida, El Potrillo, Bartolomé de las Casas, Comeelec (Ingeniero Juárez), El Colorado, Misión Laishí, Los Chiriguanos, Juan Bautista Alberdi (Estanislao del Campo), Laguna Yema, Ensache (Ibarreta), Campo del Cielo, El Descanso, Subteniente Perín, La Primavera, El Quebracho, Tacaaglé y San Martín Dos, se cuentan entre los lugares donde se entregaron los núcleos habitacionales.

Particularidades

Estas viviendas cuyas características constructivas son las de utilizar ladrillos producidos en la misma zona, disponen de dos habitaciones, una amplia cocina-comedor, un fogón y galería, entre otras características que respetan la cultura indígena.
La mayoría de las casas se construyen en el propio terreno de la familia, contigua a la casa precaria que habitaban, sumándole una cisterna importante, que en algunos casos se la adecua a fin que se abastece a través del agua de lluvia, para lo cual se construye un dispositivo con canaletas para conducir esas precipitaciones al estanque, y se puede extraer el vital líquido con una bomba que también se proveerá es una de las novedades.
Además de construirse un baño con lavatorio e inodoro, también se incorpora el pozo absorbente para los residuos cloacales, disponiéndose de columnas en su frente para una galería pintoresca.
Por las altas temperaturas de esa región es que la vivienda tendrá una cubierta elevada e incluso se adosa un sistema de aislación térmica compuesto por lana de vidrio y placa de durlock, con lo cual el interior se mantiene bastante fresco pese a los calores del ambiente.
Muchos de los ladrillos para las obras son de las producciones de asociaciones de aborígenes, dado que se prioriza la industria local, lo mismo que la mano de obra, puesto que aquel habitante indígena que quiera incorporarse a tareas de construcción, es capacitado y sumado a las tareas en igualdad de condiciones que los demás obreros.

Todos los servicios sin cargo

El superlativo avance que han tenido los proyectos de construcción de una serie de servicios públicos básicos como el de energía eléctrica y agua potable en las comunidades aborígenes de toda la provincia, no ha modificado la decisión de que estas comunidades accedan a los mismos sin cargo.
"Se les efectúa el tendido de las redes y conexiones domiciliarias, inclusive en muchos casos se les provee de los tanques o se les construye las instalaciones para las bajadas de los cables sin que tengan que abonar un solo peso, algo que por supuesto se mantiene en cuanto a la gratuidad en la provisión de ambos servicios", se expuso.
Por ejemplo, en el departamento Ramón Lista, donde habitan más de once mil indígenas, la mayoría de las comunidades disponen del servicio domiciliario de agua potable mientras que se consolida el sistema integrado de energía eléctrica.
"De tener seis o siete horas luz, ahora las principales comunidades disponen de energía las 24 horas, y muchas que carecían completamente de este servicio, actualmente cuentan con sistemas de autogeneración que les permite contar con energía por diez o doce horas", destacan en la zona.
Pero lo que es apreciado con suma expectativa es la línea de interconexión para vincular a las localidades de Ingeniero Juárez con El Potrillo. Se tratan de una línea en 33 Kv de casi 90 kilómetros de extensión que permitirá vincular al sistema nacional a ese alejado departamento y por supuesto a todas las comunidades que allí están radicadas, mayormente poblaciones aborígenes.
Se cuenta además con la usina de El Palmar, donde se disponen de generadores a combustión, los que sumados a los que se abastecidos a gas, han triplicado la capacidad de generación energética. Junto a los trabajos que han "liberado" las correspondientes salidas de las tres líneas se logró mejorar y cubrir con suficiencia la demanda de las localidades más importantes y durante las 24 horas, como El Potrillo, General Mosconi y El Quebracho, además de comunidades aledañas.
Esto ha permitido que servicios impensados para la zona hasta algunos años atrás, ahora se dispongan, como el bancario con cajero automático inclusive.
En cuanto al agua potable, además de ampliarse y modernizarse las plantas potabilizadoras, se mantiene el exitoso programa "Esmeralda", que son las perforaciones a grandes profundidades que permiten obtener agua en cantidad y calidad para el consumo humano e incluso para el aprovechamiento productivo.
En otras zonas pobladas por aborígenes, como ser en La Primavera, además de robustecerse el servicio domicilio eléctrico, se ejecutó un acueducto con una extensión de casi ocho kilómetros que permite transportar agua desde la planta potabilizadora de Laguna Blanca hasta una planta de bombeo con cisterna de 250 mil litros ubicada en esta comunidad y desde allí se distribuye a cada hogar a través de una red de casi 40 kilómetros que alcanza a unos 440 viviendas. También aquí, como en el resto de las comunidades indígenas formoseñas, acceden a ambos servicios sin abonar un solo peso.
24-01-2013 | Cargada en Obras - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social