En tal sentido, el Dr. Gildo Insfrán transmitió directivas públicas para que afirmen su presencia territorial a los funcionarios del Instituto PAIPPA así como también a los del ministerio de la Producción y Ambiente.
"No tengan vergüenza de llamarse "paipperos" en la zona oeste porque el PAIPPA es la herramienta para incluir y promover al hombre", manifestó el gobernador en Vaca Perdida donde dio instrucciones para que esa propuesta nacida en septiembre de 1996 en general Belgrano se proyecte con fuerza en todo el territorio para responder a las expectativas de los pequeños productores.
"El PAIPPA tiene que estar presente", insistió para evocar su nacimiento en el este de la provincia por ser la zona más poblada aunque ratificó la significación que le asigna para la evolución segura de todos los pequeños y medianos productores formoseños.
"Que íbamos a hablar de producción en aquellos tiempos si nada teníamos", planteó el jefe del Ejecutivo quien relataba las épocas cuando comenzó a incursionar por los parajes y comunidades del extremo oeste en las que solamente se encontraba con las riquezas montaraces, como la miel, los animales silvestres y la riqueza ictícola del río Pilcomayo.
"Todo esto hay que cambiar porque cada vez somos más," sostuvo para volver a referenciar los planteos sectoriales de quienes pretenden que los habitantes del oeste provincial se conviertan en meros contempladores de la naturaleza.
"Quienes así actúan no los quieren", alertó para hacerles notar que simplemente quieren seguir recibiendo financiamiento para las ONGs que representan.
"Nosotros cada dos años tenemos que rendir cuenta por las elecciones para saber si estamos transitando por el buen camino; ellos solamente se juntan, arman una comisión para comenzar a opinar y a convertirse en fiscales de todos con el pretexto de que no hay que tocar nada de la naturaleza y eso para lo único que sirve es para que ustedes nunca salgan de la situación de estancamiento", expuso.
Insfrán insistió que su gobierno quiere y cree en el hombre libre, aclarando aquí que esa definitiva separación implica "libre de toda atadura, de toda persona e inclusive de quien les habla y eso sigo sosteniéndolo por eso en este proceso de construcción de la comunidad organizada ya están aflorando los resultados de ese trabajo".
Mencionó entre ellos a lo que aconteciera hace pocos días en Ingeniero Juárez donde productores de toda esa zona del oeste, integrados en asociaciones, participaron del segundo remate público realizado en la sociedad rural lugareña donde comercializaron lo producido en sus campos.
En ese sentido, reconoce que aún hay lugares donde todavía no ha llegado la primera herramienta de cambio que se produjo en el campo argentino que es el alambrado, aunque admite que se está extendiendo el interés por introducirlo cada vez con mayor firmeza.
El gobernador reveló que se han construido más de un millar de represas en todo el oeste formoseño a partir del convencimiento de que si no se cuenta con agua no se puede acometer el proceso productivo.
Comentó, además, que en algunos lugares ya se han hecho implantaciones de pasturas para dar mayor receptividad a los campos, así como también perforaciones en algunos lugares.
"Fíjense el camino que debemos ir recorriendo porque debemos lograr que las tierras lugareñas sean adecuadamente aprovechadas", expresó para citar a modo de ejemplo que la comunidad toba de la zona cuenta con casi 35.000 hectáreas.
Tras referirse a los pasos que deben darse para la disponibilidad de aguadas y el aprendizaje acerca del adecuado manejo, el mandatario exhortó a tomar la decisión de ponerlas en producción con el lema justicialista que propone a encarar cada cosa sin ser apresurados ni retardatarios sino en base todo a su medida y de modo armonioso.
"El PAIPPA tiene que estar presente", insistió para evocar su nacimiento en el este de la provincia por ser la zona más poblada aunque ratificó la significación que le asigna para la evolución segura de todos los pequeños y medianos productores formoseños.
"Que íbamos a hablar de producción en aquellos tiempos si nada teníamos", planteó el jefe del Ejecutivo quien relataba las épocas cuando comenzó a incursionar por los parajes y comunidades del extremo oeste en las que solamente se encontraba con las riquezas montaraces, como la miel, los animales silvestres y la riqueza ictícola del río Pilcomayo.
"Todo esto hay que cambiar porque cada vez somos más," sostuvo para volver a referenciar los planteos sectoriales de quienes pretenden que los habitantes del oeste provincial se conviertan en meros contempladores de la naturaleza.
"Quienes así actúan no los quieren", alertó para hacerles notar que simplemente quieren seguir recibiendo financiamiento para las ONGs que representan.
"Nosotros cada dos años tenemos que rendir cuenta por las elecciones para saber si estamos transitando por el buen camino; ellos solamente se juntan, arman una comisión para comenzar a opinar y a convertirse en fiscales de todos con el pretexto de que no hay que tocar nada de la naturaleza y eso para lo único que sirve es para que ustedes nunca salgan de la situación de estancamiento", expuso.
Insfrán insistió que su gobierno quiere y cree en el hombre libre, aclarando aquí que esa definitiva separación implica "libre de toda atadura, de toda persona e inclusive de quien les habla y eso sigo sosteniéndolo por eso en este proceso de construcción de la comunidad organizada ya están aflorando los resultados de ese trabajo".
Mencionó entre ellos a lo que aconteciera hace pocos días en Ingeniero Juárez donde productores de toda esa zona del oeste, integrados en asociaciones, participaron del segundo remate público realizado en la sociedad rural lugareña donde comercializaron lo producido en sus campos.
En ese sentido, reconoce que aún hay lugares donde todavía no ha llegado la primera herramienta de cambio que se produjo en el campo argentino que es el alambrado, aunque admite que se está extendiendo el interés por introducirlo cada vez con mayor firmeza.
El gobernador reveló que se han construido más de un millar de represas en todo el oeste formoseño a partir del convencimiento de que si no se cuenta con agua no se puede acometer el proceso productivo.
Comentó, además, que en algunos lugares ya se han hecho implantaciones de pasturas para dar mayor receptividad a los campos, así como también perforaciones en algunos lugares.
"Fíjense el camino que debemos ir recorriendo porque debemos lograr que las tierras lugareñas sean adecuadamente aprovechadas", expresó para citar a modo de ejemplo que la comunidad toba de la zona cuenta con casi 35.000 hectáreas.
Tras referirse a los pasos que deben darse para la disponibilidad de aguadas y el aprendizaje acerca del adecuado manejo, el mandatario exhortó a tomar la decisión de ponerlas en producción con el lema justicialista que propone a encarar cada cosa sin ser apresurados ni retardatarios sino en base todo a su medida y de modo armonioso.