La comunidad del barrio capitalino San José Obrero conmemoró ayer con júbilo la celebración de su santo patrono, a la cual se adhirieron en forma masiva las familias de ese populoso sector sur de la ciudad.
En horas de la mañana se desarrolló la tradicional procesión por las calles del barrio, partiendo de la intersección de la avenida Napoleón Uriburu y Eva Perón. La misma fue acompañada por las familias y miembros de instituciones como los trabajadores del centro de salud y el complejo educativo recientemente inaugurado.
Tras la caminata el padre Néstor Dos Santos, presidió la santa misa en la capilla del barrio.
Esta comunidad ya estuvo viviendo en las jornadas previas las celebraciones por su santo patrono, dado que la noche del lunes le rindieron homenaje con una emotiva serenata, tras lo cual se realizo una caminata con la imagen de San José Obrero por algunas calles del barrio. Al volver la comunidad fue sorprendida con la actuación de un grupo de mariachis.
Fue memorado que se cristianizó una fiesta que había sido hasta el momento la ocasión anual del trabajador para manifestar sus reivindicaciones y anhelos.
"Una fiesta bien distinta que ha de celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo mundo de la relación con el prójimo basada en el amor, pasando por poner de relieve y bien manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo para alimentarla y a la asistencia social para atenderla", se reflexionó.
Se expuso asimismo que la celebración "honra a Dios, descanso y regocijo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que conlleva compartir lo nuestro con los demás".
Tras la caminata el padre Néstor Dos Santos, presidió la santa misa en la capilla del barrio.
Esta comunidad ya estuvo viviendo en las jornadas previas las celebraciones por su santo patrono, dado que la noche del lunes le rindieron homenaje con una emotiva serenata, tras lo cual se realizo una caminata con la imagen de San José Obrero por algunas calles del barrio. Al volver la comunidad fue sorprendida con la actuación de un grupo de mariachis.
Fue memorado que se cristianizó una fiesta que había sido hasta el momento la ocasión anual del trabajador para manifestar sus reivindicaciones y anhelos.
"Una fiesta bien distinta que ha de celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo mundo de la relación con el prójimo basada en el amor, pasando por poner de relieve y bien manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo para alimentarla y a la asistencia social para atenderla", se reflexionó.
Se expuso asimismo que la celebración "honra a Dios, descanso y regocijo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que conlleva compartir lo nuestro con los demás".