Su estilo y los efectos de la puesta escénica de la banda formoseña "Ndé Ramírez" mereció el elogio del diario La Nación de Buenos Aires en una nota publicada en la sección Espectáculos con la firma de Gabriel Plaza.
El redactor consigna que de las entrañas de una tropical Chipacity imaginaria emergió una extraña criatura del litoral psicodélico bautizada Nde Ramírez para referir que el colectivo artístico de músicos, performers y artistas visuales del litoral, comandados por el músico, fotógrafo y diseñador gráfico Marcos Ramírez, reproduce, como en un cómic musical, ese entorno fronterizo donde circulan el tráfico de identidades culturales entre Formosa y Paraguay, los personajes y sonidos del paisaje litoraleño, los chispazos eléctricos del rock y las vertientes musicales de la región guaraní.
"Básicamente Nde Ramírez es la fusión que nace en el contexto que vivimos. Empezamos a hacer rock y después nos vimos rodeados por el folklore, y de allí nació la idea de mezclar todos esos elementos que tenemos a mano. Fue mirar alrededor y contar lo que vivimos y padecemos", cuenta Marco Ramírez, un joven formoseño conocido en la región nordeste por generar espacios autogestivos y proyectos de intercambio cultural con Asunción como La Buena Vecindad, que está de gira por Buenos Aires.
No había demasiadas noticias musicales desde Formosa hasta que, con la edición del disco Bienvenidos a Villa Jardín , donde nadie se enoja , el grupo consiguió las miradas de la crítica sobre la región. El proceso de este original combo multimedia nació en 2006. "El colectivo nace en una muestra de artes visuales donde me invitaron a participar. Como tengo una parte de diseñador gráfico y fotógrafo, compilé todo en un solo proyecto con imágenes y audio. Cuando quise salir a tocar esas canciones apareció la banda, y las imágenes complementaron esa búsqueda más visual. Por eso, el grupo tiene una estética de cómic que viene a rescatar ciertos héroes locales como el Pombero, que dentro de la mitología guaraní es el más rockero, el más «argel», como le decimos allá", dice este artista, con una mirada contemporánea, que junto a su hermano Juan Manuel Ramírez, del grupo Guauchos, sembraron el camino para una nueva psicodelia litoraleña.
El formato movible y troquelado, formado por músicos que vienen de bandas de rock, malambistas que bailan break dance y cantantes que se disfrazan de superhéroes locales, le da un concepto novedoso al grupo formoseño, apunta La Nación.
"Esta cosa de constante cambio le aporta frescura a la banda. Nos motiva tener un formato cambiable, que también nos permite mostrar a los nuevos valores que están apareciendo, no sólo en Formosa sino en cada lugar donde estamos. Entonces los grabamos, los filmamos y los terminamos incorporando. Eso nos da una cosa en la puesta escénica y en el show en vivo bien dinámica."
Opina Plaza que Ndé Ramirez es producto de la entelequia cultural de la región, que su sonido litoraleño y esas poderosas canciones psicodélicas, forman un hipnótico trip de folklore, rocanrol, tecnología y paisajes latinoamericanos.
"En todas las fronteras se da esa cosa de la irrupción de la cultura vecina, y la combinación es explosiva. En esa zona el capitalismo y las tendencias foráneas son muy desparejas y se arma una versión propia del capitalismo y la estética moderna. En nosotros se nota mucho esa cosa de cruce que da la frontera. Agarramos el folklore y nos fijamos cuáles eran sus fronteras para cruzarlo con el rock, la electrónica y todo lo que nos llega como información."
En ese contexto Nde Ramírez se pone a la vanguardia de una escena tan virginal como independiente, que busca su propia identidad. "Creo que dentro del paisaje de la región Formosa todavía está en adolescencia cultural. Su hermana mayor es Corrientes, que nos dio el chamamé, y tiene a su tía, que es Paraguay y nos dio la guarania, la polca, el chipá y el tereré. Por eso hay un apetito entre músicos, cineastas y pintores de nuestra generación por encontrar esa identidad formoseña.".
"Básicamente Nde Ramírez es la fusión que nace en el contexto que vivimos. Empezamos a hacer rock y después nos vimos rodeados por el folklore, y de allí nació la idea de mezclar todos esos elementos que tenemos a mano. Fue mirar alrededor y contar lo que vivimos y padecemos", cuenta Marco Ramírez, un joven formoseño conocido en la región nordeste por generar espacios autogestivos y proyectos de intercambio cultural con Asunción como La Buena Vecindad, que está de gira por Buenos Aires.
No había demasiadas noticias musicales desde Formosa hasta que, con la edición del disco Bienvenidos a Villa Jardín , donde nadie se enoja , el grupo consiguió las miradas de la crítica sobre la región. El proceso de este original combo multimedia nació en 2006. "El colectivo nace en una muestra de artes visuales donde me invitaron a participar. Como tengo una parte de diseñador gráfico y fotógrafo, compilé todo en un solo proyecto con imágenes y audio. Cuando quise salir a tocar esas canciones apareció la banda, y las imágenes complementaron esa búsqueda más visual. Por eso, el grupo tiene una estética de cómic que viene a rescatar ciertos héroes locales como el Pombero, que dentro de la mitología guaraní es el más rockero, el más «argel», como le decimos allá", dice este artista, con una mirada contemporánea, que junto a su hermano Juan Manuel Ramírez, del grupo Guauchos, sembraron el camino para una nueva psicodelia litoraleña.
El formato movible y troquelado, formado por músicos que vienen de bandas de rock, malambistas que bailan break dance y cantantes que se disfrazan de superhéroes locales, le da un concepto novedoso al grupo formoseño, apunta La Nación.
"Esta cosa de constante cambio le aporta frescura a la banda. Nos motiva tener un formato cambiable, que también nos permite mostrar a los nuevos valores que están apareciendo, no sólo en Formosa sino en cada lugar donde estamos. Entonces los grabamos, los filmamos y los terminamos incorporando. Eso nos da una cosa en la puesta escénica y en el show en vivo bien dinámica."
Opina Plaza que Ndé Ramirez es producto de la entelequia cultural de la región, que su sonido litoraleño y esas poderosas canciones psicodélicas, forman un hipnótico trip de folklore, rocanrol, tecnología y paisajes latinoamericanos.
"En todas las fronteras se da esa cosa de la irrupción de la cultura vecina, y la combinación es explosiva. En esa zona el capitalismo y las tendencias foráneas son muy desparejas y se arma una versión propia del capitalismo y la estética moderna. En nosotros se nota mucho esa cosa de cruce que da la frontera. Agarramos el folklore y nos fijamos cuáles eran sus fronteras para cruzarlo con el rock, la electrónica y todo lo que nos llega como información."
En ese contexto Nde Ramírez se pone a la vanguardia de una escena tan virginal como independiente, que busca su propia identidad. "Creo que dentro del paisaje de la región Formosa todavía está en adolescencia cultural. Su hermana mayor es Corrientes, que nos dio el chamamé, y tiene a su tía, que es Paraguay y nos dio la guarania, la polca, el chipá y el tereré. Por eso hay un apetito entre músicos, cineastas y pintores de nuestra generación por encontrar esa identidad formoseña.".