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Desde el área recordaron que esta medida, acordada la semana anterior, responde a un programa integral para la prevención de enfermedades no transmisibles, como las de índole cardiovascular, teniendo en cuenta que los productos panificados son los de mayor consumo, lo que lo convierte a la vez en un artículo indispensable de la canasta familiar, y asimismo podría convertirse en uno de los factores principales de aquel flagelo, conjuntamente con la actividad sedentaria, la alimentación inadecuada y el bajo consumo de frutas y verduras, según indicaron.
La tarea consiste concretamente en concientizar en todos los lugares donde se elaboran panificados, acción a cargo de profesionales de la dirección, donde se pone en conocimiento los resultados nocivos que podría producir un eventual exceso en la dosis diaria recomendada, con el objetivo de reducir la proporción para que no sume a la cantidad ideal que se debe consumir por día, ya que según la Organización Mundial de la Salud superamos dicha medida. Este trabajo se lleva a cabo en todas las panaderías habilitadas de la ciudad, y de manera paralela se está instando a que regulen su situación a los propietarios de locales no habilitados, debido a que el propósito es abarcar la totalidad del rubro y prevenir de esta manera un ocasional daño en la salud de los vecinos.