El gobernador Gildo Insfrán asistió en compañía de los integrantes de su gabinete a la llegada del cirio pascual durante una ceremonia litúrgica llevada a cabo temprano en la planta baja de la sede del poder Ejecutivo.
En la oportunidad se oró por la paz, la unidad y la solidaridad entre los formoseños para que en forma colectiva sea mucho más fácil la construcción de una Formosa moderna y bella.
El mandatario ingresó en el recinto acompañado por el ministro secretario general del poder Ejecutivo, doctor Antonio Ferreira y precedido por dos efectivos de la Guardia de Honor "Comandante Fontana" del Poder Ejecutivo que portaron el cirio pascual que luego fue encendido por Insfrán en el altar ubicado en uno de los sectores que da hacia la calle Belgrano donde había una pequeña imagen de la Virgen del Carmen.
La celebración estuvo a cargo del párroco de la Catedral, padre Raúl Méndez, quien oró porque la luz de Cristo ilumine a los formoseños en la búsqueda del bien común y en el apego a los mejores valores del ser humano para sostener la construcción de una provincia que sea ejemplar para las nuevas generaciones.
Durante el acto litúrgico se rezó para que la fe en la resurrección ayude a todos a vivir el compromiso ciudadano sin desánimo; para que por medio de las obras de bien y el servicio fraternal se manifieste una auténtica fe cristiana; para seguir trabajando con fortaleza y ánimo por la patria anhelada ; para tener la nobleza de perdonar a los que desprecian y ofenden y para que sea posible continuar caminando junto a Jesús para encontrar los caminos del diálogo y de la paz para que la alegría de su presencia ayude a fortalecer la unidad entre los hombres.
También pidió una oración especial por el obispo emérito, monseñor Raúl Marcelo Scozzina, quien está atravesando momentos críticos por su debilitada salud aunque el celebrante manifestó que "él siempre reza en silencio por todos los formoseños como siempre lo hizo".
Méndez, dirigiéndose al gobernador, sus colaboradores y los funcionarios y empleados de Casa de Gobierno abogó "porque el Señor les dé mucha sabiduría, mucha fortaleza y un temple noble y bien formoseño para que sigamos afirmando nuestra identidad y vivamos siempre trabajando por el bien común en paz, en diálogo y haciéndonos prójimos y soñando para que tengamos cada vez más una Formosa más linda".
Exhortó el sacerdote a que ya sea en el núcleo familiar o en el lugar de trabajo se mantenga presente la oración y la fe viva para que siempre se experimente la presencia de Jesús en todo momento " en la comprensión de que cuando El está en el medio muchos caminos se abren, mucha vida se renueva".
Dijo que en la medida que se sostenga esa actitud positiva y considerando el rol del prójimo, se irán acrecentando las posibilidades "para que estemos mas unidos, para que podamos reconocernos y también para poder intercambiar los valores culturales y las riquezas que cada uno tiene en su patrimonio".
Sugirió el religioso la necesidad de insistir en la generación de una Nación unida, integrada y solidaria y sobre todo "que los hombres tomen conciencia de los dones que Dios entrega a los hombres en todos los aspectos, tanto a nivel personal cuanto como argentinos con el don de la patria, de haber recibido esta tierra hermosa, el reconocimiento de nuestra identidad, patrimonio y raíces".
El sacerdote considera imprescindible ese reconocimiento para poder cada uno actuar en consecuencia y como respuesta a esa señal divina, reconociendo que todos han recibido este don y regalo por lo que nadie puede quedar al margen de intervenir en la construcción de la Nación y la provincia que anhelamos.
"Allí debemos trabajar todos juntos y de ser capaces de valorar el trabajo y el talento de cada uno, así como también que nuestra condición de hermanos nos permite realizar algo juntos cuando nos sentimos realmente familia", señaló.
Añadió que esto requiere en profundidad vivir cada uno desde la justicia y la solidaridad vivir la tarea cotidiana de construir la Nación anhelada.
El mandatario ingresó en el recinto acompañado por el ministro secretario general del poder Ejecutivo, doctor Antonio Ferreira y precedido por dos efectivos de la Guardia de Honor "Comandante Fontana" del Poder Ejecutivo que portaron el cirio pascual que luego fue encendido por Insfrán en el altar ubicado en uno de los sectores que da hacia la calle Belgrano donde había una pequeña imagen de la Virgen del Carmen.
La celebración estuvo a cargo del párroco de la Catedral, padre Raúl Méndez, quien oró porque la luz de Cristo ilumine a los formoseños en la búsqueda del bien común y en el apego a los mejores valores del ser humano para sostener la construcción de una provincia que sea ejemplar para las nuevas generaciones.
Durante el acto litúrgico se rezó para que la fe en la resurrección ayude a todos a vivir el compromiso ciudadano sin desánimo; para que por medio de las obras de bien y el servicio fraternal se manifieste una auténtica fe cristiana; para seguir trabajando con fortaleza y ánimo por la patria anhelada ; para tener la nobleza de perdonar a los que desprecian y ofenden y para que sea posible continuar caminando junto a Jesús para encontrar los caminos del diálogo y de la paz para que la alegría de su presencia ayude a fortalecer la unidad entre los hombres.
También pidió una oración especial por el obispo emérito, monseñor Raúl Marcelo Scozzina, quien está atravesando momentos críticos por su debilitada salud aunque el celebrante manifestó que "él siempre reza en silencio por todos los formoseños como siempre lo hizo".
Méndez, dirigiéndose al gobernador, sus colaboradores y los funcionarios y empleados de Casa de Gobierno abogó "porque el Señor les dé mucha sabiduría, mucha fortaleza y un temple noble y bien formoseño para que sigamos afirmando nuestra identidad y vivamos siempre trabajando por el bien común en paz, en diálogo y haciéndonos prójimos y soñando para que tengamos cada vez más una Formosa más linda".
Exhortó el sacerdote a que ya sea en el núcleo familiar o en el lugar de trabajo se mantenga presente la oración y la fe viva para que siempre se experimente la presencia de Jesús en todo momento " en la comprensión de que cuando El está en el medio muchos caminos se abren, mucha vida se renueva".
Dijo que en la medida que se sostenga esa actitud positiva y considerando el rol del prójimo, se irán acrecentando las posibilidades "para que estemos mas unidos, para que podamos reconocernos y también para poder intercambiar los valores culturales y las riquezas que cada uno tiene en su patrimonio".
Sugirió el religioso la necesidad de insistir en la generación de una Nación unida, integrada y solidaria y sobre todo "que los hombres tomen conciencia de los dones que Dios entrega a los hombres en todos los aspectos, tanto a nivel personal cuanto como argentinos con el don de la patria, de haber recibido esta tierra hermosa, el reconocimiento de nuestra identidad, patrimonio y raíces".
El sacerdote considera imprescindible ese reconocimiento para poder cada uno actuar en consecuencia y como respuesta a esa señal divina, reconociendo que todos han recibido este don y regalo por lo que nadie puede quedar al margen de intervenir en la construcción de la Nación y la provincia que anhelamos.
"Allí debemos trabajar todos juntos y de ser capaces de valorar el trabajo y el talento de cada uno, así como también que nuestra condición de hermanos nos permite realizar algo juntos cuando nos sentimos realmente familia", señaló.
Añadió que esto requiere en profundidad vivir cada uno desde la justicia y la solidaridad vivir la tarea cotidiana de construir la Nación anhelada.