Jóvenes abogados debatieron sobre el matrimonio de personas del mismo sexo.

Profesionales del derecho formoseños estuvieron recientemente en el plenario realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde se trató y debatió sobre los alcances del proyecto de ley que permitiría el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El pasado fin de semanas, se llevó a cabo el II° Plenario Anual de la Comisión Nacional de Jóvenes de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, llevado a cabo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, contando con la participación de representantes de todo el país, donde Formosa estuvo representada por los doctores Hugo Aranda, Nancy Giménez y doctor Pablo Córdoba quien ocupa actualmente la Vicepresidencia de la Comisión Nacional de Jóvenes Abogados.
El encuentro fue organizado por la Comisión de Jóvenes Abogados de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, el cual se desarrolló con una nutrida participación de noveles abogados de distintos puntos del país, quienes se dieron cita a los fines de tratar y debatir sobre los alcances del proyecto de ley que permitiría el matrimonio entre personas del mismo sexo, que hoy cuenta con media sanción por parte de la cámara de diputados y el próximo 14 de julio será tratado por senadores.

Postura a Favor

La diputada nacional Vilma Ibarra, autora del Proyecto de Ley de Matrimonio para Personas del mismo Sexo, partió con las preguntas ¿Porqué negar el matrimonio a personas del mismo sexo casarse?; ¿por qué una institución civil que otorga protección legal a la familia, debe discriminar a las personas según su orientación sexual? ¿Por qué, una persona que comparte su vida y su familia con una persona de igual sexo debe tener menos derechos, menos protección legal, que una persona que lo hace con alguien de distinto sexo? Hay aquí, sin dudas, una cuestión que se vincula a la discriminación y a la desigualdad. Quienes se oponen a la sanción de la ley invocan que lo "natural" es la existencia de un hombre y una mujer para constituir un matrimonio. Vivimos en una sociedad plural, que conformamos diferentes personas, con distintas religiones, etnias, opiniones políticas, orientaciones sexuales, y lo único que permite la existencia armónica y pacífica, es la existencia de normas, que todos debemos respetar y frente a las cuales somos tratados en pie de igualdad, independientemente de nuestras diferencias. El problema se instala cuando un sector quiere imponer a todos su mirada acerca de la institución matrimonial y la familia. El mismo argumento de la "naturalidad" se usó, en otros tiempos, para justificar, por ejemplo, el sometimiento de la mujer a la voluntad del hombre. La palabra "matrimonio" no es "naturalmente" el vínculo entre hombre y mujer, porque la palabra nombra aquello que culturalmente las personas adoptamos como concepto. Somos las personas, en tanto cultura, las que damos permanentemente sentido a las palabras.

No a la "Unión Civil"

Posteriormente, Ibarra continuó explicando que el debate no puede quedar saldado con la sanción legislativa que regule una institución distinta, llamada "unión civil" reconociendo "algunos" derechos a las familias homoparentales, constituyendo así una suerte de "legislación especial" para quienes en definitiva serán tratados como "diferentes". Impedir el acceso al matrimonio, en igualdad de derechos y responsabilidades, para todas las personas, es el único camino que permite consagrar la plena igualdad.

Adopción de hijos

Por otra parte, durante las deliberaciones, se hizo hincapié en que la ley de adopción vigente hoy permite la adopción de niños sin atender a la orientación sexual del adoptante. Ello ha dado lugar a que ya existan cientos de niños adoptados por un padre o madre homosexual que cría su hijo con su pareja. Existe hoy, ha existido siempre y es una realidad que no inventa la ley en tratamiento. No habrá, de sancionarse la ley, más o menos niños criados o adoptados por parejas homosexuales.
13-07-2010 | Cargada en Sociales - Fuente: Subsecretaría de Comunicación Social