La VII Edición Prov. y VI Internacional de la Feria del Libro de Formosa se fijo como una de las metas priorizar el intercambio de todos los actores que intervienen en el objeto-libro.
En virtud de ello y para cubrir las expectativas de tan amplio rango de público y participantes, enfatizó su atención al ofrecimiento de talleres que actúen como facilitadores y multiplicadores de la circulación del libro: su lectura, producción, disfrute y relación con otros portadores de cultura.
A partir de este propósito y con el objeto de dinamizarán las jornadas del evento con espacios para el encuentro con la lectura y la expresión, mediante talleres de expresión artística, tertulias literarias, encuentro con maestros, espectáculos, presentación de libros, horas del cuento, lecturas en voz alta, salas de lectura y actividades con recursos multimedia.
Dentro de éste contexto, se presentó a la Editorial Eloisa Cartonera quien nos presenta una de las aristas de la multiplicidad de códigos de comunicación que la feria postula no sólo la promoción de la palabra escrita y la literatura en castellano, como así también de diversos sistemas lingüísticos americanos y su rol en el campo social.
El proyecto, desde su misma creación busco paliar una situación preocupante y cada vez más extendida en las calles de la mayoría de las ciudades de América Latina. Se trata de personas de todas las edades, quienes empujando carritos realizan trabajo de hurgadores y que pululan buscando cómo subsistir. Es una realidad que duele y a la que no le cabe un comentario superficial. No es fácil evitar la sensiblería o caer en el cómodo mirar hacia el costado; el tema tiene demasiadas aristas que contemplar, sin las cuales no se podría dar una información que sea confiable y respetuosa de esa realidad.
Nuestra reciente historia nos cuenta que en aquel momento en que el país vivía una dura crisis, se proliferó una profesión -cartoneros- vendían el kilo del cartón a $ 0,30, la editorial les pagaba $ 1,50. Fue así que el proyecto inicial creció dando trabajo a personas de bajos recursos pero, también, dándole empuje a la literatura, de autores conocidos y a escritores noveles e ignotos.
Washington Cucurto y Javier Barilaro, artistas poligénero, escritores y poetas urbanos fueron los creadores de Eloísa Cartonera que vio la luz cuando corría el 2002.
Se trata de una cooperativa editorial con seis años de vida que se encuentra en el popular barrio de La Boca de la ciudad de Buenos Aires. De forma autogestionada, Eloísa Cartonera edita sus novelas, poemarios, libros infantiles y compilaciones de cuentos con cartón reciclado.
La apuesta de esta cooperativa es la literatura latinoamericana, hoy tiene más de doscientos (200) títulos, todos ello autores de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, México, Perú o Bolivia. Entre ellos figura: Ricardo Piña, Víctor Hugo Vizcarra, Ernesto Camilli, y, si todo va bien, también el célebre Rodolfo Walsch, son algunos de los autores que editan.
Cabe destacar que los libros de esta editorial tienen precios populares y accesibles; por unos pocos pesos, puede uno llevarse a casa un libro único, porque no hay dos libros iguales de Eloísa Cartonera.
Esta historia de la editorial más colorinche del mundo; comenzó en una pequeña, librería situada en el barrio de Almagro, que fuera bautizada con el nombre: "No hay cuchillo sin rosas".
No se trataba sólo de una nueva editorial. En este lugar los objetos a la venta serían manufacturados y pintados a mano por cartoneros a quienes los fundadores de Eloísa Cartonera les compraban el cartón, los mismos que después se encargarían de crear y pintar a mano cada ejemplar. Así se desarrolló la que ellos consideran la editorial más colorinche del mundo.
Cada libro de esta editorial es un objeto único e irrepetible, su manufactura es responsabilidad de un grupo de cartoneros y artistas movilizados por el cambio social. En este momento la editorial se mudó al barrio de La Boca y funciona en un local en Brandsen 647. Allí se hacen los libros y muestras de arte.
Esta usina de libros e ideas está abierta a todos aquellos que quieran acercarse, a editar sus obras para formar parte de algo que comenzó como una editorial y epicentro de manifestaciones artísticas, y muta al compás de los cambios sociales.
El proyecto pretende generar mano de obra genuina, sustentada en la venta de libros. No posee financiación de ningún otro tipo, se lee en el sitio de Eloísa Cartonera .
Cada ejemplar es único y está pintado con temperas multicolor. Con un catálogo que ellos califican puntiagudo con textos de autores argentinos consagrados, que ceden sus obras a este emprendimiento con vistas a la transformación social.
Juan Alberto Gómez es uno de los integrantes de la Cooperativa, esta trabajando en la Feria Provincial del Libro, nos comenta que: "Fuimos muy bien recibidos, la gente de Formosa es muy calida y nos hace sentir muy bien, este gesto lo valoro de sobremanera". Agregó además que: "Generalmente la gente del interior es así, muy receptiva, esta experiencia la he podido apreciar en todas las oportunidades en la que he tenido de viajar a otras provincias".
Gómez explicó que: "Los chicos que hoy trabajan con nosotros fueron cartoneros, ahora ya están trabajando con nosotros, se le enseñó la profesión y realizan su nuevo trabajo con muchas ganas". Dijo además: "Es llamativo como nuestro trabajo gusta mucho a los niños, les llama la atención los colores y se enganchan con el trabajo". Añadió también que: "Todas las pinturas son hechas con temperas y los colores de la tempera son llamativas". Finalmente dijo: "Creo que el objetivo que se propuso la cooperativa se esta cumpliendo, todos los días se adhieren personas que nos ayudan a crecer".
A partir de este propósito y con el objeto de dinamizarán las jornadas del evento con espacios para el encuentro con la lectura y la expresión, mediante talleres de expresión artística, tertulias literarias, encuentro con maestros, espectáculos, presentación de libros, horas del cuento, lecturas en voz alta, salas de lectura y actividades con recursos multimedia.
Dentro de éste contexto, se presentó a la Editorial Eloisa Cartonera quien nos presenta una de las aristas de la multiplicidad de códigos de comunicación que la feria postula no sólo la promoción de la palabra escrita y la literatura en castellano, como así también de diversos sistemas lingüísticos americanos y su rol en el campo social.
El proyecto, desde su misma creación busco paliar una situación preocupante y cada vez más extendida en las calles de la mayoría de las ciudades de América Latina. Se trata de personas de todas las edades, quienes empujando carritos realizan trabajo de hurgadores y que pululan buscando cómo subsistir. Es una realidad que duele y a la que no le cabe un comentario superficial. No es fácil evitar la sensiblería o caer en el cómodo mirar hacia el costado; el tema tiene demasiadas aristas que contemplar, sin las cuales no se podría dar una información que sea confiable y respetuosa de esa realidad.
Nuestra reciente historia nos cuenta que en aquel momento en que el país vivía una dura crisis, se proliferó una profesión -cartoneros- vendían el kilo del cartón a $ 0,30, la editorial les pagaba $ 1,50. Fue así que el proyecto inicial creció dando trabajo a personas de bajos recursos pero, también, dándole empuje a la literatura, de autores conocidos y a escritores noveles e ignotos.
Washington Cucurto y Javier Barilaro, artistas poligénero, escritores y poetas urbanos fueron los creadores de Eloísa Cartonera que vio la luz cuando corría el 2002.
Se trata de una cooperativa editorial con seis años de vida que se encuentra en el popular barrio de La Boca de la ciudad de Buenos Aires. De forma autogestionada, Eloísa Cartonera edita sus novelas, poemarios, libros infantiles y compilaciones de cuentos con cartón reciclado.
La apuesta de esta cooperativa es la literatura latinoamericana, hoy tiene más de doscientos (200) títulos, todos ello autores de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, México, Perú o Bolivia. Entre ellos figura: Ricardo Piña, Víctor Hugo Vizcarra, Ernesto Camilli, y, si todo va bien, también el célebre Rodolfo Walsch, son algunos de los autores que editan.
Cabe destacar que los libros de esta editorial tienen precios populares y accesibles; por unos pocos pesos, puede uno llevarse a casa un libro único, porque no hay dos libros iguales de Eloísa Cartonera.
Esta historia de la editorial más colorinche del mundo; comenzó en una pequeña, librería situada en el barrio de Almagro, que fuera bautizada con el nombre: "No hay cuchillo sin rosas".
No se trataba sólo de una nueva editorial. En este lugar los objetos a la venta serían manufacturados y pintados a mano por cartoneros a quienes los fundadores de Eloísa Cartonera les compraban el cartón, los mismos que después se encargarían de crear y pintar a mano cada ejemplar. Así se desarrolló la que ellos consideran la editorial más colorinche del mundo.
Cada libro de esta editorial es un objeto único e irrepetible, su manufactura es responsabilidad de un grupo de cartoneros y artistas movilizados por el cambio social. En este momento la editorial se mudó al barrio de La Boca y funciona en un local en Brandsen 647. Allí se hacen los libros y muestras de arte.
Esta usina de libros e ideas está abierta a todos aquellos que quieran acercarse, a editar sus obras para formar parte de algo que comenzó como una editorial y epicentro de manifestaciones artísticas, y muta al compás de los cambios sociales.
El proyecto pretende generar mano de obra genuina, sustentada en la venta de libros. No posee financiación de ningún otro tipo, se lee en el sitio de Eloísa Cartonera .
Cada ejemplar es único y está pintado con temperas multicolor. Con un catálogo que ellos califican puntiagudo con textos de autores argentinos consagrados, que ceden sus obras a este emprendimiento con vistas a la transformación social.
Juan Alberto Gómez es uno de los integrantes de la Cooperativa, esta trabajando en la Feria Provincial del Libro, nos comenta que: "Fuimos muy bien recibidos, la gente de Formosa es muy calida y nos hace sentir muy bien, este gesto lo valoro de sobremanera". Agregó además que: "Generalmente la gente del interior es así, muy receptiva, esta experiencia la he podido apreciar en todas las oportunidades en la que he tenido de viajar a otras provincias".
Gómez explicó que: "Los chicos que hoy trabajan con nosotros fueron cartoneros, ahora ya están trabajando con nosotros, se le enseñó la profesión y realizan su nuevo trabajo con muchas ganas". Dijo además: "Es llamativo como nuestro trabajo gusta mucho a los niños, les llama la atención los colores y se enganchan con el trabajo". Añadió también que: "Todas las pinturas son hechas con temperas y los colores de la tempera son llamativas". Finalmente dijo: "Creo que el objetivo que se propuso la cooperativa se esta cumpliendo, todos los días se adhieren personas que nos ayudan a crecer".