"La Novia de Monte Lindo" Por Edgardo Scheihing

El obrajero, en la mayoría de los casos es un hombre solitario.

El obrajero, en la mayoría de los casos es un hombre solitario.


Las tareas de los montes son esforzadas y variadas, que finalizan con la extracción del rollizo de madera del monte.


Por mencionar algunos de estos trabajos, que son:


-hacer la picada,


-voltear,


-arrastrar,


-encanchonar,


cargar y...


-transportar.


De niño supe escuchar una historia, (que por partes la armé en forma de cuento), y que vale la pena compartir, decían que: ...


Don Alberto y el señor D'augero -su acompañante-, venían por un polvoriento camino de tierra, de la zona de Guazú-cuá. Viajaban en un herrumbrado camión marca Chevrolet del año 36, esos que tenían el volante a la derecha y arrancaban dándole palanca en el frente del motor. Transportaban una carga de 10 toneladas de rollizos de algarrobo; era el fruto de una semana de ardua labor en el monte.


La noche clara en el inicio del invierno, que con el paso del "veranillo de San Juan hacia recordar la olvidada primavera". El eco de algún solitario "caraú-n", rompía el silencio de la tardecita, y anunciaba una noche despejada y fría. Sabían que si se largaba un chaparrón era casi imposible que pudieran llegar a destino, debido a que los caminos se convertían en interminables lodazales.


Al cabo de un rato, los dos obrajeros se miraron, al divisar el viejo puente sobre el riacho Monte Lindo. Sabían que allí, o en sus cercanías aparecía : "la novia", y que en varias oportunidades les había cortado el paso a los viajeros nocturnos;  telepáticamente transmitieron esa información, producto del temor y la incertidumbre.


Al llegar a dicho puente, Alberto  - el chofer - disminuye la velocidad, y comenta con voz firme y apacible, justamente el tema. 


Propina que: - de aparecerle "la novia" bajaría del camión a saludarla con un gran beso.


El paso del puente era una de las tareas que requería mucha atención y cuidado. En aquella tarea, fueron acompañados por el crujir y rechinar de los añosos postes de quebracho, que formaban el pasadero. Debajo de sus ruedas, estaban los acompasados lamentos y quejas de las vigas, del hermoso y arquitectónico puente. Llegando casi al medio (puso) aún más en alerta a los fleteros. 


Bajaron más la velocidad,  casi al mínimo (como a pasos de hombre) y los maderos continuaron llorisqueando por el sobrepeso. 


Resbalaron por el talud sur del puente y se enfilaron, a cruzar el caserío, que suponía ser la colonia "La Loma" de Monte Lindo. Después el polvoroso camino se oscureció nuevamente, quedando atrás los escasos focos que indicaban que existían casa y vidas en esos lugares.


Alberto sacudió la cabeza buscando despabilarse. Por la pequeña ventana del camioncito disparó la colilla de su pucho marca Jokey club "colorado", esta braza reventó contra el helado camino como un rojo meteorito. Adelante, a pocos metros al frente (?.la vieron!!) era una joven que estaba parada a un costado de la ruta. Vestida con un blanco, largo y brillante vestido de novia; la silueta en la negra noche, indicaba con la mano,  para que frene el camión.


Alberto - en silencio- detuvo la marcha y sin bajarse ninguno de los dos, la invitaros a subir y llevarla.


La joven accedió,  denotando estar afligida o inquieta - por algo sucedido- , o tal vez por llegar urgentemente a algún lugar cercano. 


Subió y se sentó a la izquierda del largo asiento de "cuerina" roja, al lado de Don D´augero; sintiendo éste que el cuerpo de la joven era muy frío. 


Tratando de romper el hielo, entablaron unas conversaciones efímeras


 (el clima, el camino, etc. etc.); la mujer hablaba de forma normal hasta que 


D´augero le preguntó:


- ¿Por qué estaba vestida de esa forma?


Ella no contestó la pregunta, y se limitó a reír en forma burlona e histérica; los dos viejos hombres curtidos por el monte, sintieron miedo, nadie habló; las piernas de Don D´augero temblaron como si fueran presas de un espasmo muscular inconsciente, y semejaban una rama de un frágil árbol de sauce, golpeada por el viento.


Don Alberto apretó el acelerador, fijando la vista en la lejana curva del paraje denominado El Algarrobito y sin darse cuenta la joven despareció del habitáculo.


Alberto y Don D´augero se miraron, no podían hablar del PÁNICO TERRIBLE que los agobiaba, el camión continuó con su marcha; con su lento trajinar que aportaba hipnótico sueños.


Por solo comprobar, el acompañante estiro su brazo izquierdo revisando la traba de la puerta - por donde entró y salió la joven. Por supuesto que seguía cerrada con lo cual aumento sus asombros. No se podían explicar, como desapareció;...siguieron viaje hasta Corralito y de allí a Pirané, llegaron cada uno a sus casas;  y ninguno pudo dormir esa noche  - acusaban fiebres y delirios -


Al día siguiente tuvieron que consultar con el viejo médico Tonina, por razones nerviosas y malestares incomprensibles.


El 3 de Julio de 1980, hizo dos años de lo ocurrido,...estos dos viejos obrajeros no pudieron olvidar jamás a:


 -LA NOVIA  "DEL PUENTE DE MONTE LINDO".


Edgardo Scheihing

03-05-2020 | Cargada en Prensa Cultural - Fuente: Subsecretaría de Cultura