Los
formoseños estamos viviendo momentos fundacionales
que requiere del protagonismo y de actitudes nobles; estamos transitando
circunstancias auspiciosas reconquistando potencialidades, y cuidando
una de las banderas mas preciadas, “nuestra paz social”.
Transitamos el camino de la liberación de aquellos obstáculos
que nos inmovilizaban y postergaban, los hijos de esta tierra
hemos tomado el timón de nuestra propia historia.
Nuestra Provincia vislumbra un horizonte de grandeza
a partir de un Modelo que lleva nuestro sello – nuestra
identidad – para el Desarrollo Provincial encarnado, cristalizado
y liderado por el Gobernador.
Un Proyecto que tiene perfil de desarrollo: forestal, ganadero,
agroindustrial, turístico y a la educación como
alianza estratégica, tiene como centro de todas sus acciones,
al hombre; brindándole todo para que pueda realizarse,
y trascender en total libertad.
Este modelo que interpreta fielmente la cultura
y la forma de ser, de sentir y de hacer del Hombre, es llevado
adelante con dinamismo y en permanente construcción. Y
es ahí donde consideramos que el compromiso desde nuestro
género es indelegable. Nuestro aporte en la elaboración,
concepción y ejecución de este modelo en crecimiento;
la mujer, como pilar fundamental de la familia y de la comunidad
puede aportar desde una mirada diferente.
Hoy mas que nunca sabemos que es necesario recuperar
al hombre –en su espiritualidad– porque la mayor de
las crisis que padecemos es la pérdida de valores. Hoy
estamos convencidas que un hombre nuevo necesita de una sociedad
que incluyan la vida, la paz, la justicia, la libertad, los derechos
humanos, la austeridad ecológica, la independencia política
y económica, este es el camino a la trascendencia de los
tiempos.
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Las
mujeres formoseña hemos asumido el compromiso
de participar y contribuir con este Proyecto Provincial, por libre
decisión y convicción sumando nuestra visión,
nuestras ansias y nuestros anhelos, en la conciencia de que el
modelo que lo motiva “el hombre nuevo formoseño”,
es la garantía de realización de nuestras familias,
nuestros hijos, y nuestro futuro.
Hemos demostrado en innumerables ocasiones que
somos las primeras militantes y las primeras en salir a defender
cuando aparecen aquellos que quieren impedir la cristalización
de nuestra Formosa grande, justa y equitativa, sabemos lo que
es dejar todo por una causa. Somos acción, pura energía
irrefrenable, no irreflexiva ni instintiva, sino meditada y cuidadosa.
Tal como nos enseñara “Eva Perón” una
mujer de acción: es la que triunfa para los demás,
la felicidad de una mujer no es su felicidad, sino la de otros.
Este es el momento, esta es la oportunidad y
por la felicidad de nuestros hijos y en defensa de nuestras familias,
hemos decidido tomar las riendas de nuestra historia y dejar escritas
en palabras doradas que levantamos nuestras voces para que como
clarinada estridente se expanda por toda nuestra geografía
provincial, regional, continental y del mundo. La hora decisiva
ha llegado, las mujeres formoseñas hemos decidido ser dueñas
de nuestro propio destino manifestando el inclaudicable compromiso,
tal como lo hicieron nuestros antecesores de continuar trabajando
por la Formosa que amamos.
De cara al porvenir, con fe y esperanza invocamos
la protección de Dios y de nuestra Santa Patrona la Virgen
del Carmen para contribuir en la construcción de la historia
desde el reconocimiento de nuestras raíces, con nuestros
valores, convicciones, sueños y anhelos, protagonizando
la irrenunciable lucha por consolidar una patria socialmente justa,
económicamente libre y políticamente soberana.
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