Desde
hace un tiempo se escucha hablar en los más
diversos ámbitos y con notable insistencia, del Ser formoseño.
Ahora bien, cuando determinados vocablos o términos irrumpen
de manera rotunda y decisiva –como lo ha hecho el mencionado
concepto – integrándose al léxico del pueblo,
surge a la vez, la exigencia de un ineludible examen, a fin de hurgar
en ellos, estudiando sus usos, consecuencias y derivaciones.
En ese sentido, y con el afán de resolver dicho aspecto,
nos hemos abocado a la tarea de indagar acerca del Ser formoseño,
con resultados tan favorables y alentadores que, incluso nos impulsó
a designar esta revista con su nombre.
En el inicio del análisis
nos enfrentamos a tres preguntas; la primera ¿Qué
es Ser formoseño?, la siguiente ¿Por qué la
comunidad provinciana ha comenzado a hablar de dicho Ser? y finalmente
¿Por qué nos interesa tanto este dilemático
tema?
Comenzamos reconociendo que en la actualidad vivimos una ocasión
histórica, una circunstancia plena de historicidad; los formoseños
nos encontramos en el momento oportuno para que como comprovincianos
tengamos una noción clara y terminante de todos los fenómenos
culturales y sociales que informan el conocimiento filosófico
y científico de nuestro Ser provincial.
¿En que se diferencia el Ser Provincial del Ser formoseño?
En nada, mejor dicho, ambos son lo mismo. La denominación
completa es el Ser Provincial de los formoseños. Al pronunciar
el Ser formoseño, hemos procedido a suprimir algunas palabras,
de modo que la construcción sintáctica quedó
incompleta, pero el sentido se comprende. En realidad, la omisión
se produce por economía textual, ya que no es necesario expresar
lo que resulta sobreentendido.
De cualquier manera
será útil aclarar algunos puntos de terminología.
En la ontología se habla de ser, y esta palabra no se emplea
como verbo, sino como sustantivo. Se dice: “el ser es todo
o lo otro”. Este es el sentido o la significación que
le damos al ser, cuando expresamos “el Ser Provincial de los
formoseños” o simplemente el Ser formoseño.
Pero, estas expresiones no deben alentar la creencia en una especie
de ente metafísico flotando más allá del individuo
o la sociedad. El hombre, en efecto, es el “lugar”,
el “ahí” , donde el “ser” se manifiesta,
puesto que el hombre es comprensión-del-ser . dicha comprensión
no debe entenderse como un acto o determinación o característica
particular entre nosotros, sino que constituye el ser del hombre.
Por lo tanto, con esta palabra ser, aparentemente tan inocua, en
realidad se juega nuestro destino personal e histórico, porque
en cada caso somos “nuestra comprensión del ser”
y de la respectiva época y cultura en que vivimos. |
|
En
estos sucesivos análisis del concepto, vemos
que el “ser Provincial” es el proceso de la interacción
humana, surgido de un suelo y de un devenir histórico, con
sus creaciones espirituales propias –lingüísticas,
técnicas, jurídicas, religiosas, artísticas-
o sea, “el ser Provincial” viene a decir cultura provincial
o, lo que es igual, cultura formoseña.
Los fenómenos históricos-culturales son imprescindibles
para conocer toda la creación de bienes formales y materiales
que ha logrado el hombre en su milenaria creatividad cultural, de
allí la importancia de la explicación de los antecedentes
culturales de nuestro Ser Provincial.
No podríamos analizar los factores culturales de Formosa,
sin conocer los antecedentes generales de homogeneidad y heterogeneidad,
de sedimentación, trasvasamienro, conmixtión, aculturación,
pérdida, obsolencia y regresión que se produce en
todas las culturas del planeta.
Nuestro Ser Provincial
es informado por antiguas formas civilizatorias y culturales que
provienen a través del tiempo y del espacio de pueblos como
el egipcio, el creto-micénico, el griego, el indio, el indo-árabe,
el romano, el hispano y los originarios de América. Si dejamos
de lado todos estos antecedentes históricos-culturales, la
fundamentación del Ser Provincial quedaría reducida
a unas pocas expresiones acumuladas en tan solo ciento y pico de
años.
De allí la necesidad de hacer referencia a todos los procesos
culturales, a la memoria social, a la autenticidad del pueblo formoseño.
De esta manera, surge claro y nítido el Ser Provincial de
los formoseños, unidos en su base, en el susbstratum de las
culturas y las civilizaciones, pero diferenciados y ambientados
al estilo vital, al ser propio y auténtico de cada paraje,
de cada pueblo, de cada zona, de cada región y de la unidad
en al diversidad cultural del orden provincial que les da coherencia
y prospección de futuro.
Debemos reconocernos en nuestra identidad profunda y desde ella
comenzar a construir. La condición fundamental es partir
de nuestra realidad.
Debemos hacer de nuestras vidas una escuela permanente de aprender,
enseñar, imaginar, crear y aunar esfuerzos.
Hay un proyecto de provincia que está en marcha. Un proyecto
que nos habla de la consustanciación del hombre con su medio
social, con su medio físico, su historia y su compromiso
con la condición humana. Es un proyecto válido para
una etapa histórica de renovación e innovación.
Comprometamos entonces nuestra parte de esta acción conjunta,
tratando de impulsar con todas nuestras fuerzas esta provincia sin
igual. Entonces sí el Ser Provincial de los formoseños
tendrá razón de SER.
|