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La delegación de productores y empresarios del Paraguay que llego a Formosa encabezada por el embajador argentino Rafael Romá elogió efusivamente la alta calidad tecnológica de la provincia tras la visita a la biofábrica  destinada a la clonación de vegetales que fuera  habilitada por el gobernador Insfrán  en el Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias-CEDEVA- de Misión Tacaaglé, al noroeste del territorio , porque en la provincia se ha  incorporado la biotecnología aplicada a la producción en el campo.
Todos ellos tuvieron como anfitriones al ministro de la Producción, ingeniero Luis Basterra; al vicepresidente del INTA, doctor Amadeo Nicora; al coordinador general del Instituto PAIPPA, doctor Alberto Zorrilla; profesionales y técnicos del IPAF -INTA NEA de Laguna Naineck; Daniel Vives, de la Unión Industrial de Formosa; representantes de entidades que agrupan a productores bananeros y delegados de entidades locales y nacionales ligadas a la actividad primaria, sobre todo a la frutihorticultura y en particular a la bananera.
El equipamiento que posee la biofábrica de Tacaaglé solamente existe en la provincia de Buenos Aires y en Mendoza. A los laboratorios se le suma un moderno invernadero de origen francés con toda la tecnología de riego de Israel y que está comandado por una computadora que se encarga de la sincronización de sus procedimientos de apertura, cierre y riego de modo automático.
Además, desde una sala de bombas que está al final del campo, una computadora de riego con veinte programas diferentes se encargará de regar en forma simultánea distintos cultivos dándole a cada uno de ellos los fertilizantes que necesite.
Los visitantes percibieron una exhortación y una aclaración formulan en Tacaaglé: Hay que achicar la brecha del conocimiento porque la evolución que se logró en otros lugares todavía no fue alcanzada por los formoseños. Además, para los que creen que lo instalado no es para los pequeños productores sino solamente  para los que cuentan con recursos económicos como para acceder a esa tecnología, hubo una respuesta enfática: "El centro ha sido concebido pensando en el pequeño y mediano productor. Se busca producir en mayor cantidad y calidad apelando al uso de la tecnología", aclaró el ingeniero Ricardo Vailatti, asesor técnico.

Moderno invernadero

Es una biofábrica porque se cuenta con un invernadero donde se generan los plantines de las distintas especies frutales nativas y exóticas que se validan y luego van a campo .
Ya se ha trabajado con una variada canasta que incluye mangos, palta, vid, duraznos, carambolas, litchi y hasta tuna con miras a la realización de modelos productivos que se adapten a las características agro ecológicas de la provincia y responda a las políticas diversificadoras locales partiendo del concepto de sustentabilidad económica, social y ambiental.
El complejo cuenta con un biolaboratorio para clonación de plantas. Las mismas pasan luego a una recría en el invernadero allí montado y luego a una zona de rustificación antes de ir al campo del productor.
El CEDEVA de Tacaaglé trabajará con frutales y el principal trabajo se hará en base a bananos.
Se dará prioridad a la limpieza de la banana lugareña tradicional de moldo tal que cada productor que vaya sumando hectáreas lo haga con su material genético adecuado a la zona y libre de enfermedades.
La intención es producir 500.000 plantas por año lo que permitirá a los pequeños y medianos productores acceder a material de altísima calidad prácticamente sin costo alguno.

Tecnología de avanzada

Los profesionales y técnicos que allí trabajan revelaron que en ese lugar se puede encontrar la tecnología de mayor avanzada que hay en el mundo en lo referente a la producción de frutos tropicales y exóticos. "La única forma de multiplicar rápidamente y en cantidad nuevos materiales es a través de la clonación o meristemación", explica el responsable de dicho centro, Jorge Balonga.
La primera fruta valuada es la banana. El procedimiento moderno  permitirá "limpiar" de enfermedades todas las bananas locales que tras pasar por clonación sale de laboratorio la misma planta que el productor tiene en su campo desde el punto de vista genético pero que estará liberada de todas las enfermedades que trae consigo.
"Normalmente, a través de 50 años de producción de banana y hecho por hijuelos, queda en las plantas una carga de enfermedades importantes que disminuyen la producción y con esta limpieza lo que se intenta es que, con las mismas prácticas culturales que maneja el productor bananero, se puedan aumentar en un 30 % más el rendimiento de los cultivos por el solo hecho de no tener enfermedades", señaló Balonga.
Explicó que los clones que se multipliquen en la biofábrica pasan a una "nourserie" que es un invernadero francés para la recría. Luego de pasar por la maceta se derivan a un bráculo para la rustificación final antes de su envío a campo.
Refieren los técnicos del CEDEVA que el laboratorio tarda cerca de un año en partir de un meristema a tener una producción de banana importante; permanece seis semanas en la "nourserie"  y entre seis y ocho semanas en la rustificación total. "Ese es el tiempo que nos lleva para tener una planta terminada para que vaya al campo del productor", relataron.
El Estado provincial programó que a través de ese laboratorio se trabaje también en otros frutales. Los productores podrán acceder al CEDEVA para elegir cuales de aquellos que tienen buenos rendimientos regionales ya que se dispone con un jardín de producción que suma más de cuarenta variedades diferentes.
Además ya se esta trabajando en líneas de maíces que hace tres años se vienen mejorando. Son los granos que los productores de la zona les van facilitando a los técnicos del CEDEVA para que los genetistas se encarguen de su estabilización para que regrese a ellos absolutamente mejorados.