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El gobernador Gildo Insfrán dispuso que todos los componentes de la Junta Provincial de Defensa Civil realicen los máximos esfuerzos para mantener bajo control la situación creada por las copiosas lluvias y los desbordes del río Pilcomayo, así como también para garantizar, en lo posible, el tránsito por las rutas de la zona ; reforzar los murallones de defensa y darle continuidad a la asistencia social.
La preocupación estaba centrada en El Quebracho donde se tuvo que construir un largo vallado de material suelto para frena el ímpetu de las aguas que amenazaban con inundar esa comunidad distante 60 kilómetros de Ingeniero Juárez y a la que se accede a través de la llamada ruta del petróleo que se extiende hasta Palmar Largo cuya conservación también se estaba encarando para facilitar el transporte de la ayuda oficial.
Destacóse que el despliegue operativo muestra a los protagonistas en terreno ejecutando una tarea titánica contra el tiempo y contra el escurrimiento caprichoso de los aportes de agua que alcanzaron una dimensión mayúscula ya que en esa región las precipitaciones, que promedian los 500 milímetros anuales, superaron los 800 milímetros en poco más de un mes.
El encuentro del mandatario con representantes de todas las áreas se realizó ayer por la mañana en el quinto piso de la casa de Gobierno y fue el corolario de reuniones sectoriales que se llevaron a cabo el sábado y domingo para realizar un seguimiento puntilloso de la emergencia a partir de los datos sobre el comportamiento del Pilcomayo, los informes meteorológicos y las referencias acerca del estado de cada una de las comunidades y parajes afectados.
Insfrán insistió en la necesidad de mantener el sistema de trabajo articulado para que todas las áreas hablen el mismo idioma y sepan lo que ocurre y cómo se está actuando para que ningún desliz sea capaz de generar medidas tardías que pongan en riesgo la vida y los bienes de la población.
Aspira, además, que se trate de mantener fuera de las líneas de riesgo a los establecimientos educativos para que el 3 de marzo puedan iniciar las clases con normalidad, previo a lo cual se dispondrán las medidas sanitarias para prevenir en esa franja fronteriza de Ramón Lista y Matacos la posible aparición de casos de dengue o fiebre amarilla que se plantean en comunidades bolivianas y paraguayas
"Los esfuerzos nunca serán  suficientes cuando se trata de una emergencia y debe extremarse el celo para que nada sorprenda a las brigadas ya que tenemos la experiencia suficiente como para que ningún factor aparezca como sorpresivo", expresó el gobernador quien ordenó que se ponga una mirada atenta al escurrimiento del Pilcomayo desde la alta cuenca.
Además de los esquemas de trabajo encarados por los obreros que construyen vallados y los que se encargan de llevar la ayuda y asistencia social, hay indicaciones precisas para que las brigadas de salud mantengan la dinámica que naturalmente deriva de la recreación del sistema provincial de salud con centros de complejidad creciente.
"Estar junto a la gente en todo momento es lo que se debe hacer", exhortó el mandatario quien sugirió que se actúe con prevención constante, por lo impredecible de la naturaleza y del comportamiento de las aguas del río Pilcomayo.