Formosa
se apresta a cumplir medio siglo de vida institucional en su carácter
de Provincia. La ocasión es más que propicia para
reflexionar en torno a aquellos años en que los formoseños
del entonces Territorio Nacional comenzaron a soñar y a
luchar por un ideal de Provincia, por una comunidad organizada
y conducida por formoseños, hombres comprometidos con su
pueblo.
También será el momento propicio
para que luego de bucear e indagar en nuestro pasado encintremos
algunas razones y fundamentos esenciales para aventurar un futuro
más promisorio, apelando a la historia, como si un espejo
retrovisor nos permitiera reconocer nuestro presente y mirar con
optimismo el rumbo que tenemos por delante.
En la historia de nuestros pueblos, muchas veces,
actores sociales de significativa gravitación pasan inadvertidos
para el análisis histórico y es precisamente el
devenir de los tiempos con el rumbo singular de los acontecimientos,
el que los trae oportunamente a la luz de la opinión pública,
para consideración de las generaciones venideras.
Personas como el Dr. Esteban L. Maradona, la
Hna. Gigena, Dn. Demóstenes Gómez y Dn. Vicente
Arcadio Salemi, conocido cariñosamente como el Tata Salemi,
nos dan la posibilidad de aprovechar sus testimonios profundos
para nuestra Provincia. Las experiencias de ellos, nos trae esa
sensación de alivio, en medio de la tempestad, a sabiendas
que la humanidad no está aún perdida, y que de una
u otra manera éstas personas, como tantas otras, han incidido
positivamente en rumbo silencioso y digno de su comunidad y aún
de la humanidad en su conjunto.
Se
trata así de descubrir la otra cara del pesimismo,
la del avance o progreso lento y espiritual de la humanidad, la
faz positiva y consustanciada de valores. Juan D. Perón,
que además de gran estadista fue profesor en Historia Argentina,
decía que “posiblemente podamos mantener el optimismo
con la ilusión de que el avance de la humanidad hacia su
bienestar es tan lento que no percibimos, pero de cada evolución
queda una partícula aprovechable para el mejor desarrollo
de la humanidad”.
Por
cierto, aunque esto no parezca del todo “científico”
para algunos “popes” de las ciencias sociales y pese
a las crisis y adversidades, a veces tenemos esa misma sensación
de progreso espiritual que abarca a la mayoría de los seres
humanos como simples “personas de bien” que buscan
nada más y nada menos que la felicidad del prójimo
y de su pueblo. Se trata de un anónimo héroe formoseño,
que por cierto representaba a miles de formoseños en tiempos
en que nuestra comunidad, reclamaba y luchaba por obtener su autonomía
provincial.
Si
existe un referente insoslayable del proceso de provincialización
de Formosa, sin duda fue y sigue siendo Vicente Tata Salemi. Vale
la pena recordar aquí que el 5 de abril de 1955, este hombre
lideraba a un grupo de entusiastas formoseños, que luego
de un viaje, con mucho esfuerzo y con recursos propios, llegara
a Buenos Aires para solicitar al entonces Presidente Juan Domingo
Perón, la provincialización del Territorio de Formosa.
Ese
día en la Casa de Gobierno, Vicente Tata Salemi,
un sencillo y honesto maestro de la Escuela 31, habló en
representación de su tierra natal formoseña, y como
único orador, cara a cara con Perón, ante una nutrida
concurrencia, supo esgrimir con sus palabras ese viejo anhelo
formoseño: el ardiente deseo de ser Provincia y dejar atrás
los años de olvido histórico e injusticias que desde
los gobiernos centrales, relegaron a Formosa por más de
70 años.
Es mérito de Perón y de aquellos
entusiastas formoseños, el haber logrado la provincialización
de Formosa, sancionada el 15 de junio de 1955 y promulgada el
28 de ese mes. En este contexto, a veces me permito hacer algunas
especulaciones ¿Qué hubiera pasado si estos hechos
históricos no hubieran ocurrido? ¿Seguiríamos
siendo Territorio? ¿Seguiríamos dependiendo del
antojadizo poder de los funcionarios del nivel central nacional?.
|
|

Me
pregunto hasta que punto Formosa debe su carácter
de Provincia no solo a Jun D. Perón y aquellos luchadores
formoseños, sino también a la misma Eva Perón,
quien es considerada por algunos historiadores como la principal
impulsora de las provincializaciones.
¿Tenemos
conciencia de cuan importante es que la Provincia sea gobernada
por un formoseño nativo y comprometido con su pueblo? ¿Tan
fácilmente olvidamos las luchas de los comprovincianos
de entonces que clamaban por un gobernante formoseño y
peronista?.
Mas allá de cualquier especulación
filosófica o política, para la Formosa de hoy, ser
conducida por un gobernante formoseño, como es el caso
de Gildo Insfran, es la expresión y símbolo de un
viejo anhelo, que no debería ser olvidado. Las obras también
cuentan, ya que Salemi recordó que la Costanera, por ejemplo,
como también otras obras viales y de infraestructura realizadas
hoy, son la cristalización de sueños largamente
acariciados por los formoseños desde los tiempos del Territorio.
Prácticamente toda la historia de Formosa,
es argumento para la Reparación Histórica, pero
particularmente lo fueron esos años de institucional sometimiento
al oprobio y designio de los funcionarios nacionales. En aquellos
años, la picardía criolla del formoseño nativo,
que no por hacerse el “ñembo” dejaba de entender
la realidad de explotación e injusticia, labró la
frase que aún circula en la jerga popular: “El Paracaidista”.
Se calificó así originariamente
al grupo de funcionario salteños que junto al Gobernador
Ovejero, cayeron de arriba para pisar tierra formoseña
y “enseñarles” a los lugareños a “gobernar”
y tantas cosas más que “supuestamente” los
formoseños, o como se dijo más adelante despectivamente,
los “formobichos”, no saben.
No se trata, vale la aclaración, de aquel argentino que
llega de cualquier parte del país y se queda en Formosa
para trabajar, formar una familia y comprometerse con su comunidad.
Se trata de aquellos que vienen de afuera para “gobernar”
o “enseñarle” al formoseño, por ejemplo
que hay que hacer, o este sirve y este otro, no. Todo ello sin
respetar la cultura formoseña, que incluye la trayectoria,
sapiencia y trabajo del formoseño nativo.
Espero que las enseñanzas, testimonios
y buen ejemplo que nos ha dejado Vicente (Tata) Salemi, nos sirvan
para crecer y madurar como comunidad, perfilada, soñada
y anhelada, desde sus orígenes como una Provincia pujante,
donde todos sus hijos, sin excepción, puedan disfrutar
de la Prosperidad y Justicia Social, sin distinción de
banderías políticas o religiosas, bajo el credo
del Himno Marcha a Formosa, que desde sus estrofas nos invita
a pensar en un “Futuro de Esperanza y de Trabajo”.
|